-Lo que escuchaste. – Dije fulminándolo con la mirada.
-Uh… de acuerdo. Entonces, ¿Por qué piensas eso de mi pareja? – Preguntó el bastardo cambiando su atención de mí a Chase.
Éste lobo tenía piedras por cerebro.
-¡¿Por qué?! – Pregunté incrédula. – La pregunta aquí debería de ser, ¿Por qué m****a no piensas lo mismo?
-Bueno, no podría asegurar que mi pareja es una perra sin sentimientos porque creo que me ha demostrado que no lo es. – Dijo lentamente.
Yo bufé.
-Si piensas eso es porque algo le ha puesto a tu comida, estoy segura. – Dije mirándolo con asco. – No puedo creer que la defiendas después de que abandonó a este tierno cachorro. – Dije acariciando la espalda de Chase.
-Abandonado… - Entonces sus ojos se abrieron ampliamente y miró a Chase. - ¿Qué fue lo que le dijiste?
-La verdad. – Dijo Chase con un puchero que me hizo apretarlo contra mi pecho un poco más fuerte. – Ella está dispuesta a adoptarme porque tu pareja es una mala madre.
Fue fugaz, pero podría asegurar que una chispa de diversión se asomó en los ojos del bastardo.
-¿Es eso cierto? – Preguntó Bastian regresando sus intensos ojos hacia mí.
-Lo es. – Dije con ferocidad. – Este cachorro merece más de lo que tú o tu perra le pueden dar.
-Bueno, eso es un punto discutible. – Dije el tipo cruzándose de brazos. – Estamos hablando de adoptar a un Alfa.
-¿Y?
-Bueno, por definición solamente una Luna podría hacerlo. – Dijo pensativo.
-Tú yo sabemos que lo soy, así que no veo el problema. – Dije rodando los ojos. – Lo haría mucho mejor que tu pareja.
-Ese es otro punto discutible. – Dijo asintiendo y yo hice un gesto desdeñoso para que fuera al punto. – El problema es que si quisieras adoptar a Chase, eso quiere decir que quieres también tomar el puesto de Luna… Mi Luna.
-Por supuesto que yo quiero… espera, ¿Qué?
Mi proceso de pensamiento se detuvo por algunos segundos.
-Rose lo haría muy bien. – Dijo el cachorro en mis brazos mientras yo procesaba lo que acababa de decir. – Pronto será la siguiente luna llena, creo que sería un buen momento para que tú y Rose se emparejaran.
-Yo también lo creo. – Dijo Bastian lanzando una sonrisa matadora en mi dirección. – Solo me tomaría un par de días preparar a mi manada para el evento y estoy seguro de que el Alfa Noa nos permitirá usar el espacio adecuado para…
-Un momento. – Dije con voz suave saliendo de mi silencio estupefacto. – Yo no puedo ser la Luna de tu manada. Adoptaré a Chase de ser necesario, pero no estoy aceptando más responsabilidades.
-¿Por qué no? – Preguntó ladeando la cabeza lobunamente.
Chase en mis brazos hizo lo mismo y juro que mi corazón se calentó ante lo lindo del gesto, así que tuve que sacudir la cabeza para concentrarme de nuevo.
-Porque ya tengo una manada en alguna parte, una pareja en alguna parte y, lo más importante de todo, tú no me agradas. ¡Ya tienes una pareja, por el amor del chocolate! ¿Acaso eres uno de esos bastardos que fantasean con un harén? Repulsivo.
-Claramente tienes una pareja y una manada. ¿No te agrado? Bueno, tendremos mucho tiempo para conocernos una vez que nos emparejemos. Y no, no quiero tener un harén. – Dijo contando con sus dedos con voz seria.
Yo bufé.
-¿Y que yo tenga una pareja y una manada no te importa? Típico macho egoísta. – Dije ignorando todo lo que dijo después de eso.
-No lo soy. – Dijo desconcertado. – Por supuesto que me importan tu manada y tu pareja.
-¿Sabes qué? Esto es ridículo, no voy a seguir discutiendo el tema. Yo solo venía aquí para darte un pedazo de mi mente, ya lo he hecho así que me voy. – Dije dándome la vuelta.
-Rose, espera. – Dijo mi espalda. – Se supone que me vas a acompañar hoy también.
-En este momento no quiero estar contigo, así que declinaré el trabajo. – Dije sin detenerme.
-Rose, por favor.
Su tono suplicante me hizo detenerme y girar mi cabezo para verlo.
Se había acercado a las rejas y me miraba con la misma cara que Chase hacía cuando lo regañaba.
-Por favor. – Repitió. – Mi manada me necesita.
Chase escogió ese momento para chillar bajito como lo haría en su forma de lobo. Casi podía verlo con sus orejas hacia abajo mirando anhelante a su padre.
