Secretos de Lobos. romance Capítulo 56

Narrador.

Karim quedó estancado, no sabía qué decir, pues, la razón era obvia, todo se debía a su estatus entre los humanos y a la necesidad de conseguir a una humana que cumpliera con darle ese apreciado hijo y para eso debía crear una fama de hombre poderoso y respetable; claro el dinero y el poder lo poseía, pero nunca antes necesito hacer alarde de ellos, hasta que comprendió que los humanos amaban más al dinero que a sus propias hijas las cuales en pocas palabras las cambiaban por una buena cantidad de dinero.

—Soy más que humano, pero también lo soy, prefiero mi forma humana que la de lobo, debo aparentar entre humanos para poder convivir.

—No, no me has entendido —expresó Charlotte, negando con la cabeza y mirándolo con sus lindos ojos brillantes, conteniendo las lágrimas—. Me refiero a ¿por qué fingir y casarte con humanas cuando no puedes compartir el secreto?, me niego a aceptar que siendo tan viril y con tantas perras en celo a tu alrededor necesites arruinar la vida de una mujer, pero que digo de una. De cuatro mujeres, solo por estar bien y representar a tus pares, no lo creo, aunque me duela, la triste realidad, sádica y enfermiza es que solo soy para ti una incubadora.

Charlotte no pudo resistir más el dique que se volvieron sus ojos y derramó gruesas lágrimas una tras otra, Karim sentía un nudo en la garganta y quería llorar con ella.

—Charlotte, sé que es difícil de creer, pero tú eres diferente, ojalá fueras una más, así mi vida no fuera tan complicada si no te quisiera tanto, me duele Charlotte, mi corazón duele por primera vez en mi existencia, lastimarte es lo más espantoso que siento.

—¿Quererme?, ¿qué te duele lastimarte? ¡Me querías matar!...

—No, es decir, sí…, pero ya no… —Karim mordió su puño con los ojos anegados en lágrimas, no era capaz de explicar correctamente lo que sentía, tomó aire y tragó el nudo de nuevos sentimientos mientras veía a Charlotte llorando a mares—. No me estoy explicando correctamente, lo que trato de decir es que mi vida no es mía para disponer de lo que deseo, que me debo a una raza entera, que me respetan, pero no quiere decir que no deba procurar lo mejor para ellos. Que necesito un hijo y la manera de tenerlo sin mi luna es con una humana.

—¡Ay!, pero qué noble, y qué suerte la mía, me han dicho toda mi vida que era talentosa, pero jamás que era buena para ser incubadora de lobitos, ¿dime que viste en mí?, mis caderas anchas, mi trasero respingón, mi útero sellado, porque virgen, ya no soy, desde hace tiempo que ese tren partió.

—Charlotte, es más grande que yo, pero no quiero perderte, así que he estado buscando la manera, porque no quiero perderte, por favor mi amor, lo lograré…

Karim se acercó a Charlotte queriendo abrazarla y ella corrió y se puso debajo del enorme retrato de la luna fallecida.

—No, a ella la amas, a ella que adorna esta enorme estancia, seguramente todos vienen y se arrodillan ante ella en extraños ritos, no finjas amarme…

Expresó Charlotte con entereza limpiando sus lágrimas y Karim agarró sus propios cabellos con furia.

—¿Que no te amo?, maldita sea Charlotte, entraste en mi vida y la pusiste patas arriba, despertaste al hombre dormido en mí, no te niego que la amé —dijo señalando el retrato—, lo hice con toda mi alma de lobo, ella era mi loba y hubiera sido feliz con ella por la eternidad, pero el destino se torció y me quedé sin ella y morí en vida hasta que tú mi amor, con tu sonrisa traviesa, tu disposición de hacerme enojar, tus ansias de vivir en grande rescataron a un hombre que no fui nunca, porque volví a nacer por ti.

—No debiste, ¡maldita sea!, no debiste despertar, debiste embarazarme y luego matarme…

—De qué hablas mujer, no ves que no puedo herirte, te amo y necesito que me creas.

—Hubiera preferido que me mataras, a que me hicieras enamorarme de ti, lamento amarte tanto y verte sufriendo, porque a una parte idiota de mí eso le duele, porque mi intención tampoco fue enamorarme de ti, pero tú debías ponérmelo difícil, tenía que decir las palabras justas, jugar conmigo aprovechando tu enorme poder, porque si puedes escuchar la tierra, ¿qué no podrás saber de mí?, nunca tuve una oportunidad, pero tú fuiste más allá y tenías que enamorarme haciéndome sentir especial.

—Charlotte lo solucionaré, te lo prometo, quédate conmigo.

Charlotte rió sin humor.

—Esto es terrible, aquí todos me desprecian, soy lo que se interpone entre tú y tu deber, ¿cómo me pides quedarme? ¿Acaso es posible? ¿Qué me ofreces?

Karim bajó la cara sintiéndose derrotado, metió las manos en los bolsillos.

—Tienes razón —una lágrima mojó su mejilla y Charlotte lloró más al darse cuenta lo perdida que está la situación, que él no puede hacer nada realmente—, debo dejarte ir y no quiero, así que necesito que te vayas sin mirar atrás, que huyas muy lejos donde puedas olvidarme y encontrar a alguien mejor, alguien que no esté atado como yo a un lugar ni a una especie, estas tierras son mi poder, pero mi más cruel condena, desearía dejarlo todo e irme, pero no puedo, estaría condenando a toda una especie.

—Alguien humano… murmuró ella y lo miró con el ceño fruncido—, ¿eso es todo?, dices amarme, pero renuncias muy fácil.

