Político busca niñera romance Capítulo 15

Narra Amanda.

Mí cita con Santiago fue maravillosa, me llevó a cenar a un restaurante muy elegante. Teníamos muchas cosas en común, pero no me sentía atraída por él como me atraía mí jefe. Fue una gran sorpresa saber que eran amigos, me di cuenta que el mundo era demasiado pequeño, o quizás era el destino el que me quería jugar una mala pasada. Intercambiamos números para seguir comunicados, de vez en cuando hablaba con él, quedamos de salir de nuevo después que regresará de un viaje de negocios en el extranjero, no quería aceptar, pero él era demasiado dulce para decirle que no, desde entonces han pasado tres semanas, de las cuáles la tención entre mí jefe y yo era más difícil de soportar, en ocasiones me veía de una manera deseosa, él había cambiado últimamente, tantos con sus hijas como en su vida personal, ya que no veía o escuchaba a los demás empleados decir que él llegaba con una de sus conquistas los fines de semana en su casa de relajación, no sabía a qué se debía ese cambio tan brusco, pero no quería hacerme ilusiones de que era por mí.

Salí de mis pensamientos para terminar de acomodar unos vasos que había lavado, no me gustaba que la señora Betancourt tuviera más trabajo. En ese momento de la noche escuché unos pasos hacía mí dirección.

—Señorita Smith—dijo mí jefe para saludarme ingresando para tomar una botella con agua—. ¿ Cómo estuvo su día?—preguntó poco después.

Sonreí levemente ante su presencia, cada vez me ponía más nerviosa estar con él a solas.

—Estuvo genial—le respondí secándome las manos.

—Me alegro—comentó haciendo una pausa—. No sé si está enterada que me iré de viaje mañana por dos días a una conferencia relacionado a la empresa—pronunció de repente, la verdad era es que ya había oído algo al respecto—. Cuento con usted para cuidar a mí hijas—me dijo.

—Claro que si. No sé preocupe por ellas, estarán bien—le confirme.

Él sonrió y me vio fijamente. Nos quedamos en silencio por un momento, ninguno de los dos quería hablar primero.

—¿A dónde será su viaje?— Pregunte para romper el hielo.

—A Santa Rosa—contestó.

—Es dónde están las ruinas mayas ¿Cierto?—él asintió con la cabeza—. Vaya es un lugar muy antiguo—agregue.

—Hay muchas cosas antiguas en este país que son muy buenas—dijo de una manera sugerente, como para dar a entender que él era una de esas cosas antiguas por su edad. Sonreí tímidamente y después nos quedamos en silencio de nuevo mientras se sentía una vibración eléctrica entre nosotros, y si no me equivocaba, él también parecía un poco nervioso ... o tal vez era mí imaginación—.Supe que saldrá con Santiago cuando vuelva de su viaje—comentó de repente.

Al parecer estaba bien informado.

—Si—confirmé

—Entiendo—dijo algo pensativo—. Creo que él es su tipo —agregó.

La verdad era que no tenía un tipo fijo de hombres, mis novios habían sido... diferentes.

—Posiblemente —pude responder—. Pero creo que todo el mundo tiene un tipo, ¿no es así?—pregunte—. ¿Usted tiene un tipo?—quise saber.

Él simplemente se encogió de hombros.

—No lo sé—respondió—. Supongo que las mujeres con las que he salido últimamente caen en una especie de tipo—añadió.

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