Asunto: Invitación a la diversión.
"Querido escritor versátil, le hago saber por si usted no lo sabía que tengo una fila de amigos con los que usted debe entenderse.
Y quizá también me he visto en la obligación de romper un compromiso que llevaba meses siendo organizado. Por lo que ahora debe entender que hay un novio cabreadísimo culpándolo de perder a una de sus novias.
De igual manera, lo han invitado a una reunión este domingo para mucha diversión al estilo Notitardes24 ¿Qué me dice? ¿Se anima?
Con intenciones de confundirlo, Elisabeth Cortés."
Río y Sabrina me mira curiosa mientras le digo que se acerque y observe mi correo, se ríe cuando la respuesta llega.
Asunto: Re: Invitación a la diversión.
"Qué carajos?
¿Compromiso?
¿Novio cabreado?
Debo admitir que estoy más que un poco confundido.
Pero ¿Sabe qué? Me apunto.
Confundido, Paul Coleman."
—Pobre.
— ¿Quieres que volvamos esto más divertido?
— ¿Cómo? —Sabrina parece encantada.
—Invitando a sus amigos. Eso lo pondría aún más divertido.
—Adelante.
Asunto: Re:Re: Invitación a la diversión.
"Es usted un hombre valiente, solo por eso le regalaría mis bragas.
Extiendo mi invitación hasta Eddy y Alexander.
Saliendo con un escritor, Elisabeth."
Sabrina sale al llamado de Susy dejándome sola en su camerino, y la respuesta no tarda en llegar y sonrío mientras mi cuerpo se estremece.
Asunto: ¿Para qué regalarlas cuando puedo quitarlas?
"Dejando los formalismos a un lado para darle paso a la sinceridad directa:
Yo no quiero que me regales tus bragas.
Yo quiero quitártelas ;)
Le haré saber a mis voces de la conciencia tu invitación.
Saliendo con una mujer que tiene un alter ego, Paul."
¿Cómo se respira?
¿Cómo mantener mis bragas intactas?
Me cuesta al menos dos minutos superar el correo. Los gritos de Kevin comienzan y el asistente nuevo, del cual aun no aprendo su nombre, me trae un café. Finalmente respondo algo sincero, directo y conciso.
Asunto: No te regalo mis bragas.
"Ven y quítalas.
Elisabeth."
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El programa salió muy bien, de hecho me pareció que hoy todos estábamos de un muy buen humor y eso lo hizo divertido. Interactuamos en segmentos que no eran nuestros y por la sonrisa bobalicona de Kevin es evidente que tuvimos bastante audiencia. Incluso pudo ignorar a Joseph hablando apasionadamente sobre la violación de los derechos humanos de cierto país.
Y yo estoy ahora, a media noche, acostada en mi sofá redactando un correo a Jenny Fletcher porque aparece en mi programa impreso como una de las opciones de Kevin para ser entrevistada y ella tiene disponibilidad.
Pero mientras redacto su correo aun no supero los correos de Paul sobre quitar mis bragas, creo que pasará más que unas horas para que yo pueda superarlo. Suspiro y envío el correo.
Me quedo viendo el techo de mi casa mientras pienso en Paul ¿Desde cuándo un hombre pasa tanto tiempo en mis pensamientos?
Lo extraño está en que es emocionante, inesperado y siempre estoy ansiosa de saber qué es lo siguiente. No me aburre, fastidia o me deja estable. Por el contrario, me deja emocionada, deseosa de otro momento y recordando cada detalle que pueda.
Me estoy perdiendo tanto en él. Me encanta.
Mi Tablet anuncia una notificación y sonrío viendo que es un correo de Paul, no respondió mi último correo. Sin embargo, frunzo el ceño cuando todo lo que tengo es un link, el cual abro de inmediato para leer.
A medida que voy leyendo voy soltando más bufidos ante cada desfachatez que está escrita. En pocas palabras: Cristian vino esta mañana a hacérmelo en mi casa. Estuvimos follando, salió cansado de mi casa y según "fuentes cercanas" no podíamos mantener nuestras manos lejos, non queríamos despedirnos, lo cual es gracioso si tomas en cuenta que de hecho yo estaba riendo mientras él corría histérico a su auto porque necesitaba irse a la reunión con su agente.
Mierda, eso es lo que estoy leyendo.
Y es aún más mierda que Paul me lo haya enviado. No sé con qué intención, pero estoy a...
Mi Tablet anuncia otro correo de él.
Asunto: Es mejor reír.
"Me causa gracia, muchos medios de chismes.
Elisabeth."
Asunto:Re: Las quieres, las tienes.
"Las quiero.
Las quitaré.
Dulces sueños, musa.
Pau."
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—Mañana vamos a salir.
Papá deja de leer el libro de Paul, que nos unió, para verme. Su ceño no tarda mucho en fruncirse mientras yo me encojo de hombros y continúo comiendo mi cereal con leche.
—Creo que has conjugado mal tus palabras en esa oración. Tú vas a salir, yo me quedo aquí.
—No, conjugué muy bien mi oración.
Veo a Amber salir recién duchada ya lista para irse. Me parece que está muy sonriente.
—Te resfriarás los dientes— señala papá.
— ¿Por qué estás tan feliz?
—Las hormonas. Ella conoció a un chico.
—Oh, así que tu sonrisa tiene nombre.
—No necesariamente. Solo pude quizá haber tropezado con el futuro padre de mis hijos.
—Melodramático. Dile eso a ese pobre hombre y lo espantarás— asegura papá volviendo su lectura al libro.
»Cuéntale la peor parte a Eli—enarco mi ceja cuando de hecho la comisura de la boca papá se eleva en una mínima sonrisa.
—No le pedí su número.
—Ni le preguntó su nombre, ni dijo más que ¿Cuántas oraciones, Amber?
—No muchas.
— ¿Y cómo tú sabes eso, papá?
—Porque he aguantado sus lloriqueos, es una suerte que ya se vaya a llorar a su casa y no en la mía.
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