Político busca niñera romance Capítulo 30

Narra Amanda

Después nos levantamos, desayunamos y vimos algo de televisión, por la tarde las niñas regresaron.

—¿Qué les parece si vemos una película antes de que se duerman?—les dijo, me dio gusto que quisiera pasar tiempo con ellas antes de irse de viaje, a las niñas les encantó la idea.

Después de la película las niñas fueron a dormir y yo también fui a mí habitación. Me daba tristeza que él se fuera por una semana, desde ya lo extrañaba. De un momento a otra escuché la puerta de mí habitación abrirse, era él, ingresó para luego cerrar la puerta.

—¿Qué haces aquí?—le pregunté con una sonrisa.

Ingresó a la cama y me dio un beso.

—No podía dormir sin ti, ¿Puedo quedarme aquí contigo?—preguntó.

Sonreí ante su pregunta.

—Claro que si—respondí besándolo dulcemente, pero ese beso se volvió más intenso, luego pude sentir sus dedos cerca de mí coño.

—¿Quieres conocer uno más de mis placeres?—me preguntó viéndome con esa mirada de excitación que me encantaba, solo pude asentir con la cabeza—. Mí placer es ver a una mujer correrse causa de mis dedos—dijo ingresando sus dedos por debajo de mis bragas, su ritmo era placentero, mi humedad era cada vez mayor, me comenzó a follar con fuerza, jadee de placer mientras mí cuerpo se balanceaba con la presión de sus dedos sacudiéndome, eche la cabeza hacia atrás mientras sentía el orgasmo salir de mí cuerpo de una manera deliciosa, cerré los ojos para disfrutarlo, cuando los abrí me encontré con sus ojos y el triunfo se iluminó en su rostro. Ese fue el orgasmo más fuerte y perfecto que he tenido, todo a causa de él. Luego vi que se llevó los dedos hacia su boca para chuparlo, eso realmente fue erótico—. ¿Estás lista para más?—me preguntó colocándose sobre mí.

—Siempre— susurre realmente excitada, este hombre era un vicio que no quería dejar jamás, me follo de golpe, su polla se sentía maravillosamente bien, sus embestidas fueron fuertes, una y otra vez era un ritmo constante que me torturaba.

—Demian—dije entre gemidos estaba a punto de volver a correrme.

—Lo sé nena—susurró en mi boca—. Déjalo salir—dijo follandome profundamente, gemi en ese momento dejándome llevar por el placer.Entramos a un ritmo realmente salvaje. Los golpes fuertes y profundos obligaban a la cama a chocar contra la pared—.¡Joder!—gimió él cuando comenzó a perder el control, nuestros cuerpos estaba cubiertos por una capa de sudor, luego levantó mis piernas hacia donde él las quería para embestirme más profundo, no pude evitar correrme de nuevo y cuando lo hice él también se corrió.

Quedamos rendimos después de ese momento.

—Eres jodidamente increíble—le dije realmente satisfecha no solo por este momento, sino por todo el sexo que habíamos tenido todo el fin de semana.

Él acercó a mí para darme un beso.

—Tu lo eres, era la mujer más increíble que me conocido—dijo para darme otro beso, solo le pude responder con una sonrisa.

Nos quedamos abrazos durmiendo esa noche, no quería sepárame de él jamás, sabía que lo que sentía por él era mucho más fuerte que un simple querer. Lo amaba más de lo que mí corazón quería admitir.

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