Narra Amanda
Después nos levantamos, desayunamos y vimos algo de televisión, por la tarde las niñas regresaron.
—¿Qué les parece si vemos una película antes de que se duerman?—les dijo, me dio gusto que quisiera pasar tiempo con ellas antes de irse de viaje, a las niñas les encantó la idea.
Después de la película las niñas fueron a dormir y yo también fui a mí habitación. Me daba tristeza que él se fuera por una semana, desde ya lo extrañaba. De un momento a otra escuché la puerta de mí habitación abrirse, era él, ingresó para luego cerrar la puerta.
—¿Qué haces aquí?—le pregunté con una sonrisa.
Ingresó a la cama y me dio un beso.
—No podía dormir sin ti, ¿Puedo quedarme aquí contigo?—preguntó.
Sonreí ante su pregunta.
—Claro que si—respondí besándolo dulcemente, pero ese beso se volvió más intenso, luego pude sentir sus dedos cerca de mí coño.
—Eres jodidamente increíble—le dije realmente satisfecha no solo por este momento, sino por todo el sexo que habíamos tenido todo el fin de semana.
Él acercó a mí para darme un beso.
—Tu lo eres, era la mujer más increíble que me conocido—dijo para darme otro beso, solo le pude responder con una sonrisa.
Nos quedamos abrazos durmiendo esa noche, no quería sepárame de él jamás, sabía que lo que sentía por él era mucho más fuerte que un simple querer. Lo amaba más de lo que mí corazón quería admitir.
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