Secretos de Lobos. romance Capítulo 13

                                            Narra Karim.

La batalla no dura mucho, a pesar de que Moran es rápido y feroz; Zilo lo, es más, y pronto tenemos a mi hermano tendido en el suelo con su cabeza bajo nuestras patas delanteras, exigiendo una sumisión que él se niega a hacer. 

No comprendo por qué me enfrenta si sabe que no podrá contra mí, incluso no estando en mi mejor momento, hay seres que se enfrenten a mí. 

No es altanería, sino el poder que la madre luna me concedió. Me he batido a duelo las suficientes veces como para conocer mi fuerza. 

Si algo bueno tiene todo esto es que al menos pude castigar un poco a Kasul y de cierto modo me siento más tranquilo, desde que asesinó a Mirza no había podido encontrarlo para hacerle pagar. He ventilado algo de tensión, pero la sensación de perdida sigue ahí.

El recuerdo de mi luna vuelve a mi mente y cuando lo quiero volver a enfrentar se escabulle y se va; no lo sigo, en realidad no vale la pena hacerlo si de todos modos no lo puedo asesinar o causarle un grado de dolor sin lastimarme a mí mismo.

Siento el agotamiento, apoderarse de mí, pero no físico, eso imposible, sino mental, y vuelvo a mi forma humana, intentando no rezongar ante la evidente frustración y preocupación de que mi hermano ahora tenga interés en la única mujer que puede darme a mi cachorro. 

Entré a la casa, en mi forma humana, pero creando un aura de invisibilidad de mi cuerpo para no ser visto sin ropa al hacerlo, y mientras me pongo una camiseta blanca, el recuerdo de Charlotte dejando que mi hermano lamiera su cuello inunda mi mente. 

—¡Ah! Charlotte, Charlotte, Charlotte. Te has convertido en un sórdido dolor de cabeza que me volverá loco— hablé a la nada, con frustración y un sentimiento de celos que quema en mi pecho, tenía infinidades de tiempo que no sentía por nadie esa necesidad de pertenencia y bueno, se lo atribuyo a que soy un alfa muy dominante y al saber que Charlotte será la mujer con quien me acostaré me molesta la idea de que otro lobo la ande lamiendo, lo veo como dejarme sopetear la comida, o algo parecido. 

Pero no puedo sacarla de mí, incluso durante la breve pelea no he podido dejar de pensar en ella. La idea de perder a Charlotte me llena de una agonía indescriptible, como si me hubieran arrancado de cuajo el corazón y todavía ni siquiera está embarazada. Mi mente estaba más centrada en mi cuarta esposa que en mi hermano y de cierto modo eso no me agrada porque lo que menos quiero es encariñarme con una humana.

Arrugué la nariz conteniendo un suspiro y aparto la mirada de la fotografía de mi luna, que tengo en mi habitación, no me siento digna de admirarla cuando ahora esa humana rebelde no abandona mi pensamiento. Me siento cansado de hacerme preguntas, ¿cuál es el motivo para que Charlotte me cause tanto interés?, y de mi propia mente que no cesa de repetirme lo mismo.

«Ella no significa nada» 

#Vamos a dejar nuestra simiente en sus entrañas, debemos agilizar el proceso, no sabemos qué tan fértil es la humana, además me causa mucha excitación, imaginarme dentro de su pequeño y húmedo cuerpo, tenemos demasiado sin sentir a una hembra# me incita mi lobo. 

#Zilo, si voy a ella ahora lo único que lograremos es que se dé cuenta de que no somos humanos, estoy furioso con esa humana, y el olor de Kasul en ella no será de mucha ayuda#

                                          Narra Charlotte. 

Cuando al fin pude llegar a mi recámara, tiré el libro, el celular y la manta sobre la cama, me siento molesta. 

—Arrr, no debí de hacerle caso, no puedo hacer lo que él me pida cada vez que quiera, no seré una más del montón debo mostrarle a ese idiota que no me puede tratar como a su animal fiel al que le da órdenes y la cumple—, resabiaba sola, caminando de un extremo a otro dentro de la habitación, pero cuando sentí que la puerta fue abierta de manera abrupta me quede tiesa, pues en medio de mi rabia había olvidado poner seguro a la puerta y ahora el hombre que me gusta, pero que a la vez no quiero cerca, estaba frente a mí resoplando como toro bravo cuando le agitan una capa de color rojo.

—Que mala costumbre tienen ustedes, las puertas se hicieron para tocarse si no se pone nada, simplemente se deja el hueco sin puertas y se pone en la entrada, "por favor pasé como animal lleno de maña que no respeta la privacidad ajena" — le reclamé molesta, con tono frío. 

—Tú, no me darás a mis clases de modales, eres mi esposa y está es mi casa, puedo venir sin pedir permiso, ingresar aquí y entrar en ti de la misma manera, — su voz gruesa es profunda y ronca, muy masculina, me pareció desconocida y me hizo sobresaltarme. 

—Tu cuarta esposa, querido que no se te olvide, y aún no es domingo, así que ve con la loca Sha, ella podrá quitarte la calentura—, aunque me molesta la simple idea, algo me incitaba a recordarle con ironía que tiene más mujeres, mientras que él avanzó varios pasos hacia mí y lo intenté detener levantando una mano.

—Ni se te ocurra, mejor hablamos luego—, le propuse detallando su vestuario informal.

Su cuerpo es firme y musculoso, y la anchura de sus hombros y sus bíceps hace que mis rodillas se sientan débiles y que mi sexo se humedezca como si fuese una adolescente calenturienta, para mi total consternación. 

Jamás en la vida había tenido una reacción así, es tan potente que siento mis pezones endurecerse contra la tela de mi blusa. Pidiendo sentir el calor de esa boca que ahora no abandona mi cuello y clavícula y que no deja de hacer sonidos extraños, pero que me excitan mucho más. 

Él me carga y yo estoy tan sumergida en el placer que me brinda que abro mis piernas y la enrollo en sus caderas; nuestras bocas se encontraron y mis dientes mordieron con suavidad el grosor de sus labios, a la vez que los chupaba despacio, disfrutando del rico sabor de su boca. 

—Eres mía Charlotte, toda tú me pertenece, tu cuerpo es mío, tu ser— en ese momento algo en mi cabeza hizo clic y desperté de la ensoñación de su aura embriagadora y rompí por completo el beso justo como él lo hizo anteriormente y lo alejé. 

—Yo no soy de nadie, Karim, soy solo mía, me pertenezco a mí misma, — él me miró perdido como si se retractase de lo que acaba de decir o hacer y agradezco que lo detuve a tiempo porque me dolería más ver esa mirada en él, después de haberme entregado, pero como dije y mantengo me cuesta ser la esposa sumisa que él quiere. 

Karim causa muchos efectos en mí que ningún hombre, antes había logrado y podría como mujer de mente libre disfrutar del sexo a su lado, pero siento que si accedo le estaré dando mucho más poder sobre mí. 

Tragué saliva intentando respirar hondo y calmarme a mí misma, puesto que tengo el impulso de retirar lo que acabo, de decir y acercarme a él, lamer la piel de su ancho cuello para probar el sabor de su piel, y la necesidad es tan urgente que apenas puedo contenerme. 

Él parpadea y vuelve a soltar un sonido que parece más animal que humano. 

—Descansa Charlotte, — me dijo, y salió de la misma manera en la que entró. 

«Aborrezco que se crea el todopoderoso, únicamente porque posee riqueza, ¡cuánta arrogancia en una misma persona!» 

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