Secretos de Lobos. romance Capítulo 66

Narra Karim.

Me encanta saber que mi esposa está celosa, y lo que más me enorgullece de ella es que se muestra fuerte, sin temerle a nada, aun sabiendo que Moira es una bruja poderosa y que no es rival para ella; sin embargo, nada de eso le intimida.

—Amor, le prometí algo a Moira y estará aquí hasta que yo cumpla con ella, pero luego no volverá más— le respondí para calmarla.

—Ujum, — respondió irónica— y yo me chupo el dedo, no ves que esta ave carroñera, solo está esperando por hora mi muerte para quedarse a tu lado—, todos mis músculos se pusieron rígidos cuando la escuche hablar de su muerte como algo tan sencillo y lo peor es como ella acepta el hecho de que en cualquier momento ella puede morir.

—Sabes que no te dejaré morir, te lo he prometido— le dije con voz brusca y aunque no quiero gritarle no puedo evitarlo, pues, me aterra perderla y sobre todo que ella así lo crea, puesto que no parece confiar en mí.

—No seamos tontos Karim, ya hemos estado sin protegernos, y sabes bien que si salgo embarazada, es una o de otra, o evito tener un bebé recurriendo a métodos pocos ortodoxos para mí, así que para mí solo hay una sola opción aunque, eso signifique…, — detuvo sus palabras y sentí que se trancó, le costaba continuar— mi muerte— terminó por decir y sus ojos se aguaron haciendo que Zilo lloriqueaba dentro de mi pecho queriendo salir. Ahora que se puede apartar de mí. Me puse de pie y me aproximé a su lado, agarrando sus manos.

—Hablaremos de esto cuando estemos solo, por favor— le pedí mostrándome cariñoso, mirando fijamente sus ojos, y ella asintió con demasiada tristeza esa que me hace sentir como un monstruo, porque siento que yo la estoy obligando a esta vida y lo peor es que no la puedo dejar ir nunca. Pero lo que más desesperado e impotente me pone es saber que no tengo una solución a nuestros problemas, por qué no tengo una sola idea de cómo salvarla.

— Mohamed lleva a Rocío a su casa, — le dije a mi beta, quien asintió con una sonrisa de oreja a oreja, pues me pidió ese favor, para poder hablar con la cachorra que le ha salido más recia de lo pensado y no quiere darle oportunidad de explicarse.

Escuché un suspiro de la cachorra, y me volteé a mirarla, — pequeña gama, te espero temprano— ella sonrió, y asintió con efusividad, — sabes que no puedo dejar a Charlotte sin tu protección.

—Si, Roci, también contigo a mi lado, ya este lugar no me parece tan aburrido— le dijo Charlotte, igual de emocionada.

—Bueno, Karim, pide que me muestren mi nueva habitación, no quiero seguir aquí siendo ignorada, ya cuando tengas tiempo para hablar conmigo vienes a mí— interrumpió Moira con voz sugerente y me molesta que sea tan intrusa, por qué Charlotte podría ponerse furiosa.

—Si te molesta que no te presten atención, vete, fácil, sobras aquí, no me agradas— volvió nuevamente Charlotte a mostrarse tosca con ella.

Moira se levantó mostrando una sonrisa que me causa algo de desconfianza, ya que se la he visto antes cuando solía ser muy maliciosa con seres más débiles que ella y con rapidez puse a Charlotte detrás de mí.

—Descuide alfa que no le daré problema, justo como dice su humana, ella tarde o temprano terminará por morir y yo seguiré aquí para usted.

—¡Calla bruja!— le grité con furia— si quieres que cumpla con mi promesa, vas a mantener tu boca cerrada y sobre  todo te mantendrá lejos de mi mujer. Ahora vete a la cocina y pide a Falzana que te muestre la recámara de invitados— ella le dedicó una última mirada a Charlotte que forzaba por salir detrás de mí, pero no la dejé.

—Con su permiso alfa— me hizo una reverencia y se fue camino a la cocina.

Narrador.

Mohamed y Rocío caminaban despacio por las calles bien pavimentadas de la manada, sin deseos de llegar a su destino.

—Rocío, cariño, ya quiero explicarte, por qué reaccioné así el día que me dijiste que soy tu mate— pidió cauteloso.

—Aunque no te mereces que te dé una  oportunidad, lo voy a hacer por qué se lo le prometí a Charlotte — Mohamed se echó a reír quedamente mientras se rascaba la cabeza.

— Bueno, pues le voy a estar agradecido a la esposa de nuestro rey, pero ahora, quiero que me escuches. Aún no puedo dejar que me marques, sabes que si lo haces yo no podré evitar poner la mía en ti y no me gustaría hacer algo indebido y esa razón fue la que me hizo salir corriendo de tu lado, quiero pedirte que tratemos de esperar sin provocarnos, sé que para ti también es difícil, pero lo importante es que estaremos juntos toda la vida.

—Claro que lo sé, y entiendo que debemos esperar, pero no esperé que me dejarás como a una niña tonta que no sabe nada, si me hubiera dicho esto me habrías ahorrado mucho dolor y ya dejaré de molestarte para no complicarte la vida, pero tú también tendrás que mantenerte tranquilo hasta llegado el momento por qué si no pediré a mis padres que me envíen a estudiar lejos, para que no me veas nunca— Mohamed apretó los puños cuando Rocío le amenazó.

—Si te vas te buscaré, no hay lugar al que te vayas, que no te pueda encontrar— le aseguró él.

—No tenemos por qué llegar a eso si te comportas, he escuchado que solías divertirte con lobas, así que espero que acabes con la vida de libertino, ese es mi único pedido— dejó claro y aunque ambos no querían despedirse llegaron a su casa donde se despidieron agitando las manos para no tener contacto físico, evitando que sus lobos tomen el control de sus cuerpos y hagan una locura.

Mientras, Karim y Charlotte estaban abrazados tomando una ducha juntos.

—Mañana debo salir de la manada, y quiero que vengas conmigo—le pidió él y ella se sintió entusiasmada, abrazándolo con intenciones de tomar algo más que un baño, acariciando su miembro viril siempre erecto.

—No podemos, amor.

—Claro que si, no seas tonto, tal vez ya esté embarazada y ni siquiera lo sepamos— le respondió segura sin saber que Karim puede percibirlo.

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