PROMETIDA AL NACER (COMPLETA) romance Capítulo 22

-la verdad Vanessa tiene razón, eres tan ingenua, sin saberlo bebiste una poción que anulara tu magia por unas horas- me dijo contento.

Me paré en seco, como podía haber sido tan tonta, ahora no podría defenderme como le prometí a Damián, lo tenían planeado, seguro Vanessa le dio la poción, tenía que salir de aquí como sea pero no podía dejar a Evans aquí.

- ¿ya no quieres verlo? - me pregunto Zen acercándose, me había alejado de él.

- ¿Por qué me haces esto?, ¿Por qué te unes con ella para lastimarme? - le dije dolida, la verdad pensaba que Zen no sería capaz de algo así.

-el por qué es muy simple, quiero ser el líder de todas las razas y con tu prometido de por medio no puedo, por eso si destruyo su debilidad podre con el- ahora lo entiendo, yo soy su debilidad, maldición por mi culpa Damián sufrirá.

-eres un cobarde- le grite, estaba furiosa, no tenía magia pero iba a luchar como sea, me abalance hacia él con toda la fuerza que tenía pero solo basto para hacerme daño, el tenía el doble de fuerza que yo.

-olvídate de verlo, permanecerás encerrada en una habitación de por vida- me dijo levantándome del suelo por el brazo.

Me resistí, no podía permitir que me encerrara.

-estate quieta, no me obligues a lastimarte o será peor- me dijo subiéndome sobre su hombro.

-bájame perro, no te saldrás con la tuya- le dije golpeándole en la espalda pero no parecía dolerle.

-cuidado con lo que dices, porque el perro puede morderte- me dijo riéndose.

De repente me suelta en el suelo sin ningún cuidado, me levanto despacio e intento correr pero en el momento que ve mis intenciones me agarra de la cintura y me apega a él.

-no escaparas tan fácil de mi-me dice en mi oído, noto su aliento en mi oreja y me da escalofríos.

-suéltame- le digo y como veo que no puedo defenderme con magia lo único que puedo hacer es darle en su punto débil, sin que se dé cuenta le doy una patada en su entrepierna, consigo que me suelte y grita de dolor.

No me entretengo mirándolo y bajo las escaleras corriendo.

-Edgar detenla- grita Zen desde arriba.

Sigo corriendo, no puedo permitir que me encierre, debo contarle a Damián lo que pretende.

Cuando veo la puerta principal, voy hacia ella y de repente siento algo perforar mi piel, miro mi pierna y es un dardo, siento como mis parpados pesan y lentamente me caigo al suelo, entonces comprendo que ha sido un dardo tranquilizante.

Abro los ojos y no sé dónde estoy, siento mi cuerpo pesado e intento moverme, no veo nada, todo está oscuro. Noto que tengo mis manos atadas y me temo lo peor.

-ayuda, que alguien me ayude-grito con todas mis fuerzas.

-nadie te va a ayudar- dice una voz en la oscuridad.

- ¿Quién eres? - pregunto a la oscuridad.

-eso no importa, así que deja de gritar- me dijo furioso, esa voz me sonaba mucho.

- ¿Evans? - pregunte.

-si soy yo, por tu culpa estoy aquí encerrado- me dijo, en ese momento el sentimiento de culpa me invadió.

-lo siento-le dije, no tenía palabras para decirle nada porque tenía razón, por mi culpa estaba aquí.

-eso no me basta, ¿Por qué te fuiste? - me dijo, aun no veía su cara por la oscuridad.

-tuve que hacerlo, me sentía engañada por Yoselin- le contesté.

-nosotros éramos tu familia, y nos abandonaste- me dijo, cada palabra que decía se notaba el sufrimiento.

-eso no fue así, Yoselin me mintió, y siempre me ha tratado mal y tú lo sabes- le dije con rencor, parecía no haberse dado cuenta en todos estos años.

-lo sé pero intentaba que no te sintieras tan mal por eso te ponía mi mejor sonrisa y te mostraba mi cariño- el tenía razón, nunca vi rechazo de su parte, al contrario siempre se portaba bien conmigo.

-sé que tú me querías pero ella no, y dijo que me fuera que no erais mi familia, por eso me fui, y me dolió dejarte pero no tenía opción- le dije y una lagrima salió de mi ojo.

-lo siento, no sabía que madre había hecho eso, ella me conto que te fuiste porque no nos querías- me imagine que podía haberle dicho algo así.

-sabía que no te iba a decir la verdad, pero eso fue lo que paso, y por mi culpa ahora estas aquí- le dije y empecé a llorar, quería ser fuerte pero no podía.

-shh, no llores, todo saldrá bien- me dijo Evans acercándose a mí.

Noto como me desata las manos y cuando están sueltas lo abrazo, al principio se queda quieto pero luego me corresponde, lo había echado tanto de menos, no me había dado cuenta, con tantas cosas que han pasado, no había tenido tiempo de pensar en estar de nuevo con él.

-gracias- le dije limpiándome las lágrimas.

-se acabó el llorar, tenemos que buscar una forma de salir de aquí- le dije poniéndome de pie.

-si al menos pudiera ver, todo esta tan oscuro- dije.

-no te preocupes por eso- me dice y noto que se mueve.

De repente veo luz, parece una ventana, me acerco hasta ella y veo la luz de la luna, miro hacia Evans y… esta tan cambiado, hace casi un año que no lo veo y está más alto y más guapo, lo extrañaba tanto, está hecho un hombrecito.

-no podemos salir, ya lo he intentado pero no puedo, el… es fuerte- creo que se refiere a Zen, me imagino que él no sabe nada del mundo sobrenatural.

-yo también soy fuerte pero ahora mismo no, como decirte, tengo superpoderes pero ahora mismo no los puedo usar, ¿me entiendes? - le dije, es difícil explicarle.

- ¿crees que no sé que eres una bruja?, el me lo dijo, también sé que él es un hombre lobo- vale entonces si sabía.

-vale, así me ahorro de contarte como es el mundo en realidad, tenemos que hacer un plan, el me dio una poción que supuestamente me deja sin magia pero no me dijo cuánto dura- le dije preocupada.

-tendremos que esperar hasta que tu magia vuelva, y pensaremos que hacer- me dijo.

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