Político busca niñera romance Capítulo 29

Narra Amanda.

Estaba de pie frente al espejo, luego recibí un mensaje de Demian, me decía que bajará a la sala, salí y caminé un poco lento mientras mis nervios se apoderaban de mí. Esta noche llevaba un vestido de noche negro sin tirantes, me sentía nerviosa, más que nunca y no estaba segura del por qué. Tal vez se debía porque esto se sentía como una cita real.

Al llegar Demian estaba muy atractivo como siempre, llevaba un traje negro, me sonrió en cuanto me vio. Su cabello estaba peinado a la perfección y la forma en que me miraba era puro fuego.

—Mi hermosa Amanda—pronunció.

Mi corazón se aceleró al escucharlo.

— Hola—sonreí, cuando me acerque él me beso suavemente.

—He estado esperando esto todo el día—dijo.

Sonríe contra sus labios.

— Ayer estuvimos juntos no te acuerdas—respondí sonriendo un poco.

—Lo sé, pero ¿Cómo podría tener suficiente de ti solo con un par de horas?—respondió dulcemente.

Sonreí levemente antes sus palabras, mientras me perdía en su mirada.

—¿Cuáles son tus planes para mí esta noche?—pregunte tratando de ocultar mí nerviosismo.

—Bueno, iremos a cenar y luego bailaremos —contestó.

Levanté una ceja al escucharlo.

—¿De Verdad?—pregunte incrédula de sus verdaderas intenciones.

—Claro que si, tengo otros placeres y no todos son sexuales—me dijo un tono misterioso. Luego de eso tomó mí mano y salimos de la casa en su auto. Poco después llegamos a un hermoso restaurante, al fondo se podía observar un grupo de músicos tocando música clásica—.Cenaremos arriba, ven—me dijo llevándome hacia unas escaleras, están daban hasta un segundo piso exactamente a una terraza, había una mesa iluminadas por velas individuales, también habían luces de colores sobre nosotros. La música de abajo se escuchaba perfectamente. Nos sentamos y luego tomamos Champán, luego comimos y charlamos con fluidez. Demian era en realidad más relajado ha estado riendo libremente es muy encantador e inteligente. Realmente esto se sentía como si estuviéramos en una cita real—.Entonces, ¿qué te dijo mi madre hoy?—preguntó, lo vi con cara de desconcierto.

—¿Sabes sobre eso?—le dije sorprendida.

—De algo me enteré, pero ella no me dijo en realmente mucho—respondió.

Guardé silencio por un momento.

—Ella quiere que te persiga—le dije de golpe.

Él sonrió y hizo una mueca.

—¿De verdad?

—Si—respondí.

—Me disculpo si te causo molestias. Ella no tiene pelos en la lengua—comentó, sonreí y bebí mi champán al escucharlo—. Pero ¿Qué le dijiste cuando dijo que deberías perseguirme?—interrogó con curiosidad.

Al parecer mí respuesta era importante para él.

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