¡Papá compró una humana! romance Capítulo 46

-No. – Dijo Chase cruzándose de brazos.

-Chase…

Solté un suspiro.

EL incidente de esa mañana aun pesaba sobre el cachorro. Había tratado durante todo el día que se animara, pero nada daba resultado. Así que tuve que recurrir al juego sucio para que se relajara… y para que hiciera lo correcto.

-Chase, si algo me ha enseñado la vida es que no puedes huir de los problemas. Algún día tienes que ver a tu padre y disculparte por tu comportamiento.

-No lo haré, se lo merecía. – Dijo con un pequeño y adorable gruñido. – Y si hubiera habido más testigos en esa habitación, le hubiera retado a un duelo.

-No puedes estar hablando en serio. – Dije impactada. – Chase, es tu padre.

-¿Y qué? Yo no reconozco a ese lobo abusivo como mi pariente. ¡Te ha lastimado por años! No más, yo te cuidaré.

Nos encontrábamos de camino al restaurante favorito del cachorro; aunque no lo quisiera admitir, yo tampoco quería regresar y ver a su padre. Comeríamos ahí mientras tomaba valor para regresar, mientras tanto hablaría con Chase.

-A mí ya no me quedan parientes en este mundo. – Dije en un suave susurro que atrajo la atención del cachorro. – Extraño a mis padres aunque no tenga recuerdos de ellos, ojalá pudiera estar molesta con ellos sabiendo que en cuanto ese sentimiento negativo se vaya, ellos estarán ahí. Eres afortunado Chase, ¿No puedes verlo? Tu padre te ama, tú lo amas… ¿Por qué seguir molesto con él?

-Porque ha cometido actos horribles hacia ti. – Dijo malhumorado, pero pude ver que sus hombros se destensaron un poco. Bien. – Es un mal lobo y ha utilizado su fuerza contra ti.

-No te negaré que me ha lastimado. – Dije siendo honesta. – Todos cometemos errores, pero es lo que hacemos después de darnos cuenta de que hemos herido a alguien lo que nos define como personas. Tu padre se ha disculpado conmigo y yo no estoy enojada con él.

-¿Por qué no? – Preguntó ladeando la cabeza. – Es tu pareja, si fueras loba ya estarías tratando de arrancarle la cabeza.

-Ah, así que lo sabías, pequeño bribón. – Dije despeinando su cabello. Él solo se encogió de hombros.

-Lo supe recientemente cuando papá vino a la manada.

Negué con la cabeza y lo dejé pasar. Eso explicaba por qué había un dije extra en mi collar que no tendría por qué estar ahí… aunque él me entregó el collar mucho antes de eso. Quizá solo era intuición de cachorro.

– Bueno, no soy loba y puedo hacer retroceder mis sentimientos lo suficiente como para ver el panorama completo. No creo que me haya querido herir intencionadamente, ¿Acaso piensas que no podría matarme de ser el caso? Como bien has dicho, el lobo tiene mucha más fuerza que yo. – Dije y luego me detuve a mitad de la calle y me agaché para ponerme a la altura de sus ojos. – Tú tienes más fuerza que yo. ¿Debo molestarme contigo cuando saltas sobre mí sin avisar y casi me rompes la espalda?

-Oh… - Dijo mirándose avergonzado. – Lo siento, Rose.

-No te preocupes por eso. – Dije dándole una suave sonrisa. - ¿Entiendes mi punto aquí?

-Si. – Murmuró viendo el suelo.

-Bien. Ahora, en cuanto regresemos ve y discúlpate con tu padre. La familia no debería de pelear.

-Pero…

-Sin peros. – Dije poniéndome seria. – Te agradezco que quieras intervenir por mí, Chase, pero deja que Bastian y yo resolvamos nuestros problemas. Al final del día eres su única familia.

Yo no mencionaría a su tía desaparecida por la simple razón de que no sabía si Bastian le había hablado de ella. De todas formas, no era mi historia para contar.

-Está bien.- Dijo con cara seria. – Solo prométeme que si se vuelve a meter contigo, le darás una patada en donde más le duela sin importar que sea un Alfa.

-¿No deseas hermanos? – Pregunté curiosa.

-Podrías adoptar a un cachorro y yo le llamaré hermano. – Dijo encogiéndose de hombros. – Promételo.

-Está bien. – Dije negando con la cabeza ante sus ocurrencias. – Prometo dañar seriamente la hombría de tu padre si acaso vuelve a mirar feo en mi dirección.

-Genial, me disculparé cuando volvamos. – Dije recuperando su actitud de cachorro feliz y eso me hizo sonreír. - ¿Podemos seguir viviendo todos juntos?

-Seguro, encontraré un lindo lugar en el patio trasero para tu padre. ¿Crees que vendan casas para perros en la tienda de mascotas local?

A Chase le encantó la idea y solo por diversión, mientras esperábamos nuestra comida, ordenamos una casa para perros por internet con la tarjeta de Edson.

Mientras caminábamos de regreso a casa, Chase se detuvo brevemente en la intersección que llevaba a la casa ( o a las cenizas de la casa) de Edson. Soltó un suspiró y siguió caminando conmigo perdido en sus pensamientos.