Suspiré y regresé para abrir la celda.
-Solo para que lo sepas. – Dije bajando a Chase y tapándole los oídos. – Me repugnas.
-Anotado, ¿Nos vamos? – Dijo sin perder su sonrisa de chulo. Cabrón.
Volví a llevar a Chase en brazos mientras volvíamos a visitar a los miembros de su manada porque el pobre necesitaba todo el consuelo que pudiera. No es como si su madre loca hubiera merecido el término, pero aun así era su figura materna y el que ella lo abandonara debía de dolerle.
No era de extrañar que el pobre estuviera perdido constantemente en sus pensamientos. Lo abracé más fuerte cada que sus ojos se veían perdidos.
-Hey, ¿Quisieras que paráramos a comer pizza? – Pregunté suavemente mientras Rowan y Bastian discutían con algunos guardias de la manada de Noa sobre la asignación del patrullaje.
-No tengo hambre. – Dijo Chase escondiendo la cara en mi cuello. – No quiero comer.
-Tienes que hacerlo, pequeño. – Dije acariciando su cabeza. - ¿Cómo serás un Alfa grande y fuerte si te saltas tus comidas?
-No quiero ser un Alfa grande y fuerte. – Dijo en tono tan bajo que casi no lo escuché. – Eso no impresiona a Amanda.
Yo parpadeé.
-Uh… está bien. ¿Y crees que la impresionaría un cachorro pálido y escuálido que no come?
No me contestó por unos segundos y luego suspiró.
-No. Bien, puedo comer algo.
Bastian examinó las dos heridas en mi piel por un segundo y luego llevó su boca hasta ahí y comenzó a succionar.
Yo gemí. Ni siquiera sabía si era por el dolor o por que se sentía muy bien.
Cada succión de su boca le hacía cosas divertidas a mis partes de chica. Él escupía y volvía a mi cadera mientras mi visión se nublaba. Quizá me estaba muriendo porque había un fuego en mis venas que comenzaba a doler un montón..
-No morirás, pequeña humana. – Dijo Bastian aferrando mi cuerpo mientras nos levantaba a ambos.
Creo que fue lo último que escuché.
No sé cuánto tiempo pasó mientras entraba y salía de mis sueños. Sueños extraños en los que Chase se acurrucaba en su forma de lobo cerca de mi cabeza mientras Bastian le gritaba a algunos lobos vestidos de blanco. Tuve algunos otros sueños en los que Bastian me susurraba cosas dulces al oído y otros aún más perversos en los que me prometía volver a lamer cualquier parte de mi anatomía si abría mis ojos. Y lo intenté, de verdad que lo intenté ¿Eso me hacía una zorra? Tal vez, aunque no me importaba.
Escuché un suave lamento en mi oído, seguido de muchos otros más. Eran sonidos muy tristes que rompían mi corazón. Quizá fue por eso que finalmente abrí los ojos.
-Cierra la jodida cortina, Edson. Estoy durmiendo. – Dije tratando de levantar mi brazo para tapar mis ojos.
-¡Rose! – Dijo Chase ahorcándome a muerte.
-No… respiro…
-Lo siento. – Dijo aflojando su agarre. – Por fin despertaste.
-Uh… ¿Se nos hizo tarde para ir a la escuela? Oh, m****a, ¿Qué hora es? – Pregunté enfocando la mirada y tensándome al darme cuenta de que esta no era mi habitación.
-¿No lo recuerdas? Te mordió una serpiente. – Dijo Chase con un pequeño sollozo. – Has estado aquí una semana.
Hice un esfuerzo por recordar todo, pero mi mente se sentía un poco lenta.
-Uh… suena como algo conocido. Lo siento, aun estoy muy dormida.
-Espera, debo avisar a la doctora. – Dijo Chase soltándose de mí y alejándose rápidamente.
Los recuerdos llegaban a cuenta gotas y eso hacía que mi cabeza doliera un montón.
-Ah, mi paciente estrella. – Dijo una voz femenina y yo enfoqué mi mirada en la doctora que siempre tenía el placer de curarme.
-Hola doc. – Dije con media sonrisa. – El bosque me odia.
-Eso parece. – Dijo acercándose a la camilla. – Bien, permite que te revise y luego…
En ese momento hubo una fuerte conmoción de gruñidos y golpes en la puerta. La doctora y yo miramos hacia allí para encontrar a Bastian zafándose de algunos obos en batas blancas para caminar directo hacia la camilla.
Tuve un ligero déjà vu.
-¡Rose!
-¿Qué…?
Empujó a la doctora fuera del camino y me tomó en brazos. Fue tan rápido que ni siquiera tuve tiempo de negarme. O de evitar que el bastardo pusiera su boca en la mía.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: ¡Papá compró una humana!