Ahora entiendo por qué Alejandra Moreno, CEO de la revista electrónica Riudash me agradecía. Dejo caer mi Tablet sobre el sofá antes de esconder mi rostro entre mis manos.
Todo esto es horrible.
Todo esto es una absoluta mierda.
La historia de Paul de forma detallada está en su sitio web y narrada por mí, no es que sepa cuándo coño se supone que la narré. Hay una foto inédita de mí de una sección de fotos que tuve hace apenas una semana que Karla programó para mí.
Si el documental en el programa no me hundió, esta revista digital lo ha hecho. Incluso me cuestiono si soy ese monstruo traicionero que ha maquinado ese horrible vídeo y ha declarado a la revista.
— ¿Cómo es esto posible, caramelito atrevido?
—No lo sé. Paul me contó su historia, pero yo nunca se la dije a alguien más porque él confió en mí y ahora parece que soy este monstruo.
» ¿Vieron las tendencias? Sus fanáticos están furiosos llamándome perra insensible porque es como luzco. Mientras la revista y el programa ganan dinero los que se preocupan por Paul pueden ver que esta es una mierda. Él no quería ser visto por sus errores pasado, todo lo que deseaba era contarle historias al mundo y parece como si yo le arruiné eso cuando no he hecho nada ¡No he hecho ninguna puta cosa!
—Karla debe aparecer y dar alguna explicación—sentencia Harry— ¡Porque esto es una locura! Parece que fuiste emboscada para tomar el arma que otro usó.
—No puedo pensar con claridad. Estoy confundida y...Dime que mis tres peces siguen vivos.
—Están vivos, Elisabeth—repite Sabrina por quinta vez.
Retiro las manos de mi rostro y recuesto mi cabeza del sofá, veo hacia el techo ¿Qué pasará si Paul nunca me llega a escuchar? ¿Qué pasará si no me cree? No quiero conocer cómo se siente tener un corazón roto.
Todo iba tan bien que pareciera que esto tan solo fuera una larga pesadilla de la cual despertaré en algún momento.
No tengo trabajo.
Soy la perra maldita del día según internet.
Vendí a mi novio a la prensa.
Y él seguramente me odia.
Aprieto mis labios con fuerzas. No voy a llorar, no voy a llorar. Si lloro de igual manera no solucionaré nada, si lloro no sabré detenerme.
—No puedo ir a ver a papá mañana. No puedo—susurro—. Necesito pensar...No sé, solo no puedo.
— ¿No crees que podrías pedirle el favor a Edgar? —pregunta Sabrina sentándose a mi lado y palmeando su regazo, dejo caer mi cabeza y acaricia mi cabello—Quizá este es el momento de que demuestre que no te dará la espalda y están comenzando una nueva etapa.
—Lo llamaré desde tu celular, Elisabeth, y si él no está dispuesto a ayudarte, entonces ¡Demonios! Yo lo haré.
Harry se aleja con mi celular, Sabrina y yo permanecemos en silencio.
—Le dije que estaba celosa.
— ¿Ah?
—A Rayan. Le dije que quería ayudarlo, pero que también estaba celosa y cuando él preguntó por qué yo le respondí que locuras mías.
—Y por supuesto que no aceptó esa respuesta.
—Por supuesto que no, Rayan puede ser terco y obstinado. Así que le dije que antes, en su momento, me gustó.
—Una mentira, porque aún te gusta.
— ¿Y sabes lo que me dijo? —sacudo mi cabeza—Que no me creía porque en realidad yo siempre lo vi como un amigo. Así que tuvimos una estúpida discusión sobre si me creía o no, bastante estúpida la discusión a decir verdad.
— ¿Y qué pasó luego?
—Quería apoyarme de algo para movilizarme y le agarré el pene sin querer.
—Oh, Dios—río con desgana, pero no puedo evitar notar lo divertido que suena.
—Estaba duro, Elisabeth. Muy duro, parecía una completa roca e hizo un sonido que me hizo quedarme en shock. Quité mi mano muy rápido, pero el daño ya estaba hecho, así que hice la cosa más estúpida.
----
Asunto: ninguna explicación te parecerá correcta.
"Piensa en cada momento que hemos pasado juntos y piensa en qué momento pude mentirte.
En qué momento no fui real.
Nunca rompería tu corazón.
Nunca te haría daño.
Nunca te haría esto, y creo que lo sabes.
Sabes que cada beso, momento, caricia, abrazo, risa, sonrisa y secretos están a salvo conmigo.
Puedes estar enojado ahora, pero espero que me des la oportunidad de explicar toda esta mierda inmunda en la que me hundieron.
Yo... No soy la escritora de nosotros dos y me choca no saber qué decirte.
Me altera no tener algo lirico y precioso que decirte que te haga aparecer mágicamente para hablar.
¿Puedes decirme que estás bien?
Una vez papá me dijo «quien ama no hace daño adrede»...Luego él dijo
«quítate del medio estorbo» (se lo dijo a perro lo de quitarse no a mí), pero creo que se entiende el hecho de que no te haría daño adrede y... ¡Qué horrible que dije eso por correo! Mejor obvia que lo dije, debería borrarlo, pero solo lo tacharé.
Espero saber pronto de ti.
Con amor, Elisabeth Cortés"
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: No más palabras