Político busca niñera romance Capítulo 16

Narra Amanda.

Al día siguiente, mí jefe ya no estaba. Las niñas fueron a la escuela y regresaron por la tarde, merendaron algo y luego hicieron sus tareas. Estaba por atardecer, así que fui a ver a Zoé a su habitación, estaba guardado sus cuadernos al parecer ya había terminado.

—¿Quieres que te lea un cuento?— le pregunte.

—No lo sé, ¿No podemos hacer otra cosa para variar? —preguntó con un suspiro.

—¿Qué quieres hacer?—le dije con una sonrisa.

—Mirar YouTube o algo así—agregó escogiéndose de hombros.

—No lo sé, no es demasiado educativo—respondí.

—Eso no es cierto—escuchamos la voz de Denisse, la busqué con la mirada, estaba en la puerta—. He visto muchos tutoriales útiles—agregó.

Quizás tenían razón, ellas necesitaban un momento de relajación y no pensar solo en tareas, en ese momento pensé en lo que podíamos ver juntas.

—De acuerdo—les dije—. ¿Qué quieren ver?—les pregunté.

—Ya sé, podemos ver videos de animales graciosos—dijo Zoé emocionada.

—Me parece genial—.¿Tu que dices?—le pregunté a Denisse, ella esbozó una leve sonrisa, nuestra relación había mejorado desde ese día que jugamos a las bombas con agua, poco a poco ella dejaba caer sus barreras.

—Si Zoé quiere verlo por mí está bien—respondió queriendo ocultar su alegría.

Después de sus palabras encendí la computadora de Zoé en su escritorio, colócamos tres sillas frente a ella y luego nos conectamos a YouTube. Pasamos una hora viendo ese tipo de videos, las tres reíamos sin parar, me encantaba ver a las niñas tan felices. De repente mí celular comenzó a timbrar en mi bolsillo, lo saqué y vi el nombre de mí jefe, puse pausa el vídeo.

—Hola—respondí, tratando de actuar seria.

—Hola, señorita Smith—su voz ronca era increíblemente irresistible por teléfono. Mi corazón dio un vuelco al escuchar su hermosa voz—. Quería saber cómo están las niñas —me dijo.

—Ellas están bien, hicieron sus deberes y pronto bajaremos a cenar—dije viendo por la ventana que ya era de noche.

—De acuerdo, eso me alegra mucho ¿Puedo hablar con ellas?—dijo.

—Claro que sí—respondí, pasándole el teléfono primero a Denisse.

Ella lo tomó y habló con su padre por unos minutos. Se veía tranquila hablando con él, claramente la tensión entre ambos había mejorado. Luego ella le pasó el celular a Zoé, después simplemente él colgó.

—Bueno niñas, ya es tarde, bajemos a cenar—les dije poco después.

***

Al día siguiente bajé temprano a la cocina, era viernes y la niñas no tendrían clases hoy, al parecer la escuela tendría un día de fumigación programado. Hoy era el día libre de la señora Betancourt, así que yo prepararía la comida hoy de las niñas, decidí hacerle unos panqueques para desayunar.

—¿Qué haces?—me preguntó Denisse ingresando a la cocina todavía en pijama.

—Hare unos panqueques—respondí.

En ese momento Zoé también ingresó.

—Por cierto, ¿Qué hacen levantadas tan temprano?—les pregunté.

—Soy Magna, el placer es mío—respondió con una media sonrisa luego puso su atención a las niñas—.Hola mis tesoros—dijo acercándose primero a ellas—pensé en venir a ver cómo estaban con su padre ausente—agregó sacándole unos trozo de cáscara de huevo de sus cabellos. Las niñas sonrieron descaradamente—. Esto es de lo más inesperado que me imaginé encontrar—murmuró casi para sí misma.

—Estábamos cocinando—dijo Denisse como excusa—. Y...—hace una pausa mientras intentaba pensar en una razón.— Los huevos y la harinas se nos escaparon de las manos—dijo esta vez riendo, me estaba acostumbrado a verla así de feliz últimamente y no como cuando la conocí.

—Lo siento, pero nos ha pillado en medio de una pelea de harina—me disculpe esta vez yo.

La señora White, sonrió con torpeza.

—Así lo veo—ella me miró de arriba abajo—.Amanda ¿Cierto?

—Si—Sonreí sin apartar la mirada de ella.

Sus ojos parecían bailar de alegría.

—Demian dijo que eras muy diferente y ahora veo porque—mencionó con una amplia sonrisa, como si estuviera feliz, luego miró hacia la puerta—.Me voy, no quiero retrasar su diversión, nos veremos después mis tesoros—dijo ella viéndolas—. Fue un placer conocerte, Amanda—dijo amablemente saliendo de la cocina, poco después escuchamos el auto irse, respiré tranquilamente luego de su repentina visita.

Después les dije a las niñas que me ayudarán a limpiar, ellas con gusto lo hicieron. Poco después habíamos terminado.

—Sera mejor que nos bañemos, nos vemos fatales—les dije riendo—. ¿Qué les parece si vamos a desayunar a una cafetería que conocí aquí cerca?—les pregunté.

Ellas intercambiaron miradas.

—De acuerdo—respondieron al mismo tiempo, al parecer les había gustado la idea.

Luego ellas subieron a bañarse, después le hablé al chófer para informarle que pronto saldríamos para que preparara el auto. Después subí a mí habítacion y me bañé, mientras lo hacía no pude evitar sonreír, las niñas la habían pasado muy bien, a pesar de la inesperada visita de su abuela, solo esperaba que no le dijera algo negativo a mí jefe sobre lo que vio hoy, eso me metería en problemas.

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