Secretos de Lobos. romance Capítulo 74

Narrador.

En ese momento el aura de su hermano llegó a él y por primera vez no corrió, sino que se quedó junto a ella, y la abrazó fuerte; esa necesidad por cuidarla se hizo presenten, sin embargo, sabía que no podía hacerlo, ya que no puede enfrentar al demonio, pero menos protegerla a ella de él. Nuevamente, Kasul siente que tiene familia y la perderá una vez más.

#¡Qué tonto fui!, me uní al asesino de mi familia y en todo este tiempo tuvo no lo pensé, ahora ha tenido que pasarme esto para que abra de una buena vez los ojos, estoy maldito, quizás no es Karim quien no pudo hacer nada por nuestra familia, quizás soy yo Morán que causó mal en todo lo que llegó a querer# Lágrimas brotaron de sus ojos mientras hablaba con Morán, su lobo, y no soltaba a Fátima y Moran lloriqueo y Fátima sintió su pecho vibrar, pero no dijo nada solo se aferró a él, por primera vez se estaba sintiendo amada y temía a no volver a sentir esa emoción.

—Suéltala Kasul, ahora mismo— bramo Karim con voz que retumbó en el cuarto y Fátima cayó desmayada en cuanto los vio.

Kasul la dejó en la cama, y luego se giró a Karim, quien arrugó la frente cuando lo vio con los ojos llenos de lágrimas, no comprendía nada hasta que agudizó sus sentidos y cuando percibió que Fátima está embarazada abrió por demás los ojos.

—Hermano, ayúdame, por favor sé que no merezco perdón, pero no me dejes sentir nuevamente lo que es perder a un ser querido— Karim, espero todo menos esas palabras y no supo qué sentir.

—Yo acepto que me encarceles el resto de mi existencia, dejaré que me tengas en tu calabozo y juro que te diré como entrar al inframundo a asesinar a Rocco, pero no la dejes morir ni a mi hijo. — Kasul se arrodilló, frente a él y el que sintió un impulso por acercarse y levantarlo no lo hizo, son hermano y su conexión es demasiado fuerte, pero no pudo simplemente consolarlo cuando Kasul lo hizo vivir el dolor más grande que puede sentir un lobo y ahora que él se encontraba en una situación tan parecida a la suya no le alegraba, pero le consolaba ver que algo aunque sea doloroso, lo estaba haciendo ver que en la vida muchas cosas son en blanco y negro.

—No puedo confiar en ti Kasul—, Karim no quería mostrarse muy duro, siempre soñó con que su hermano volviera como el hijo pródigo que a su casa vuelve, pero el dolor de tanto daño aún estaba latente.

—Por favor, hermano, indaga en mí, ven y entra en mi cabeza…, por favor—, sus lágrimas eran gruesas y Karim volvió a recordar a ese niño de unos 15 años que aún lo trataba como hermano de verdad.

—¿Te has enamorado?, tan rápido, pero si tú no sabes lo que es el amor.

—¿Y tú si?, vamos Karim, estamos cortados por la misma tijera, sabes que no lo admitía, pero cuando me acosté con Fátima con el plan de matarla para fastidiarte sentí una extraña sensación que a mi modo la tomé como interés por una mujer débil, pero no fue así. Hoy que estuve a punto de arrancarle la vida por pedido de Rocco, quien  me amenazó con hacerlo él;  me di cuenta de que estaba equivocado, me faltaba valor para asesinar a alguien que me interesa demasiado. — Explicaba todavía estando de rodillas y Karim se acercó a su lado aun con desconfianza.

Colocó ambas manos en su cabeza y un rugido de puro dolor salió de Kasul, sus ojos se pusieron dorados a la par con los de Karim y ambos se quedaron inmóviles por unos segundos, cuando Karim vio todo en su memoria justo como Kasul lo había contado, evadía la oscuridad tan grande que ahora hay en su hermano, para poder ver, y cuando lo soltó de Kasul salió dos chorros de sangre por la nariz.

—Solo serás mi prisionero, y si inventas algo te ataré con plata, aunque tenga que soportar las quemaduras, por igual—, le dijo y Kasul asintió.

Más tarde, cuando llegaron a la manada, los habitantes de mostraban  muy molestos, abucheaban a Kasul y no se revelaban porque no podían, pero ganas no les faltaba; se sentían  molestos con su rey, quien últimamente para ellos estaba siendo demasiado blando y según ellos se dejaba gobernar por el sentimentalismo.

—Alfa, él…, — se quedó Mohamed sin palabras cuando vio a Kasul ser llevado por Karim y lo que más le dejó sin aliento fue verlo con los ojos irritados.

—Enciérralo en el calabozo y deja a los mejores guerreros vigilando la entrada, nadie que no seamos nosotros tiene permitido ir a verlo, ¿Queda claro? — preguntó Karim con voz de mando para que incluso los curiosos que estaban fuera de su palacio y todos los guerreros lo escucharan.

—Abub…, — llamó Nazia a su lobo cuando lo vio con Fátima entre sus brazos y aunque no era su plan, no pudo evitar sentir celos, omitiendo ver a ese hombre que es idéntico a Karim y Charlotte, que no dejaba de comer como posesa, dejó de mirar al hombre que es una gota de agua más opaca que su esposo y se enfocó en Nazia a medida que mordía su fresa bañada en miel. Nazia, al ser una hechicera tan novata, no sabía cómo usar sus sentidos desarrollados, incluso no ha podido comunicarse con su lobo que la vió con interés.

#Amor# ella se sobresaltó cuando sintió esa voz en su cabeza.

—Sí que no me esperaba que trajeran a la otra mosquetera, pero no es para asustarse—, bromeó Charlotte cuando la vio asustada.

—No es eso, claro, tengo dudas, pero es que escuché la voz de mi Adub aquí— se señaló la cabeza.

—Qué posesiva es la niña—, volvió a bromear.

—Ya estás marcada, es normal que escuches su voz, tú también puedes hablarle, por el enlace, es una conexión única entre ustedes dos como pareja, piensa en algo y tiene que desear con mucha intensidad que él pueda  escucharte. — Explicó Rocío dejando a Charlotte muy interesada.

—La enciclopedia con patas lo sabe todo, es muy buena—, agregó Charlotte moviendo la cabeza de arriba abajo y Rocío no evitó reír.

Nazia no dudó en seguir a Adub que iba a llevar a Fátima a un aposento en el que Karim pidió que fuera instalada.

—Dime que haces con ella— no evitó reclamar Nazia, era más fuerte que ella la necesidad.

—Amor, no hago nada, solo cumplo con el pedido de mi alfa, escucha en ella el latido de su bebé. — Nazia casi se queda sin neuronas en la cabeza tras recibir dicha información.

—Pero supe que Karim…, no— ella no sabía cómo expresarse, por lo que Abud terminó por decir.

—No…, por supuesto que el alfa no es el padre, es su gemelo—, Adub tuvo que contarle todo con suficiente detalle, aclarando cada punto.

Tras ser atendida por el doctor Efraín de la manada, que como siempre lo hizo porque fue pedido de su alfa, ya que no le he de mucho agrado atender a humanos, Fátima despertó, pero sintiendo que estaba débil; aunque apenas unos minutos antes se encontraba bien, ahora su cuerpo estaba reflejando un malestar totalmente desconocido para ella.

—Eres mi esposo— con voz débil  le habló a Karim que estaba junto a Charlotte, quien seguido la miró con recelo, y Nazia por igual agarró la mano de Adub, pero no era necesario, ya que Fátima, a quien miraba con amor, era a Karim.

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