No más palabras romance Capítulo 103

De alguna manera, Kevin hoy podría simplemente estallar de la felicidad.

Él está muy extasiado. Bebo de mi café sin quitarle los ojos de encima, ni siquiera presto atención a lo que Valeria está diciéndole a Dexter.

Estoy un poco nerviosa porque siento que hoy me estoy lanzando al vacío, no hay piloto, no hay hojas, es como abrir una caja de sorpresas ¿Qué tipo de sorpresas?

— ¿Qué me dices, tú? —pregunta Valeria cuando Dexter comienza a caminar a su lugar ojeando sus hojas, le doy mi atención a Valeria. — ¿Sobre qué?

—Habrá una exhibición en unas semanas de  E. Schwarzenberg . Tengo dos invitaciones, mi agente logró conseguirlo ¿Quieres venir conmigo?

—Claro, me encantaría ir.

—Genial.

—Pareces muy entusiasmada sobre esto, mayormente disimulas tu entusiasmo.

—Cuando algo te apasiona supongo que no te controlas.

Enarco una de mis cejas porque la palabra «pasión» y Valeria no suelen ir de la mano, al menos no en público, siempre parece controlada, serena y analítica sobre qué decir y qué hacer, pero es bueno saber que el arte, sobre todo del austriaco, le apasiona.

Steven anuncia que en pocos minutos estaremos en vivo y Sara viene corriendo hacia mí con mi blazer, le sonrío.

—Toma un respiro Sara, no puedes vivir acelerada. No dejes que las malas costumbres de Kevin se te peguen.

—No se me permiten errores—me devuelve la sonrisa.

—Tú solo envíame todos los detalles y yo iré contigo, Val.

—Perfecto. Ahora iré a hablar con Peter estos pocos minutos que me quedan.

La veo irse mientras termino de arreglarme frente a Sara, ella con sus dedos peina mi cabello, vuelvo mi vista a Kevin que ahora ríe junto al asistente. Enarco una de mis cejas.

— ¿Sabes qué sucede con Kevin? —pregunta Harry llegando hasta mí, una vez más veo las puntas verdes sobresalientes de su cabello.

— ¿No te gritó por tu cabello?

—No, creo que de hecho ni lo noto.

—Eso sí es bastante alarmante.

—Lo es—me sonríe— ¿Cómo te va extrañando a tu súper novio?

—No soy una mujer dependiente de su novio—ruedo mis ojos—, sin embargo no negaré que lo extraño un poco.

— ¿Un poco?

—De acuerdo, mucho. Pero cuando me llama digo poco.

— ¡Tres minutos!

—Toma, un chicle.

— ¿Es tu intento de decirme que tengo mal aliento?

—No, solo que pareces tensa. Relájate mujer, ve y tócate pensando en tu novio, pero relájate.

—Seguro, iré luego a tocarme en el camerino.

—Bien—ríe yendo a su lugar. Abro el chicle y camino a mi lugar.

Se encargan de verificar que mi micrófono esté adherido bien a mi camisa, Kevin camina hasta mí.

—Tú solo lee ¿De acuerdo?

—Sé leer.

—Sí, sí. Luego de esto estoy seguro que todos ganaremos un aumento.

Cierro mis ojos y respiro hondo, seguramente solo es mi mente jugándome una mala broma por extrañar a Paul, abro mis ojos de nuevo y veo a Sabrina con los ojos muy abiertos mientras una mano cubre su boca.

Esto no es una jodida broma.

Me siento como si viera un accidente pasar frente a mis ojos y el shock no me dejara hacer nada para arreglarlo. Horrorizada veo fotos de Paul mientras comienzan a contar su historia.

No su historia como escritor.

La historia de su vida.

El acoso escolar, no sé cómo encontraron la foto que supongo tomaron cuando fue encontrado con Abby. Salgo de mi trance mientras camino hacia Kevin.

—Quita esa mierda. Quítala ahora—grito haciendo a un lado la puta cámara— ¡No puedes hacer esto!

—Vuelve a tu sitio, pediste por esto y aquí está tu momento de brillar.

Gruño mientras comienzo a hacer un lado las cámaras, cuando volteo a ver lo que aún se proyecta, hablan del primer intento de suicidio de Paul y...

¿Esa es mi voz? Me paralizo.

— ¡¿Qué demonios es eso?! Oh, Dios mío ¡Son mis conversaciones con Sabrina! Quiten toda esta maldita porquería.

Camino hasta un tomacorriente y arranco los cables, no sé qué cámaras estoy apagando ni qué estoy desenchufando, todo lo que quiero es que esta maldita pesadilla termine. Kevin está gritándome y esa horrible voz masculina sigue contando cada cosa de la vida de Paul. Estoy segura de que puedo estar dañando algunos artefactos, pero no me importa. Todo lo que puedo pensar es que no pueden estar haciéndole esto a Paul, a una de las personas más maravillosas que he conocido.

«Tal vez deba ser Paul calientes Coleman» Sabrina y yo reímos. Yo digo Paul de mierda, yo lo crítico porque fue mi etapa berrinchuda cuando se negó a las entrevistas y estábamos en zona de guerra. De alguna manera muchas de esas cosas están distorsionadas y calzan a la perfección con los vídeos actuales.

—Hazte a un lado, Elisabeth—pide Harry antes de agacharse, tomar los cables y arrancarlos del tomacorriente, hay chispas y él maldice— ¡Mierda!

— ¡Están dañando mis equipos! —me volteo hacia Kevin y tomo toda mi fuerza para empujarlo.

—Eres un maldito imbécil ¿Cómo te atreves? Tú, grandísimo y soberano hijo de perra. Excremente de cerdo, tus entrañas son una mierda y basura como tú—vuelvo a empujarlo— ¿Cómo le haces eso a él?

— ¿Qué sucede contigo? ¡Tú querías esto!

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