Secretos de Lobos. romance Capítulo 88

                                            Narrador.

Karim no podía estar tranquilo mientras veía a Efraín chequear a Charlotte, y se movía inquieto haciendo que el doctor no pudiera concentrarse.

—¡Es muy rápido para que tenga a mi hijo! — el miedo volvió a adueñarse de él.

—Si, apenas tiene dos meses, pero no parece que vaya a dar a luz, — le tranquilizó mientras ponía gel sobre el vientre de Charlotte, realizándole su primera ecografía con los ecógrafos que Karim había solicitado para el uso personal de Charlotte y Fátima.

—Alfa, su hijo está bien, es un macho—, a Karim no le tomó por sorpresa, ya Zilo lo había percibido, pero igual la emoción no dejaba de ser la misma

—Su pulso es lento, parece que la madre se debilitó tanto como él.

—Y ella por qué sigue con los ojos cerrados— cuestionó con tono alterado.

—Mi alfa, como sabrá usted; a su humana y la de Kasul son las únicas a la que he atendido y con lo poco que se puedo deducir que el feto está consumiendo mucha energía de su cuerpo, al estar expuesto, ese efecto empezó a ser más rápido, usted lo sabía, desde antes que en algún momento pasaría, indicaré vitaminas y contactaré con una doctora de una manada que sí está acostumbrada a tratar con humanos   —, le explicó y Karim asintió.

—Dile que venga hoy mismo de ser necesario— ordenó autoritario y él salió dejándolo solo con Charlotte, que dormía profundamente, sin señales de despertar en ese momento.

Por su parte, Fátima estaba angustiada, sabía que su situación no era distinta, ya le costaba mantenerse de pie y aunque hace un gran esfuerzo para mostrarse fuerte, no puede simplemente fingir que todo está bien.

Kasul también lo notaba, pero creía que era algo normal, ya que cree ciegamente en el elíxir que Moira ha preparado para ella, aunque no vio nada mágico, aun así, no deja de pensar en que todo estará bien.

—     Estás muy pensativa, no deberías preocuparte, Charlotte estará bien, esa mujer es la más fuerte que he conocido, si puede con mi hermano que es insoportable, podrá con todo, créeme— habló Kasul en cuanto se acercó a ella, tomándola de la cintura, y una cucharada de su postre lechoso de fruta seca fue a parar a la boca de su lobo cuando volvió a abrir la boca para decirle algo más, pero ella se aprovechó del momento y Kasul que aborrece ese tipo de postre arrugó el rostro.

—Eso es trampa, aprovechaste mi descuido para darme de comer eso, — fingía indignación, cuando en realidad él abrió la boca para que ella pudiera darle de comer y aunque en realidad no es de su agrado, hace un esfuerzo con tal de verla sonreír.

—Te gusta, solo es que no lo sabes si no lo pruebas y dejas de poner esa cara de asco—, ella pegó la pequeña cuchara fría a la nariz del lobo que le ha hecho vivir los momentos más felices de su vida.

—Yo no tengo que probar algo para saber que no es de mi agrado— expresó muy seguro.

—No sabes lo que dices, yo te gusté, luego de haberme probado— manifestó pícara y él se rajó en risas.

—¿Dónde está mi mujer reservada?, desconozco a esta señora— ella echó la cabeza hacia atrás y él besó la parte de adelante de su cuello, — le cuento un secreto, señora diferente— susurró cerca de sus labios.

—Si dime— abrió los ojos mostrándose entusiasmada.

—Me gusta más ahora, solo quisiera verte usando un vestido de esos que tienen escote, pero igual te acepto como eres, me gusta mucho— le dijo mirando su ropa que la cubre por completo, ya que Fátima a diferencia de Nazia no ha cambiado su manera de vestir.

—Yo sé que tú no te enamoraste de mí, que fui un juego e incluso objeto como parte de tu venganza con tu hermano….  — Kasul puso un dedo sobre sus labios interrumpiendo sus palabras.

—Aunque te cueste creerlo contigo, he descubierto cosas que atesoro y que antes creí insulsas—. Fátima no pudo retener las lágrimas que brotaron de sus ojos. Él se sintió culpable y comenzó a secar con desesperación su cara.

—No he dicho nada malo, perdóname si no puedo sentir ese amor que yo percibo en ti, y que no soy capaz de dar más de lo que doy, pero quiero que sepas que gracias a ti estoy aquí en el lugar que pertenezco y no junto a los demonios que una vez acabaron con parte de mi familia. Dejé de saber lo que significaba ser un lobo, amar a tu especie, a tu territorio, lo único que deseaba era acabar con mi propia especie, olvidando que yo no dejaba de ser un lobo, aunque hiciera lo que hiciera— Fátima no lo interrumpió y sonrió con sus ojos aguados.

