Sonrío ante la pregunta de Andrea.
—Paul sabe a lo que me refiero con esa declaración. Igual no todo es fácil, y debo asegurarme de que Nicole es pasado.
—Hablas como si fueras a tener una relación— me informa Sabrina.
—Estoy cruzando los dedos por no aburrirme y que esto funcione. No me cierro a las posibilidades, solo que ya no le tengo mucha fe a este corazón mío.
—Pues yo sí le tendré fe—Alexa golpea su mano de la mesa y el café casi me cae encima— ¡Lo siento! Era el efecto dramático.
—Gracias por la fe, Alexa.
—Solo te pido que me des el spoiler cuando lo hagan. En serio, dame ese spoiler del libro.
—Tienes razón, Sabri. Alexa es todo un caramelito sucio.
----
— ¿A dónde va Sabrina?
—Tiene una cena con el primo de Andrea— le respondo a Ágatha subiendo al capo del carro de Harry.
—No me esperaba esa respuesta— es todo lo que dice antes de ubicarse entre mis piernas para recostarse del auto—. Espero y le vaya bien, no he visto a Sabrina salir con alguien desde que llegó. Siempre he pensado que quizás es muy discreta.
Harry y yo nos observamos.
Eso es porque no sabe que estuvo un par de semanas teniendo sexo con Harry hace años y porque definitivamente no sabe de Carlos. Harry le da una última calada a su cigarro.
—Entonces, es viernes ¿Qué tal ir por unos tragos, mis preciosas?
—Garrett está en California visitando a su familia, así que acepto distraerme.
—Me vendría bien, pero no seré conductora designada y definitivamente debo estar temprano en casa de papá para que Amber pueda irse temprano.
— ¡Eh, Val! — grita Harry cuando la ve salir. Ella se acerca a nosotras— ¿Qué te dijo Kevin?
—Que necesito ser menos mojigata. No precisamente esas palabras, pero que muestre más. Estúpida escoria.
—Suena mejor si dices «mierda» eso le da el toque y te hace sentir mejor, inténtalo— la alienta Harry haciéndola sonreír.
—Estúpida mierda— dice y reímos—. Pensé que iba a decirme algo más importante ¿Y qué hacen aun aquí?
—Me acompañaban a fumarme el cigarrillo y planeábamos ir a algún lugar
¿Te animas? A veces las chicas buenas salen a hacer maldades.
—Sí, pero no puedo beber, tengo una reunión mañana importante.
— ¿Un sábado? Eso es maldad, Val— Ágatha juega con mi cabello. Amo a esta mujer, cuando no está perdida en la tecnología ella es lo máximo.
Me dejo caer completamente sobre el capo mientras ellos conversan y revisan en sus celulares a dónde podemos ir. Cierro mis ojos sonriendo mientras recuerdo a Paul Coleman besándome. Besa tan delicioso.
—Creo que vienen por ti, Elisabeth— se ríe Harry.
—No jodas ¿Ya encontraron a dónde ir?
— ¿Él viene por Elisabeth? Mierda. Él está delicioso— escucho a Ágatha.
—Me dormiré si no nos vamos.
Ellos ríen y retoman de nuevo su búsqueda de lugar, pero en voz mucha más baja. Siento un beso en mi mejilla, abro de inmediato mis ojos y volteo mi rostro. Me encuentro con un par de ojos grises, con verdes o verdes con gris, da igual. El orden de los productos no alterará el resultado.
—Paul...
—Hola, musa.
Me incorporo rápidamente y bajo del auto, le doy un rápido vistazo a Harry que me guiña un ojo, para luego devolver mi atención a Paul.
—Hola... ¿Qué haces aquí?
—Estoy en campaña de hacerte caer ¿Recuerdas?
—Deja de drogarte.
—Te dije que ibas a vivir muchas de las experiencias de Elizabeth, y aquí estoy. Está noche casi madrugada, vamos a recrear una escena.
—Estás loco.
—Alex y Ed, que agradable volverlos a ver, incluso si se unen a esta locura.
—Elisabeth es lo de hoy— responde Eddy acariciando su barba y entrecerrando sus ojos—, es el nuevo lema.
—Buen programa hoy, Elisabeth—me felicita Alex sonriendo.
—Gracias ¿Lo vieron los 3?
—Atrapa tu indirecta Pau— es lo que dice Eddy antes de subir al puesto de copiloto y Alex al del conductor. Me desconcierta.
—Soy en conductor designado— informa antes de que pueda siquiera preguntar.
— ¿Vas a beber? — pregunto a Paul, no sé por qué en mi cabeza siempre lo ubiqué como alguien de no embriagarse o hacer locuras.
Esto me está gustando mucho. Me gusta lo que conozco de Paul y me gusta esta faceta relajada y genuina que está mostrándome. La faceta de la que Eddy me habló en ese almuerzo.
— ¿Cómo te sientes sobre un bar-karaoke?
Dicho eso, Paul abre la puerta del asiento de atrás para mí, subo en silencio y él sube después de mí. El asiento es bastante amplio, pero al parecer a él eso no le importa. Alex y Eddy comienza a hablar sobre una canción sonando en la radio.
— ¿Ustedes siempre han sido amigos?
—Conozco a Pau desde que usábamos pañales— responde Alex—, y Eddy cuando teníamos ¿Qué? ¿10?
—11— responde Paul—, bueno, nosotros 11 y el 13.
—Desde entonces vine a corromper sus vidas.
—Yo no tengo amistades así de antiguas— es la primera vez que lo noto—, mi amiga así de importante es Sabrina y la conocí 2 años después de entrar al programa. No hacía muchas amigas.
— ¿Por qué? — pregunta Alex.
—Eran chismosas, mini perras—me encojo de hombros—, y era una pequeña reina con niños haciendo cosas por mí ¡Me encantaba!
—Que terrible— Paul niega con su cabeza y saca su libreta que admito la había extrañado un poco—, pero peculiar recuerdo para tomar. Nada como estar con tu musa.
—Paul Coleman 2015, derechos reservados— musita en voz monótona Ed haciéndome reír.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: No más palabras