Aproveché para sacar el tema lo más delicadamente posible.

-He notado que Amanda y tú han estado un poco más distanciados, ¿Te peleaste con ella?

-Es solo un malentendido. – Dijo con cara triste y se e rompió un poco el corazón por él. – De alguna forma un montón de cachorras piensan que las estoy cortejando y Amanda…

-No digas más. – Dije ya sabiendo hacia donde iba. - ¿De casualidad, todo esto no comenzó después de que cierto cachorro ganara una competencia de escalada?

Su cara giró rápidamente hacia mí con asombro. Eso explicaba por qué otras cachorras comenzaban a acosar al pobre lobito.

-¿Sabes algo sobre eso?

-Lo escuché por casualidad. – Dije tomándolo en brazos para llevarlo así, él me lo permitió. Me gustaba cargarlo, sobre todo ahora que mi tobillo no me mataba por el dolor. – Te daré un consejo, cuando quieras hacer un gran gesto romántico hacia una dama, debes de asegurarte de que todos sepan que es para ella. Sobre todo ella debe de saberlo.

Guardó silencio por una calle completa antes de tensarse en mis brazos.

-¡¿Las otras lobas piensan que las películas eran para ellas?! – Exclamó horrorizado.

Yo asentí con la cabeza dejándolo que analizara sus problemas. ¿Quién tuviera siete y problemas tan triviales?

-Yo, Frederick Silver, he sido testigo. – Dijo el señor Fred apareciendo detrás.

-No… por favor. – Dije dando pasos hacia atrás.

-Está hecho. – Dijo Bastian volviéndose a levantar. – Mi manada ha sido reunida en el sector 7, acompáñame para continuar con el ritual.

-No… no… - Yo negué frenéticamente, per Bastian solo estiró su mano con la palma hacia arriba.

Sabía que se quedaría en esa posición hasta que yo no tomara su mano y las lágrimas comenzaron a rodar por mis ojos.

-No hagas esto. – Supliqué.

Sabía de qué se trataba el dichoso ritual del perdón y todo mi ser estaba en contra de la barbarie que representaba.

Después de que su deidad desapareciera y de los muchos cambios en el poder para llegar a ser Alfas, tuvieron que inventar alguna tontería para castigar a las Lunas y Alfas que se negaron a seguir las enseñanzas de su deidad. Así surgió el ritual del perdón; básicamente consistía en que un Alfa o Luna eran azotados hasta que la persona ofendida pudiera restaurar su honor. En caso de que el crimen fuera atroz, todos y cada uno de los lobos de la manada azotarían al menos una vez al agresor. Solo así los volverían a reconocer como sus líderes.

Así que al ofrecerme el ritual del perdón, Bastian estaba renunciando a su posición y aceptando volver a ser un lobo normal hasta que toda la manada le azotara… incluida y yo. Y al ser yo la ofendida, y su Luna (aunque no fuera oficial) me tocaba dar el primer y el último golpe; si es que todavía respiraba para ese último golpe.

Todos los Alfas y Lunas eran conscientes de que si su manada se contenía en los golpes, deshonrarían a su deidad, así que pedían que lo hicieran con todas sus fuerzas.

-El ritual del perdón es una de nuestras tradiciones más serias. – Dijo la señorita Mary en alguna clase de los lobeznos hace unos meses. – No se ofrecen a la ligera porque es probable que el Alfa o la Luna mueran a mitad de este.

-¿Solamente se ofrecen a los miembros ofendidos de su manada? – Preguntó el pequeño Gabe unas filas delante de mí.

-No. También se ofrece entre parejas. – Dijo la señorita Mary mirándome de reojo. – Solamente si se quiere restaurar el honor de su pareja ante la manada. No solamente se tomará en cuenta las acciones del ofensor sino también las acciones que hayan ofendido a la víctima por órdenes de la pareja.

Así que si lo que había entendido en esa clase era correcto, Bastián tomará responsabilidad no solo de lo que e hizo, sino de todo lo que me hizo su manada también. Y para volver oficial todo esto, necesitaba un par de testigos presentes al momento de ofrecerme el ritual.

-Te lo dije, te perdono. – Dije desesperada.

Si, había sido un bastardo idiota y merecía tal vez una o dos patadas pero… ¿Esto? ¿Cachorros tomando armas y siendo testigos de esto? No lo permitiría, pero sobre todo, me preocupaba la cordura de Chase cuando llegara su momento de lastimar aun más a su padre.

-Vamos, humana. – Dijo el señor Fred con tono lúgubre. – Sé que no puedes aceptar algunas de nuestras costumbres, pero, ¿No puedes ver su sinceridad?

-La veo, la vi cuando se disculpó conmigo. – Dije aun con lágrimas corriendo por mi cara y regresé mi atención hacia la mano que me ofrecía. – No lo hagas, no le hagas esto a Chase.

-Lo siento tanto. – Dijo con una mirada que no había visto en su cara.

Eso era ternura.

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: ¡Papá compró una humana!