Secretos de Lobos. romance Capítulo 29

Narrador.  

Charlotte caminaba echa una furia sintiendo que dejaba a Karim y sus prejuicios sentados en aquella banqueta, puesto que ella no tenía ni idea de que esas mujeres habían notado el coqueteo entre ella y su hombre, pero Karim, si, y al hacerlo decidió quedarse sentado y no caminar a su lado para no empeorar la situación.

De modo que cuando Charlotte llegó cerca de su camioneta encontró a un hombre guapo, con un porte elegante, en su perfil de macho imponente la atrapó, y no es que fuera más hermoso que su esposo, sino que su aura endemoniada tenía ese poder en el que ella cayó siendo presa.

El rió al verla, vestida tan extrañamente para él— tienes agallas para vestir como hombre siendo mujer—, esas fueron las primeras palabras que el rey de los demonios formuló hacia Charlotte, oliendo el aura de Karim en ella.

«Esto es lo que me oculta mi querido Kasul» pensó malicioso, con su expresión petulante. Había decidido salir del inframundo a seguir a Karim, puesto que sintió que Kasul le estaba ocultando algo, eso de que no iban a la manada, sino a otro lugar cerca de los humanos; él no era de mucho salir al mundo humano, pero de vez en cuando que lo hacía se aprovechaba de alguna ilusa que no estuviera siendo escoltada por el esposo, así bebía de ella, y la dejaba viva pero en un mal estado, y como las mujeres en ese lugar pasaban de reservadas no se atrevían a contar que un hombre que las engatuso mordió cerca de su feminidad para succionar su sangre, preferían no ir a un hospital. La mayoría morían por el veneno que expulsa los colmillos de ese demonio que le pone la piel negra, otras se salvaban porque así él lo quería, era como un juego divertido para él.

Charlotte alzó una ceja después de haberlo barrido con la mirada y raramente salido de un hechizo al que ninguno humano se resiste, pero ella levantó el mentón y lo miró con altivez. —Si usted no dice nada y se aparta de mi coche nadie tiene por qué saberlo— pidió tosca; actitud que al demonio le fascino más sobre todo en una humana, otra en su lugar sintiera miedo por ver a un hombre cerca de esa camioneta que huele al rey alfa.

—Eres ruda, la tosquedad no es para nada tierno en una mujer—, él hizo un rictus con los labios.

— Pues fíjese, muñeco de pastel de bodas, lo que menos quiero verme es tierna, si lo que busca es ligarse una ternurita, le presento el país de la maravilla, tal vez le aparezca Alicia—, ella hizo un ademán mostrándole a más mujeres, mientras que Karim, estaba observando todo con detenimiento, pues había sentido el aura demoniaca, pero sabía que debía ser inteligente porque si se acerca a proteger a Charlotte puede que el demonio sea mucho más astuto y rápido, en una ráfaga de humo negro desaparecería con ella en segundos o de paso clavaria una de sus garras negras y ningún humano por su agilidad lo notaría, de modo que se mantenía alejado aunque estaba muy preocupado, el plan era no mostrar que esa humana sea de su interés. Y pedirle a la luna que el traidor de Kasul no le haya contado nada a ese demonio sobre Charlotte.

—En realidad ahora que te veo me gusta más así de ruda o rudo, no tengo preferencia, si vienes a mi lado puedo dejarte ver que te disfrutaré vestida de hombre.

—Atrevido, pero que descaro, déjeme decirle que tengo un esposo, — eso era lo que él quería escuchar qué significa ella para Karim, bien Rocco sabía que él estaba mirando todo, pero supuso que no había necesidad de que Karim se acercara, ya que él descubriría por boca de la misma Charlotte en que la beneficia ella a él, entonces Karim fue hábil en aparecer caminando como si nada le atormentase con las manos dentro de sus bolsillos delanteros.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Secretos de Lobos.