—Muy bien Harry, dime qué mierda sucede contigo.
Harry deja de tomar café y sus ojos rodeados de purpura que denotan cuán cansado está me observan. Además está algo pálido.
—La arpía dice que la embaracé.
— ¿Quién es la arpía?— digo con curiosidad.
—Gloria Triviani.
— ¿Esa cantante? — estoy sorprendida.
Una vez, hace unos cuantos meses, entrevisté a la ahora muy famosa cantante Gloria. Es algo pretenciosa pero Harry de inmediato tuvo un rechazo hacia ella y por consiguiente ella hacia él.
Puedo recordar una lista de los hombres que han vinculado con Gloria, entre ellos Arón Campos antes de que tuviera su novia actual.
—Estaba ebrio, el condón se rompió y fuimos por la píldora de emergencia.
Ahora ella dice que está embarazada, habla de que no va a ser señalada como una puta y que su hijo tendrá padres juntos ¡Habla de matrimonio! Yo ni siquiera la tolero.
—Respira Harry. Respira conmigo.
Lo hace y me acerco a abrazarlo. Se aferra a mí con fuerzas. Lo que siempre me ha gustado de Harry es que es extremadamente cariñoso. No le avergüenza abrazar o decir que quiere a uno de los chicos, no le avergüenza esporádicamente decirnos un «te quiero» mientras besa nuestros rostros.
Es dulce y amigable, es por ello que su nivel de popularidad es exorbitante.
Es el hombre famoso que se codea con todos porque es difícil que no te agrade o no lo quieras. Por eso Gloria está equivocada si cree que la dejaré perturbar a mi chico.
— ¿Cuáles son las probabilidades de que esté mintiendo?
—No lo sé. Te juro Elisabeth que me bajé del auto y pedí la pastilla. La llevé a su casa y luego me escribió que todo estaba hecho. Pero ahora aparece con pruebas, ecos y atacándome sobre lo que debo hacer.
—Mira, recuerdo cuando la entrevisté y conozco a chicos que han salido con ella. No enloquezcas ni tomes decisiones precipitadas. Esta chica tiene altas probabilidades de estar mintiendo y si está en estado, Dios me perdone por decir esto, pero ¿Quién garantiza que sea tuyo? Seguro optará por la carta de mujer indignada, pero vamos por pruebas Harry, considérame tu compañera para desmentirla o indagar la verdad.
»Pero no decaigas, que todos estamos preocupados por ti. Eres él más alegre de nosotros y verte de este modo nos llena de incertidumbre.
—No quiero casarme Elisabeth y tampoco quiero que un bebé crezca con una familia rota. Esto no me ha dejado dormir.
—Duerme, cariño. Descansa, yo no dejaré que nadie te quite el sueño de esta manera bebé. Cuido tu espalda.
— ¿Te he dicho ya que te quiero y te amo? — Toma mi rostro entre sus manos y lo besa por todas partes haciéndome reír—Porque te amo señorita, mi dulce y bella Elisabeth.
—Y yo te amo a ti Harry, dame una sonrisa que ya verás que esto tiene una solución.
— ¿Se lo dijiste? — volteo y Joseph nos observa desde el marco de la puerta.
—Sí. Piensa igual que tú.
—Las grandes mentes pensamos igual ¡Oh, mi Dios! ¡Eso quiere decir que soy tan inteligente como Joseph!
Joseph ríe y entra antes de recostarse del tocador y cruzarse de brazos.
Tiene una mirada astuta y tranquila mientras se relaja.
—Yo me huelo a una mentirosa.
—Y no soy yo—interrumpo haciendo reír a Joseph, lo cual muy pocos logramos en el hombre serio.
—Y no eres tú— sacude su mano—. Esa chica no conseguirá un anillo de ti Harry y la única forma de que el bebé tenga tu apellido es confirmando que existe y que es tuyo. No es tu culpa que su música sea una mierda no rentable y que luzcas como la salida perfecta para su carrera y bolsillo.
»La compadezco porque si solo es una trampa entonces será mejor que prepare abogados. Este tipo de cosas no deben quedar solo en una disculpa. Toma un respiro Harry, aquí parece que ya somos un equipo de cuatro. Para desmentir a la chica de canciones basura.
— ¿Cuatro? — cuestiona Harry.
—No creerás que siendo Andrea la primera en recibir esta noticia bomba se iba a quedar tranquila. La conoces y puedes imaginarte como esa mente suya está trabajando. Dice que vamos a patear su culo.
—Violenta, amo a tu novia— aseguro.
—Sí, yo también la amo—vuelve su vista a Harry—. Deja de lamentarte, todo tiene solución. Saca tu lado desesperantemente feliz.
— ¿Qué? ¿Desde cuándo? — Ágatha hace la pregunta que yo quería hacer porque estoy igual de sorprendida.
Él entró al programa con una novia territorial con la que tenía un par de años, en serio, pensé que ella iba a orinar sobre él o follarlo en medio del estudio con los reflectores de la cámara, la mujer ha de estar desbastada de perder a su muñequito rubio.
—Desde hace un mes.
— ¿Y cómo es que nadie sabe eso?
—No preguntaron—se encoge de hombros—. No es la gran noticia.
—Oh, cariño, estás soltero eso es como una gran noticia. Si Dexter o Harry lo supieran te arrastrarían a conocer a quién te consuele—Ágatha se ríe.
—Confieso que tenía miedo de que tu novia nos golpeara. Una mujer posesiva.
—Lo siento por eso.
Bajamos del ascensor y la conversación se centra en lo épico que es para nosotras que ahora Peter sea un hombre soltero.
— ¿En dónde está Valentina, Ágatha? Pensé que de nuevo su auto estaba en el taller.
—Se fue con Sabrina hace unos pocos minutos.
—Y supongo que Rayan se fue con la mayor rapidez a casa por Summer.
—Ya sabes que es el súper papi. Bueno, nos vemos mañana. Hoy tendré una noche buena con Garrett.
—Ahora sabremos que estarás teniendo sexo—ruedo mis ojos— ¡Éxito en el orgasmo!
— ¡Que sean dos y un oral! —Me grita de regreso subiendo a su auto.
Río, si Ágatha no pasara tanto tiempo al teléfono e ignorando al mundo, ella y yo podríamos ser un desastre juntas. Es un poco como mí igual para el ingenio. Me giro hacia Peter que juega con las llaves de su auto.
¿Cuánto tiempo durará este rubio sin novia? Podría abrirse unos nuevos juegos del hambre dedicados a él.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: No más palabras