Secretos de Lobos. romance Capítulo 75

Narrador.

—Fátima quien ha estado contigo es mi hermano, yo soy Karim y él es Kasul, mi gemelo— ella quedó pestañeando sin poder procesar, y cuando al fin pudo asimilar sintió que no podía ser.  Cerró los ojos y respiró llena de vergüenza.

—Entonces no fue un sueño— preguntó antes de tapar su boca con ambas manos y Karim, asintió.

—El truco está en los ojos—,  no evitó informarle Charlotte, pero Fátima poco comprendió y Karim la observó percibiendo sus emociones.

—Fátima, no te voy a repudiar, ni te expondré como adúltera, tu no tienes culpa alguna. Dejas de  pensar en eso ahora mismo, así que no te atrevas a cometer una locura, debo salir, pero Mohamed se encargará de explicarte todo, para que puedas entender—, todos salieron y dejaron a Mohamed para que le hablara y calmara al mismo tiempo. Algo que a la cachorra gama no le simpatizó y cuando Karim olió sus emociones para no complicar más la vida de Mohamed pidió a Rocío.

—Quédate con Mohamed, es medio bruto y si hay algo que no pueda explicar lo haces tú— Rocío se alegró internamente, pero aplastó los labios antes de preguntar.

—Quién va a cuidar de  Charlotte—  inquirió con preocupación y Charlotte se sintió como una niña pequeña que debe ser atendida por una niñera.

—Yo lo haré, ahora necesito salir a solas con ella. Estás libre hasta que volvamos— ella asintió frenética y corrió a la habitación.

—¿A dónde iremos?, ¿me llevarás en tu lomo?. Habrá dulce en ese lugar, quiero espaguetis, pizza, hamburguesa, helado..., — hablaba sin detenerse y Karim que quería responder, solo cerraba los ojos y la miraba—ah, y no puede faltar el pudin de chocolate, si no hay de chocolate aceptaré el de manzana, lo importante es que sea pudin….

—¡Charlotte!— grito y ella paró de hablar— la comida va a dañar tu cerebro, no te llevaré fuera de la manada, vamos al bosque y no, no te llevaré en mi lomo, si te caes, y te das en la cabeza tu locura no solo será con la comida.

—Me ofendes, no soy yo quien quiere comer así, es que no se me quita el hambre, y sobre; llevarme en tu lomo, puedes hacerlo con una silla para montar.

—¿Me ves la cara de caballo?— inquirió Karim evitando reír.

—Bueno, no, pero si fueras uno serías un poni hermoso— él sonrió— vamos, no te ofendas, eres un lobo, y uno muy grande, la silla no tendría que ser algo que te avergüence, solo es protección para evitar  que me caiga.

Ya fuera de la casa, él se agachó y le indicó subirse a su espalda, pero estando en su forma humana.

—¡Aburrido!, sabes las veces que he soñado con subirme a tu lomo y que corras a toda velocidad, pero eres tan monótono, — ella creó un sonido con los labios al final.

—Sabes que conmigo la manipulación no funciona, además no aguantarías que yo transformado corra ni a mi velocidad media, así que deja de insistir,  no soy tu cochecito de carrera — ella se aferraba a su cuello y él caminaba, mientras ella se sentía pequeñita en su espalda.

—Zilo es mucho mejor que tú— agregó para fastidiar y el lobo ronroneo dentro del pecho de Karim y él rió.

—Tampoco funciona querer herir mi orgullo, no dejaré salir a mi lobo.

Sin dejar de lado la controversia llegaron al pie de la montaña, donde Karim la dejó en el suelo, y ella se quedó maravillada con el atardecer.

—¡Qué hermoso!— celebró con un brillo en la mirada que a él le fascinó y mientras ella observaba como el sol se ocultaba en el horizonte, él no dejaba de ver sus ojos como un ocaso mucho más hermoso.

—En ti termina mi noche y empieza mi mañana—,  le pasó una mano por el rostro y ella despegó su vista de aquella puesta de sol.

—¡Woow!, el alfa me ha salido poeta, qué lindo— habló sorprendida.

—Charlotte, te he traído aquí porque necesito informarte algo y con tantas cosas que ahora está sucediendo en la casa, preferí que era mejor dialogar  fuera, también pensaba llevarte a otro lugar, pero es mejor después, no puedo estar lejos por mucho tiempo.

Ella no dijo nada; simplemente escuchaba atenta y él no sabía cómo decirle por qué esperaba a que ella se asustara, puesto que, aunque le diga querer ser madre, no es lo mismo que saber que morirá si lo es.

—Estás embarazada y sabes que significa ¿verdad? —Ella quedó sin palabras y sus cuencas se llenaron de lágrimas antes de reír y acariciar su vientre.

—Por eso es que siento tanta hambre, aunque es muy pronto te confieso que me dan antojos, mi bebé será bien glotón—,  miraba muy emocionada a Karim.

—Cariño, ¿cómo, que será?, sabes que no lo puedes tener.— Charlotte, que miraba su vientre, levantó la cabeza para enfrentarlo.

—Como…— él agarró sus manos.

—Morirás si lo tienes, no creas que esta es una decisión fácil para mí, créelo, pero por más vuelta que le doy a esto creo que es lo más viable— ella soltó sus manos con brusquedad.

—¿Viable? — ahora sus ojos estaban llenos de lágrimas, pero no de felicidad sino de molestia. —Estás tomando una decisión que me compete a mí, soy yo la que morirá, ¿volveremos nuevamente a discutir?, Karim no me hables de no tener a mi hijo, bien reconozco que al principio me enfadé porque sé qué podré morir y que dije que me amó demasiado como para morir por un hijo tuyo, pero todo eso lo dije de puro enojo, compréndeme me sentí usada y como algo desechable porque no fuiste capaz de explicarme tus motivos y razones. Ahora quiero ser madre

—Es un suicidio, no es que podrás, es que morirás. Podría marcarte, pero es un riesgo que tampoco estoy dispuesto a correr— ella agarró la mano derecha de Karim y la puso sobre su pecho.

—No me marques, solo te pido que confíes en mí. Sabes, ahora siento unas ganas tan intensas de vivir que algo en mí me dice qué podré lograrlo, Karim me he aferrado tanto a la vida, que no creo que ha llegado mi momento de morir, pero necesito que confíes en mí porque me quedaré a tu lado cuando mi bebé lobo crezca   sano y fuerte. — Ella iba a hacer que él acariciara su vientre, pero le apartó la mano.

—Ya perdí una vez, y a mí sí me duele perder. Sabes lo que es ver,   morir a todos los que ama mientras tú ni derecho morir juntos a ellos  tienes. No, Charlotte, no sabes por qué aún no has pasado por la amargura de perder y tener que vivir con esa pena.  No creo en nada, lo siento. — Ella sintió morir. —Dejé de creer cuando llorando a mis padres y hermanos tuve que borrar parte de los recuerdos de la memoria de mi hermano gemelo para proteger  información de mis enemigos. Por eso mi hermano me odia y he tenido que cargar con su rencor durante milenios. Arrebatando el de mí, la felicidad, pero hoy que lo vi derrotado no pude ser vengativo, Kasul es mi parte vulnerable. Pronto me entenderás.

—Karim….,

—Es tarde volvamos a casa— la interrumpió él, y ella se quedó en silencio durante el trayecto del camino de regreso a casa.

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