Secretos de Lobos. romance Capítulo 94

                              Narrador.

A Charlotte le costaba cerrar la boca por el asombro que sentía cuando estaba siendo guiada por Karim que la llevaba de la mano mientras atravesaban una cascada tan hermosa que parecía irreal; distinta a todo lo que antes había visto en su corta vida.

«Será que estoy soñando» pensó conforme se deleitaba.

—Si estás cansada puedo cargarte— propuso Karim preocupado, por el gran recorrido que ya habían hecho, pues casi atravesaron el bosque para poder llegar a ese lugar que poco conocían.  Y aunque caminar durante horas para él no es nada, entendía que para ella y más en su condición de debilidad es demasiada fatiga.

—Este sitio me llena de una paz única— respondió maravillada, con un brillo especial en su mirada— ¿a dónde nos llevará este paraje?

—No comas ansia, — con la punta del dedo, Karim dejó un suave toque sobre su nariz, — ya verás— con delicadeza la cargó entre sus brazos y ella no puso resistencia, ya que se encontraba muy cansada, aunque no quería hacerle saber.

Si antes la impresión de Charlotte era grande, ahora había incrementado, por el hecho de que vio como Karim hizo un ademán sin soltarla y el agua de la cascada que caía como lluvia creando un velo por un instante se detuvo.

—Impresionante, ¿cuántas cosas más sabes hacer?

«Que tanto me falta por conocerte Karim» preguntó internamente y aunque no estaba dentro de sus planes, recordó las palabras de Moira. Y se sintió afligida.

Zilo lloriqueo cuando percibió tristeza en Charlotte y Karim indagó — ¿qué te ha puesto triste tan de repente?

—No me pongas atención, sabes que mis hormonas están descontroladas por el embarazo, ¿solo cuéntame cuántas cosas sabes hacer? —, Karim entendió que no valía la pena insistir porque Charlotte cuando se dispone a no hablar sobre algo no importa cuántas veces le pregunte igual no dirá nada si no está dispuesta.

—Muchas, y unas de ellas es poder llevarnos de un lugar a otro sin tener que caminar, justo como me transporte con Kasul.

—¿Es decir que podías traerme aquí?

—Solo debía tomarte en brazos y aparecíamos en el corazón de mi manada, pero, no lo hice porque quería mostrarte el camino, y también presentía   que lo iba a disfrutar.

—Sí que lo hago. Gracias—, él se detuvo cuando ella le acarició con suavidad el rostro.

—No tienes que agradecerme, en realidad hubiera querido traerte antes, pero los problemas se acumularon uno tras otros.

—¡Qué bello!, ¡cuántas maravillas!, ¿por qué el mundo no puede ver que existen lugares como este? — inquirió con ojos cristalizados.  Karim entendió que ella se refería a los humanos cuando mencionó el mundo.

—No deben saberlo, puesto que lo encontrarían exorbitante; si los humanos supieran que existen seres como yo que pueden vivir eternamente sin enfermar o envejecer, podrían encontrar que es injusto y tratarían de acabar con la injusticia, pero lo malo no es que seamos cazados por los humanos, es que nosotros poseemos un lado salvaje, por así decirlo para que me comprendas ese lado animal que cuando se siente amenazado se defiende, y no solo mi especie sino todas las demás que poseen los mismos beneficios otorgados por nuestra creadora como él de vivir eternamente—, le explicaba Karim con suficiente calma y respondiendo lo que a su entender esa sería la razón más lógica.  Nunca pensó que tendría que darle esas explicaciones justamente a un humano, ya que lo que tenía más lejos era que algún día una humana entraría a su mundo y se convertiría en lo más importante para él.

—Tienes razón. Con las fuerzas desmedidas y poderes mágicos que poseen ustedes, — ella recordó la crueldad con la que Kasul asesinó a Moira cuando Karim la privó de su magia, por lo que comparó una cosa con la otra y si ese era el pago que tendrían que pagar los de su especie por conocer que existen los seres como Karim prefería que todo siguiera tal cual, de modo que perdida en su dilema interno respondió: —   lo mejor es que los humanos vivan creyéndolo personajes fantásticos.