—¿Fácil dices?, es lo más horrible y siento que me desgarran la piel, pero es lo más noble que puedo hacer.

—¿Quién te pidió ser noble?, ¿crees que eres muy noble porque ahora me quieres salvar?, acaso me ves desmayándome y huyendo despavorida, quiero que luches por mí, yo quiero luchar por ti y no morir.

«Qué rayos digo, ya parezco mujer desquiciada» se amonestó internamente.

«Ahora no tengo la mínima idea de lo que quiero» volvió a dialogar consigo misma.

Karim negó con la cabeza y continuó llorando.

—Creo que no tenemos esperanza y he estado a punto de condenar a mi especie entera por quedarme contigo, por eso lo mejor es que te vayas.

Charlotte le dio una cachetada, pero eso a él no le dolía, así que le dio otra y otra más, hasta que golpeó repetidamente su pecho y él se lo permitía sintiendo dolor, pero no por los golpes, dejándola desahogarse, hasta que se quedó sin energía y él la abrazó sujetándola contra su pecho.

—No quiero que desees salvarme, Karim, ni que lamentes lastimarme, ni que me dejes ir porque no quieres matarme, quiero que te sea imposible vivir sin mí, que si no eres humano aprendas a serlo y con esto, empieces a tener sentimientos, para que te duela, para que al menos sufras un poco de lo que yo ahora al descubrir que nos usaste como peones de un tablero de ajedrez, y te reitero no me molestó saberte lobo, por el contrario, al principio creí que sería genial, lo que si dolió y aún lo sigue haciendo es recordar las palabras de esas personas— ella señaló hacia la ventana.

—Lo siento, no fue mi intención lastimarte— Karim agradece que esa parte de la casa tenía aislante de sonido.

—Karim…, — él la observó con detenimiento— si no me hubieras querido como dices hacerlo, claro, cosa que lo dudo, igual habrías detenido tu plan de embarazarme, con tal de no verme morir—, el trago grueso, no podía responder a eso, pues la contesta es muy obvia.

—Creía que la cultura de aquí hacía de los hombres monstruos, pero ahora entiendo que nada tiene que ver, es esta tierra quien lo crea, tú eres un monstruo; te has burlado, para ti somos parásitos, yo no te escojo a ti y no escojo a mi padre, yo escojo la libertad, estoy escogiendo por mí y retiro lo dicho que luches por mí, ahora con mente calmada creo que es momento de que me ponga a mi misma en primer lugar, cosa que nadie ha hecho, me daré la importancia que no me ha dado ninguno aquí, pues cuando llegue a ti, solo recibí amenaza, hasta que me adapte las supuestas reglas que para ti son meramente basura, me imagino todo lo que te burlabas a mis espaldas con los dos payasos que te sirven y ahora aquí, seré la humana que le seguirá abriendo las piernas al alfa para darle un hijo y que su pueblo lo venere donde no hizo más que clavar su miembro y dejar su simiente.

—No…, me malentiendes, acaso has olvidado que luego de haberte propuesto tener un hijo, lo evité con todas mis fuerzas, no terminaba dentro de ti, por esto justamente, por qué no quiero perderte, yo te quiero demasiado, no tienes ideas de cómo lo hago—, Karim estaba desesperado le decía que la dejaría ir, pero en realidad no podía, sentía que moría al aceptarlo, pero luego con mente calmada se daba cuenta de que ya es imposible que ella se aparte de su lado, lejos de él solo la pondría en bandeja de plata a sus enemigos. — Me preguntaste que hacía Moira en la casa, ¿cierto?, yo la busqué para salvarte, ella es bruja, una muy poderosa y sé que juntos encontraremos una solución.

—Moira, — Charlotte rió— no podría ser ella la madre de tú tan ambicionado hijo. No pareces que me quieras Karim lo único que quieres es a ti mismo y debo tomar tu ejemplo, date cuenta de que yo soy humana, la especie con la cual jugaste y que pareces odiar, lo has demostrado con Shacia, ¿Acaso la mataste tú?

—¡Joder!, Charlotte, no haría tal cosa.

—¿Qué no?, vi con mis propios ojos como mordiste a un lobo hasta que dejó de respirar.

—No murió, por la diosa, Charlotte, ese lobo es mi hermano gemelo.

—Otro que no solo se parece físicamente a ti, sino que le encanta jugar con la vida de los demás, al menos engaña de manera menos vil—, Karim enfureció y toda pena o culpa desapareció de él.

—Haz silencio, Charlotte es mejor que calles, ya te escuché y entiendo tu enfado, pero para por favor.

—No, ya no más, se acabó, esa mujer que le decías: baja la cabeza Charlotte, camina detrás de mí Charlotte, habla con decencia Charlotte, esto llego hasta aquí, ahora es momento que te tome la palabra y me vaya, envíame al aeropuerto; me regreso a mi país de donde nunca debí salir, deje de ser parte de este lugar cuando mi padre decidió dejar a mi madre a mi cargo en Filadelfia, debo volver a mi realidad, dile a todos que simplemente morí, justo como lo tenías pensado cuando diera a luz a tu hijo.— Karim bramo dejando ver sus facciones de lobo.

—Te dije que guardara silencio, no te dejaré ir, justo como tú, retiro lo dicho, dejarte ir no sería tu libertad, sino tu muerte.

—¿Más que la que me ibas a dar tú?

—Sabes que, sí, considérame malo, anda, ódiame, igual te amo y no te dejaré morir, pero menos dejaré que salgas de aquí, si dices que soy un monstruo, bien, seré lo que quieras que sea, pero eres mía y no desistiré de ti.

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