Secretos de Lobos. romance Capítulo 9

                                          Narra Karim.

Cuando al fin me levanté decidido ir hacia ella, amplifique mis sentidos y escuché la conversación que ella tiene con Shacia y pongo atención a su diálogo poco amigable donde ella le dice que no le interesa ser mi esposa y que desea darle su lugar a mi lado a otra mujer que si le sea de interés.

—No la tomaré por la fuerza, — le dije a Mohamed con una sentencia clara.

—Lo sé, pero hay maneras de uno convencer a una mujer, vamos Karim, sabes cómo, antes se te daba perfectamente bien, ve, ella cederá—me pide uniendo sus dos manos.

—Ve a la manada, ahora mismo ya no me apetece ir con la humana, pero en un momento pueda que le haga una visita— le digo con el plan de calmarlo, puesto que no quiero ni tengo deseos de ir a rogarle a esa rebelde.

#Puedes doblegarla, a que le temes# me incita mi lobo.

Mohamed se despidió de mí y junto a Adub se fueron a la manada, mientras que yo decidí ir a mi recámara a ponerme algo cómodo.

Luego de tomar una ducha me senté a revisar unos presupuestos de la empresa, tomándome un té negro, aunque verdaderamente lo que necesito es alcohol, pero solo lo consumo en la manada, aquí en la casa no acostumbro hacerlo.

La taza de cristal se cayó de mis manos en cuanto oí el grito de auxilio desesperado de Charlotte, me asusté como nunca lo había hecho y salí tan rápido que no supe en qué momento la tomé en brazos.

—¿Qué te sucede? — pregunté angustiado.

—Antialérgico, por favor, dame pronto uno—, miré a todos lados, no sabía dónde buscar el medicamento que ella pedía.

Farzana llegó segundos después y luego de ella mis otras tres esposas.

Mantenía a Charlotte en brazos, aún no la había soltado y ella tenía cubriendo su cuerpo apenas una fina toalla, pero eso me importaba poco.

#Farzana llama al doctor de la manada# pedí volteando la cabeza hacia otro lado, evitando que ellas vean mis ojos cambiar de color en segundos. Decidí llamar a mi doctor, aunque no sabe de humanos porque sé que un humano se tardará horas en aparecer con lo lentos que son, mientras que Efraín llegará en un minuto.

«Situaciones desesperadas, medidas mucho más desesperadas» pensé mirando como su piel se tornaba roja. La dejé sobre la cama y cubrí su cuerpo con la sábana blanca.

—Esa americana no entiende de decencia, ¿cómo se atreve a estar desnuda? —, mucho había durado Shacia.

—Cállate, y si no puedes verla lárgate, ahora—, ella me miró extrañada girando a mirar a Charlotte, quien tiene los ojos cerrados, pero no me descuido de escuchar el sonido de su corazón.

—Lo siento mi señor esposo, — dijo con la mirada agachada, mostrando arrepentimiento, sin embargo, podía oler su rabia, seguía muy furiosa con Charlotte.

—De todos modos, vayan a sus habitaciones, ustedes no me ayudan en nada.

—Pero…, esposo, ella no está en condiciones de quedarse a solas contigo— alega Fátima y los celos de esa humana huelen feo.

—¿En qué condiciones, no puede mi esposa estar desnuda conmigo? —, ella movió la cabeza aceptando.

—Me equivoqué—murmuró apenada, pero sin dejar sus feas emociones pasaba de ser celos, a envidia.

—Pues deja de equivocarte y lárguense ahora— les grité irritado, percibí a Efraín llegar y él no está acostumbrado a convivir con humanos, es un lobo ermitaño, y no sé cómo reaccionara delante de ellas así que evitó que se encuentren.

Tan pronto salieron, llegó él dijo: — Mi alfa— se inclinó saludando a su rey.

—Adelante, ven revísala, ha pedido antialérgico—, él se acercó a Charlotte y sin tocarla olfateó.

—Es la lavanda, le produce alergias y es peligroso en ella, ya que es demasiado sensible—, sacó una jeringuilla y un frasco.

—No sé si funciona en humanos, esto lo he elaborado hace un tiempo, pero los lobos no nos enfermamos de la piel—, me explicó mirándome fijamente, tal parece que me hacía una pregunta en medio de su detallada explicación.

—¿Tiene efectos secundarios? — inquirí dudoso.

—No lo sé, usted sabe que no he tratado con humanos—, miró a Charlotte y sabía que le desagrada hacerlo.

Respiré profundo y dije: —hazlo—, sus manos temblaron ante mi petición y procedió a preparar el contenido de la inyección.

—Hazlo con delicadeza, ella es la humana que tendrá a mi cachorro—, pedí prevenido, pero no sé por qué lo hago si ni siquiera debería preocuparme tanto, y hasta me escuché a mí mismo patético cuando pedí que lo hiciera con suavidad.

Le pedí a Efraín que se quedara para que estuviera al cuidado de Charlotte.

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