—¡Bienvenida al corazón de mi manada! — Ella abrió los ojos como dos esferas, en las cuales Karim supuso ver el reflejo de la vida; de la que él quería atrapar y no dejar ir nunca. Pero su anhelo no solo quedó hasta allí, ya que al admirarla ensanchar una sonrisa sintió ganas de postrarse de rodillas e implorar a la diosa luna.  Olvidando su dolor y rabia contra ella.

—¿Corazón de tu manada? — volvió a repetir anonadada.

—¡Supremo! — gritó una mujer demasiado hermosa, de buen tamaño y cuerpo voluminoso, que hizo sentir a Charlotte diminuta y demasiado simple. La loba venía corriendo hacia ellos con tanta rapidez que en ese momento a Charlotte se le fue el aire por lo impresionante que le pareció su agilidad, pero esa impresión pasó a ser enfado cuando vio como se le fue encima a Karim abrazándolo con tanta efusividad que la instó a gruñir como si fuera una loba.

Ambos hermanos cuando escucharon el sonido creado por Charlotte se miraron y rieron.

—Tiene agallas, ya moría por conocerla, llevaba tiempo esperando—, la chica se acercó a Charlotte con intención de tocar su vientre, pero ella dio un paso atrás.

—¡No, me toques! — le sentenció con dientes apretados y Karim la miró pasmado, pero sintiendo orgullo al mismo tiempo.

—¿Por qué no? —, la chica se mostró risueña, actitud distinta a la que Charlotte esperó provocando que frunciera el ceño viendo cómo los ojos de la mujer pasaban de verdes a grises mientras hablaba con su loba, y al contrario de lo que Charlotte suponía; Jazmine lo que hacía era elogiar el valor que posee ella.

Charlotte estaba tan molesta y celosa que no era capaz de notar que, aunque no como Karim y Kasul, la mujer tenía ciertos parecidos con su esposo, sin embargo, lo que menos supone ella es que podría ser su hermana porque tiene en mente que Karim no tiene más familiar que no sea Kasul.

—Si el supremo es uno con su tierra, y su tierra posee un corazón bastante mágico donde parece qué solo viven las personas importantes, es porque esta mujer parece ser muy, pero muy extraordinaria para él— espetó Charlotte con ironía y resoplaba con furia viva.

—Claro que es valiosa para mí— respondió tocando la mano de su hermana— Jazmine es mi her ….

Charlotte no lo dejó decir más por qué empezó a caminar con plan de salir de allí, aunque no sabía cómo, pero supuso que, aunque tenga que dejar que el agua de la cascada arrastre su cuerpo, se marchara, y lo que no esperó fue ser cargada de repente.

—Qué celosa me has salido mi esposa, — las carcajadas de Karim y de la loba eran estruendosas.

—Cuñada, bienvenida, soy Jazmine, la hermana oculta de los gemelos que más discuten — bromeó Jazmine y Charlotte, en ese momento quiso que la tierra se abriera, sacara una lengua gigantesca y se la tragara cómo un sapo atrapa a una mosca.

El sonrojo en su rostro dejaba ver con claridad la vergüenza que sentía.

—Lo siento, algunas veces suelo ser un poco intensa— se disculpó.

—No te sientas mal cariño, era normal que reaccionaras de ese modo. Ahora vamos que nos esperan—. Expresó Jazmine regalándole una sonrisa que le tranquilizó, y en ese momento fue que pudo ver que ella es parecida a su esposo.

—¿Cómo es que tienes familia, si me has dicho que murieron todos? — susurró Charlotte a Karim cuando iban siguiendo a Jazmine quien sonrió cuando la escuchó susurrar, entendiendo que ella olvidaba que son lobos y podía oír con facilidad.

—Solo Jazmine, fue la única que sé salvó de mis hermanos. Se encontraba aquí en el momento que sucedió la masacre.

—¿Por qué no le dices a Kasul que Jazmine está viva?, o ¿él lo sabe? — Karim detuvo sus pasos y respiró profundamente.

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