Secretos de Lobos. romance Capítulo 11

                                                               Narrador.

Charlotte seguía empeñada en salir, pero Farzana no se lo permitió, aunque Charlotte quiso investigar el motivo de cómo Karim podría saber si ella salía de la casa, Farzana la ignoró, no podía decirle que son lobos y que saben cuándo alguien miente y más al alfa de alfas.

Cuando terminaron de desayunar, Charlotte se estaba levantando de su lugar cuando escuchó a las demás esposas decir.

—Bienvenida suegra—, cuando ella se giró para ver de quién se trataba, puesto que no vio a ninguna suegra en la ceremonia. 

—Muy amables mis nueras—, Charlotte notó, la mujer que se ve bastante joven para ser la madre de Karim, es una mujer un poco más adulta que ella, pero bonita y con un cuerpo que se nota debajo de tantas telas que es voluminoso.

—Tú—, la señaló la loba, — ¿por qué estás vestida así?, ¿eres la cuarta esposa?

—¿Tengo la obligación de responder? — le contestó Charlotte con una pregunta, pues no le gustaba la forma en que la mujer cuestionaba y aunque ciertamente sea su suegra real, ella no estaba dispuesta a dejar que nadie la maneje.

—Pero…, — la loba se mordió la lengua para no decir varias palabras que la dejaría ver mal delante de las otras tres esposas.

—Suegra, ella es americana, no entiende de respeto, y le falta a nuestro esposo tratándolo como su igual, — Shacia se giró a mirar a Charlotte y le explicó con tono tosco — ella es la madre de la difunta esposa de Karim así que debes mostrar respeto por nuestra suegra.

—Este hombre se anda casando desde que cayó en el vientre de su madre—habló Charlotte impresionada y luego empezó a reírse—, en ese caso; Sha loca, tú no eres la primera esposa, sino la segunda porque para reclamar el lugar de la primera está su madre— dijo burlona y Saima (loba madre de la anterior luna) se mostró ofendida.

—Eres muy atrevida, y desobediente— le reclamó con irritación.

—Gracias por sus halagos, pero si me hace ser atrevida defender mis derechos y ver la realidad de este lugar de puros locos, me gusta ser desobediente, ya que no veo la razón de porque a usted yo tenga que llamarla suegra y agachar la cabeza para mostrarle sumisión, — Saima no sabía cómo responder a tantas rebeldías de esa mujer que se muestra prepotente a diferencia de las otras humanas que ella maneja tan fácilmente, sintió ganas de escupirle que ella solo es un instrumento que utilizarán, pero se mordió la lengua, evitando cometer un error que puede hacerla perder el cariño de Karim.— La llamaré, por su nombre si así lo quiere, pero no suegra, — volvió a decir Charlotte yéndose a su habitación. 

                                              Narra Karim. 

En la oficina no hice más que pensar en Charlotte, no sé qué me pasaba, pero es como si no pudiera alejarla de mis pensamientos, su malcriadez me frustra, pero a la vez se me hace interesante querer saber cómo hacer para obtener ese lado sumiso que por algún motivo sé que debe tener. 

#Tú eres quien provoca esta sensación de dominio en mí, # averigüé con mi lobo porque no me nace a la idea de que la piense tanto, olvidando así muchas veces a Mirza y eso no puede ocurrir, ya que Charlotte en mi vida será un ave de paso, únicamente necesito dejar mi simiente en su entraña y que surja el nacimiento de mi cachorro, mi descendiente. Hubiera sido un enorme honor haberlo tenido con mi luna, mi amada Mirza, pero mi mala suerte se adelantó y la apartó de mi lado. 

Pedí a Mohamed y a Adub volver a la manada, puesto que no hay nada interesante que hacer en la casa y al caer la noche iré un rato por allá, eso sí, Charlotte ya está en buen estado, le diré que cumpla con su deber de esposa, y se acueste conmigo, ya no retrasaré esto porque si apenas tiene un día a mi lado y ocupa mi mente, no quiero saber qué sucederá cuando lleve meses a mi lado y no me hace buen, porque solo me llena de culpa. 

Íbamos avanzando por la carretera y casi estábamos a punto de llegar a la casa, respire profundo. 

«Debo seguir calmado, discutir con esa mujer no es la solución» me dije a mi mismo porque he notado que siempre salgo perdiendo con ella, soy un alfa, eso no es normal, debería ser ella quien se doblegue «así que de ahora en adelante pienso utilizar mi poder en ella» volví a hablar conmigo mismo y en cuanto sentí la conexión con Mohamed puse mi mente en blanco. 

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