—Estas lágrimas son de felicidad y no me arrepiento de amarte, por qué ese poquito amor que me das es más de lo que alguna vez he tenido en mi vida. El haber nacido bajo el yugo de mi familia, donde no se me brindó nada más que enseñanzas. Nunca nadie me abrazó cuando necesité consuelo, mis logros no eran celebrados por nadie y de hacerlo por mi cuenta debía esconderme de todos. Mi madre no hacía más que estar pendiente a sus hijos varones, sus orgullos, o cuando no a la lucha de poder con las otras esposas de mi padre. Cuando Charlotte llegó a nosotras con su revolución de mujer empoderada que no estaba dispuesta a apegarse a ninguna regla o tradición, te confieso que sentí envidia, quise ser como ella, pero una mujer nacida bajo la costumbre en la que lo he hecho yo le cuesta ser libre, aunque realmente tenga la libertad como ahora. Apena estoy conociendo la vida, siento que antes vivía pisoteada por la sociedad, por mi familia, y aunque es tu hermano, hasta por mi esposo, y no era porque él nos tratara mal; cuando me refiero de haber vivido pisoteada es porque vivíamos sin derecho a nada más que seguir reglas y a tener que soportar escuchar a la familia hablar de nosotras como si nos tratamos   de un buen ganado en venta que le dejaría ganancia. Por tu parte conocí el amor de una manera violenta, llegaste con tu aura demoníaca a lastimarme de una manera que creí morir, pero regresaste y eso borró mi dolor y más me alivio cuando me brindaste ese poquito de amor, al cual me aferré; esa fue una de las razones por la que no me importó mucho que fueras o no Karim. — Escuchar a Fátima, removió en Kasul mucha más sensibilidad de la que creía tener, y se vio a sí mismo como alguien vil, cruel y dañino. Para él los humanos solo eran criaturas que tenían existencias sin sentidos, pero escuchar a Fátima, lo conmovió, hasta el punto de llorar también, su desdicha era peor que la suya.

—Yo estoy corrompido, nunca supe lo que fue dar amor, y me disculpo por formar parte de tu mala suerte, ahora me veo y me siento patético, incluso me haces pensar en lo injusto que he sido con el mismo Karim y que él haya sido un mal esposo, también es mi culpa, el día que asesiné a su luna lo orille a buscar en las humanas lo que ya no podía tener aquí en la manada, todo por creer que yo en su lugar lo habría hecho mejor.

               Un mes después.

—¿Estás segura? — cuestionó Charlotte, que aún algo débil, pero lograba mantenerse, en pie, por las vitaminas y gracias a la magia de Nazia. Cada rayo de su poder suministrado al cuerpo de Charlotte, la hacían recargar energía.

—Creo que sí, o es que parezco algo feo— dijo Fátima luciendo su vestido para embarazada, que dejaba ver su pierna derecha y el escote en sus pechos redondos y bien formados a pesar de estar inflamados, le hacían lucir sexi.

—No, que dices, aunque tu barriga parece de trillizos te ve super bien— Charlotte se paró a su lado con una mano puesta a en la espalda baja donde no deja de sentir dolor por el peso de la barriga— no sé cómo aguantas esa panzota, yo me estoy muriendo y la mía es más chiquita— manifestó mirando el vientre de Fátima que tiene un tamaño doble al suyo y aún les faltan dos meses para dar a luz a sus cachorros.

—Parecemos dos globos terráqueos— bromeó Fátima y Nazia terminó riendo de su chiste. — Igual no puedo esperar salir de esta pansa para darle la sorpresa a Kasul, quiero que vea que fui capaz de ponerme un vestido para él, aunque me siento desnuda.

—No seas tonta, este es un vestido decente, desnuda, solía pasearme yo en Filadelfia en tiempo caluroso, y mi amiga Sam, ni se diga, esa mostraba todo, su lema era que habíamos nacido sin ropa, y que usarla estaba de más— le contaba Charlotte recordando a su amiga, a la que añora ver.

—Adoras a esa amiga, siempre la mencionas.

—Sí, es que ella me enseñó a ser tan fuerte como soy, en el colegio siempre me atacaban por ser una niña sin padre presente y ella pateó muchos traseros por mí, era como mi súper héroe, no le temía a nadie ni siquiera a los chicos más adultos.

—Me gustaría conocerla, tal vez me dé valor para ir a darle un sustillo a mi padre— expuso Fátima.

—Rebeldía total, te hace bien, Kasul te está contagiando con su aura de chico malo— las tres estallaron en risas y el sonido de la puerta ser abierta, alguien que las interrumpió.

—¿Te lo has robado? — inquirió Charlotte y Rocío asintió mostrando la botella de vino.

—Si, pero me descubrió en pleno acto y dijo que no te atrevas a tomarlo.

—Ese alfa, si es tonto, obvio que no loo tomaré, es para la noche romántica de Fátima, ¿quién prepara una velada romántica sin una copa de vino?

—Yo— Nazia levantó la mano derecha, y todas se miraron antes de volver a reír.

—Es lo mejor, muy bien por ti no tomes alcohol. Me imagino que tu ebria electrocutaras a todos en la manada—, no paraban de hacer chiste de cada cosa y reír por todo, tenían unos días en calma y feliz, pero ese parecía ser el mejor de todos para Fátima que ahora estaba siendo maquillada por Nazia.

—Parece muerto viviente, con esas ojeras tan negras ¿Kasul no te deja dormir? — le preguntó Charlotte de manera pícara.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Secretos de Lobos.