No más palabras romance Capítulo 25

No estaba preparada para esto.

No lo estaba.

No imaginé que los labios de Paul fueran tan suaves bajo los míos. Y tampoco imaginé que luego fueran sus labios los que estuvieran sobre los míos porque simplemente en un segundo estoy presionando mi boca sobre la suya y al otro, es Paul quien está dictando cómo debe ir al beso.

De alguna manera esperaba algo rápido y salvaje, pero es todo lo contrario.

Mueve sus labios con suma lentitud sobre los míos, casi de manera perezosa. Sus labios envuelven los míos varias veces antes de sentir el roce húmedo de su lengua contra mis labios. Y entonces soy lo suficiente valiente para abrir mi boca y dejarlo profundizar el beso.

Paul no mentía cuando describió el beso, porque se siente exactamente igual que su descripción. Mentira. Se siente mil veces mejor.

Una mano se encuentra en mi cuello y siento su pulgar acariciar la zona, su otra mano de nuevo se encuentra en mi rostro mientras la mía aun sostiene su camisa hecha puño. Él me besa tan lentamente que me hace querer encoger los dedos de mis pies y volverme líquido sobre él.

Después de una excelente descripción sobre como Paolo besó a Elizabeth, temí que mis expectativas estuvieran muy altas. Pero la realidad lo supera.

Maldita sea que lo supera. Paso mi brazo alrededor de su cuello queriendo acercarme aún más y creo que un sonido escapa de mi garganta.

—Paul— murmuro antes de que deje caer una lluvia de besos húmedos en mi boca—. Para. Para...

Como si mi contacto lo quemara, da un salto hacia atrás y me observa con ojos vidriosos y respiración entrecortada. Una respiración tan errática como la mía.

Soy como una hambrienta de besos: más, más, quiero más.

— ¿Nicole? — pregunto.

— ¿Ah?

Y parece mentira pero una voz en mi cabeza grita "aprovecha que ahora la llama ex" y entonces prácticamente ataco a Paul Coleman con mi boca.

Ni siquiera sé cómo logro trepar sobre él, pero mis piernas envuelven su cintura y mi culo esta luego sobre la repisa de licores.

El beso es solo un poco menos lento que el anterior, pero igual de profundo e indagador. Una de mis manos se cuela bajo su camisa acariciando la piel de su espalda y la suya se posa en mi muslo sobre el pantalón acariciándome de una manera lenta que me llena de deseo y expectativas.

Mi lengua se encuentra con la suya y gimo llevando mi otra mano a esa encantadora cabellera que resulta ser muy suave y agradable al tacto.

¿Qué estoy haciendo?

¿Está esto bien?

¿Y por qué no puedo o quiero parar?

Creo que un beso se convierte en 3 y luego va reduciendo los movimientos hasta dejar una presión y alejarse un poco. Toma una profunda respiración.

Baja la cabeza y parece que intenta recuperar el aire, lo mismo que busco yo.

—Elisabeth, besas mejor de lo que pude haber descrito a Elizabeth besando— alza la vista y me observa—. Y eso es decir bastante ¿Fue una buena demostración de la escena de mi libro?

—Una muy buena— respondo bajándome de la repisa y aclarando mi garganta—. Ahora entendiendo qué es lo que te ha confundido creo que puedo irme...

—Elisaberh...— me llama. Tomo mi abrigo y me giro sonriéndole.

¡Me siento drogada por una sección de besos! Eso es absolutamente alarmante y da miedo como la mierda. Además ¿Este tipo está despechado? Porque se supone su novia recién lo ha dejado.

» ¿Te he contagiado mi confusión?

—Un poco. Ahora ¿Abrirías la puerta? Por favor.

Se acerca y trato de no notar sus labios inflamados y más rojizos, así como intento ignorar cómo se sienten los míos. Mi estómago está tenso por contener suspiros y cosas tontas. Que afectada estoy.

—Buenas noches, señorita Cortés.

—Buenas noches, Paul Coleman.

Y la tregua de esta noche ha terminado.

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Kevin me observa como si yo fuese algún adefesio que se tragó a su estrella. Me mira desde todos los ángulos posibles con sus ojos siempre en el mismo punto. Sara se mantiene en silencio como si esperara que la culparan por algo que es simplemente parte de un proceso natural o al menos en mi caso.

— ¡¿Qué carajos tienes en el rostro?! Eso arruina cualquier perfección en ti.

No puedo evitar rodar mis ojos mientras me acerco a mi tocador y evalúo el área izquierda sobre mi labio superior. Toco con mi dedo y ¡Joder! Duele.

—Esto es un grano, Kevin, la perfección no puede solo luchar contra algo tan humano y natural.

— ¿Y ese suspiro? — la voz de Sara me saca de mis interesantes pensamientos.

— ¿Suspiré?

—Y fue uno muy profundo— ríe—.Listo, yo no noto ningún grano. Tampoco era muy grande.

—Tienes ya el conocimiento de que Kevin todo lo exagera. Gracias Sara.

—Ya sabes que me encanta hacer mi trabajo. Ahora iré con Ágatha.

— ¿Tiene hoy el mismo caso de imperfección? — bromeo usando las palabras de Kevin.

—No. Tiene un chupetón bajo su barbilla.

—Caliente—subo y bajo mis cejas constantemente.

Si bien Garrett parece ser del tipo solo follar y marcar, no puede decirse que Ágatha no esté pasando un buen tiempo. Aunque comienzo a dudar que conozca algún otro pene que no sea el de Garrett, han estado juntos por tanto tiempo puedo recordar.

Para lo poco que he compartido alrededor de Garrett parece buen hombre, seguro me aburre un poco cuando habla y parece estar obsesionado con arreglar su cabello y toda su apariencia, pero trata muy bien a Ágatha lo cual supongo es lo que debe importar. Además, me encanta cómo actúa y el hombre es bastante deseado con su aire de chico dorado y perfecto de Hollywood.

—Iré con Ágatha— se despide Sara.

Vuelvo mi atención a mi Tablet y porque soy bastante curiosa veo las etiquetas que mencionan a Paul. Todas son prácticamente lo mismo: alabanzas a su apariencia, alabanzas a su talento, fotos de párrafos de sus historias, fotos de él. Preguntas sobre personajes o la esperanza de otras partes de historias que las personas se mueren por que continúe y luego está lo que me hace dar un respingo y fruncir el ceño.

Es una etiqueta destacada entre todas con un montón de respuestas y con una persona con una aceptable cantidad de seguidores. Nada más y nada menos que Nicoleta la sobrona.

Es una foto de ella tomando la mano de Paul, quien parece estar ocupado leyendo unas hojas.

«Siempre destinados.

Nada nos detiene.

#Enamorados #Destinados #Felicidad

#PallyBunny»

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