No más palabras romance Capítulo 8

—Esperemos y solo nosotros hayamos escuchado eso, de lo contrario todos sabrán que Ágatha espera recibir sexo oral.

—Ustedes...uhm, son... ¿Peculiares? — Me sonríe y besa mi mejilla.

—Buenas noches para ti, señorita.

—Seguro, también para ti mi rubio. Recuerda que eres nuestro rubio, de nuestra propiedad ahora que la mujer posesiva es pasado.

—Lo tendré en cuenta.

Subo a mi auto y emprendo mi camino. Marco el número de la vecina de papá y lo dejo en altavoz.

— ¿Hola?

—Señora Riley soy Eli.

—Oh, hola cariño. Aquí todo en orden, ya mi esposo fue a revisar cómo estaba— hace una pausa—. No dejó que lo ayudáramos a bañarse.

—Sí, creo que esperaba eso.

—Pero por muy terco que fuera, el hambre le ganó y sí comió.

—Me alegra escuchar eso. Gracias por estarme ayudando este par de días ¿Cree que podría ayudarme lo que resta de la semana? Puedo pagarle, es que la agencia aun no me envía a ninguna enfermera o cuidador.

—No tengo problemas Eli, pero a él no le gusta.

—Lamento si está siendo grosero.

—Puedo terminar la semana.

—Gracias, prometo que solo es lo que resta de esta semana.

—Ten buena noche dulce niña.

Muerdo mi labio cuando finalizo la llamada para no gritar. Cuando me detengo frente a mi casa, no bajo del auto. Busco en contactos y llamo a Edgar.

— ¿Elisabeth?

—Si tienes mi número registrado sabrás que soy yo, hermano.

—Con esa hostilidad es difícil no reconocerte ¿Sucede algo?

— ¿Debe suceder algo para que llame? — Escucho gritos de fondo— ¿Estás de fiesta?

— ¿Qué sucede Eli?

—De nuevo papá no tienen quién lo cuide.

—Entonces ¿Es el momento de internarlo?

—Eso ha sido horrible para decir Edgar.

— ¿A cuántas enfermeras y cuidadores más necesitas despedir para hacerlo?

—Es papá, Edgar, nuestro papá. El mejor papá que tuvimos la dicha de tener, que tenemos.

—Bueno, entonces solo sigue contratando a más enfermeras ¡El dinero a ti te sobra! ¿O vienes en plan sanguijuela a pedir que pague por ello?

— ¡Nunca te he pedido que cubras ni un solo gasto! — me siento ofendida.

—Es lo mínimo, eres la que tiene más 0 en su cuenta de los hermanos Cortés ¿O estás quejándote porque cuidar a papá no deja tiempo para que te vayas de fiesta?

—Creo que no soy yo quien está en este momento de fiesta—suspiro—¿Podrías cuidar de papá mientras consigo a quién contratar?

— ¿Y mi trabajo Elisabeth?

—Tú trabajas desde casa.

—No puedo.

Finalizo la llamada, no necesito que empecemos a discutir o terminar llorando por frustración porque mis hermanos a veces sean una completa mierda. Sé que si llamo a Elise perderé la poca paciencia que me queda.

Saco mi celular y abro mi correo dispuesta a escribirle de nuevo a la agencia. Estoy cabreada y se nota en el mensaje nada profesional.

Asunto: ¡¡¡¡URGENTE!!!!

Asunto: Necesito miles de ayudas.

"No, nada está bien.

Vaya mierda.

Elisabeth Cortés"

Recuesto mi cabeza del sofá. Necesito reorganizarme de nuevo. Soy reconocida por salir adelante y trabajar las malas situaciones. Mi celular anuncia un nuevo correo.

Asunto: ...

"Una vez una galleta de la fortuna dijo: lo malo siempre pasa para que lo bueno prosiga.

Suena como palabrerías, pero algún significado ha de tener ¿No?

Solo piense en ello. Se lo dice este escritor que usted tanto cuestiona.

Estoy seguro de que todo mejorará.

Motivacional, Paul Coleman."

Sonrío sin planearlo. Creo que este ha sido el correo en el que menos formal ha sonado.

Asunto: ¿...?

"Puede agregar a su lista de escritura: motivacional.

Eso sí, aun a la espera del libro de romance.

Me temo que debo darle las gracias, señor Coleman.

Mi pez ha muerto, con quienes debería contar me fallan y algunas cosas no se controlan. Pero esas han sido buenas palabras.

Buenas noches para usted.

Motivada por el escritor pomposo, Elisabeth Cortés..."

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