Damián y yo estábamos besándonos y el beso empezó a intensificarse.
-para por favor- le dije apartándolo.
- ¿Por qué quieres que pare?, me vas a decir que no estabas disfrutando-
-esto... no está bien, apenas te conozco y no soy una cualquiera- le dije alejándome más de él.
-yo si te conozco desde que naciste- abro los ojos sorprendida.
- ¿sabes quién son mis verdaderos padres? -le pregunte con esperanza.
-No lo sé, solo sé que las personas con las que estabas no son tu familia, ahora me tengo que ir-
-no, espera necesito saber porque tu hermana me atacó- le digo agarrándole el brazo para que no se vaya.
-ahora no puedo decírtelo, tengo algo urgente que hacer-se soltó de mi agarre y se fue sin decirme nada.
Me siento dolida parece que nadie me quiere decir que está pasando aquí, voy al baño a terminarme de vestir cuando oigo como tocan la puerta y pienso que puede ser Damián para decirme la verdad pero cuando abro la puerta es Lucio quién está ahí.
- ¿quería algo? - le pregunto.
-buenos días señorita, ¿le apetece salir al jardín? - me pregunta con una sonrisa.
-me parece bien pero antes quisiera desayunar-
-sin problemas, que tenga buen provecho-
-muchas gracias- le dije y se fue, cerré la puerta y a comer mi delicioso desayuno.
Cuando termine de desayunar salí de la habitación con cuidado, no quería encontrarme a esa chica, no es que me diera miedo pero me daba mucha desconfianza y no entendía por qué si ni siquiera la conocía.
Voy bajando las escaleras despacio, no quiero resbalarme como la otra vez, abro una de las puertas que hay y da al jardín. Hoy hace un día muy soleado y las flores están preciosas.
Empiezo a caminar y hay gente trabajando en el jardín para mantenerlo bonito, encuentro un árbol que da sombra y me siento debajo, cierro los ojos para relajarme y sentir la naturaleza cuando oigo que alguien me dice algo, abro los ojos y es la hermana de Damián mi corazón empieza a latir muy rápido.
Me levante todo lo rápido que mis piernas me permitieron e intente alejarme de ella.
-espera por favor no huyas de mí, no voy a hacerte daño- me pare en seco al oírla.
Me gire despacio y la mire, parecía otra persona distinta a la del otro día.
-no es eso es que tengo que ir... al baño- que excusa más tonta acabo de dar pero es lo primero que se me había ocurrido.
-no mientas, sé que me tienes miedo puedo sentirlo, yo... lo siento mucho- me dijo eso y se fue, no me dio tiempo de decir nada.
Me dejo totalmente confundida, doy un largo suspiro e intento calmarme porque aunque parezca que no estoy nerviosa, tendré que tener cuidado y averiguar qué es lo que está pasando en esta casa.
Vuelvo a sentarme en el suelo y esta vez intentare relajarme.
********
Después de irme de la habitación de Danira me encuentro aquí en mi despacho esperando a una persona importante.
Danira estaba preguntando cosas que no pienso decirle al menos por ahora, es mejor que no sepa nada.
Tocan la puerta de mi despacho.
-adelante- digo sin quitar la vista del ordenador.
-¿qué es lo que quieres ahora?-me dice Raphael.
Raphael es un brujo importante es el líder de su aquelarre y tenemos negocios juntos por así decirlo.
Vamos hacia el comedor que no lo había visto todavía es amplio con una mesa muy larga me imagino que para muchas personas y unas lámparas tan majestuosas que impresionan.
-siéntese donde quiera- me dice Lucio.
Como no sé donde sentarme escojo un sitio al azar y ese sitio es en el medio, me siento tan sola en una mesa tan grande que un escalofrío recorre mi piel.
-¿Dónde está Damián?- pregunto.
-el señor sigue en su despacho, no creo que pueda venir a acompañarla- me contesta y yo junto mis labios en una línea fina.
Encima me va a dejar sola comiendo esto es el colmo.
-está bien, no importa- le digo y él se va.
A los cinco minutos aparece con una bandeja en la mano y la coloca delante de mí, abre la tapa y todo se ve delicioso.
Cuando termino de comer me levanto y subo las escaleras hacia mi habitación y cierro la puerta detrás de mí.
********
Después de arreglar otros asuntos salgo de mi despacho y voy hacia el comedor, seguro allí estará Danira pero no en su lugar está Lucio.
-¿donde está Danira?, ¿acaso ya ha comido?- le pregunto.
-si mi señor, acaba de irse a su habitación, parecía molesta- asiento con la cabeza.
Unos minutos después...
voy a ir a hablar con ella, subo las escaleras y llego a su habitación, toco la puerta despacio y oigo como su corazón late deprisa.
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