Un Vaquero Enamorado (COMPLETO) romance Capítulo 10

Todos estaban sentados en la mesa del comedor, Melisa no paraba de hablar con Rodrigo y Grisell conversaba con todos a la vez. Pero Megan estaba en silencio y cruzaba los dedos para que nadie se diera cuenta de su labio. Mientras ella estaba angustiada el cretino de Jack estaba como si no hubiera pasado nada. Como se atrevía a besarla y de paso amenazarla con hacerlo de nuevo. Era un bruto, un sexy bruto arrogante.

− Hija porque estas tan callada, ¿te sientes bien?

− Estoy bien abuela, solo que estoy cansada, después de cenar me gustaría irme a la cama si no les importa.

− Hmm claro que no mi niña. Grisell la tomo de la cara y se la alzo mirando su labio, abrió los ojos como platos y luego miro a Jack de reojo. –Es mejor que subas a descansar de una vez.

Megan no entendía porque su abuela no había hecho ningún comentario sobre lo que había visto, no era tonta sabía lo que había pasado.

− ¿Te sientes mal Megan? Le pregunto su amiga.

− No solo estoy algo agotada, se levantó de la silla se despidió y miro de reojo a Jack, este estaba reprimiendo una sonrisa.

Aquello la enojo aún más.

− Buenas noches Megan. Le dijo Jack en tono de burla.

Ella no le respondió, solo se dio la vuelta y subió a su habitación. Estaba agotada y después del incidente del beso se sentía aún más agotada. Solo quería darse una ducha y dormir como un tronco toda la noche. Entro directamente en el baño, se desnudó y se metió bajo el chorro de agua tibia fue la gloria para ella a pesar de que estaba en un rancho contaba con todas las comodidades y daba gracias a ello. Cuando salió se colocó una toalla que colgaba del perchero y de pronto recordó que su maleta la había dejado en el cuarto de Melisa.

− Genial, tendré que salir desnuda al pasillo.

Se Asomó en la puerta, todo estaba en silencio total y a media luz. Asumía que todos aún seguían abajo. Caminando de puntillas y en silencio llego hasta la habitación de Melisa tomo la maleta y salió rápidamente hasta su cuarto.

− Señorita Megan. ¿Es que se ha equivocado de habitación? Con su sonrisa burlona y los brazos cruzados Jack la miraba desde el pie de las escaleras, de todas las personas que se encontraban en esa casa tenía que ser justamente el.

− Eso no es asunto suyo. Camino deprisa hasta la puerta de su cuarto, pero una fuerte mano la detuvo. – ¿Pero que se está creyendo salvaje? Suélteme, es que no ve que estoy semidesnuda.

− ¿Recuerda lo que le dije sobre insultarme?

− No se atreva a…

Pero aquel beso rompió todas sus barreras, estaba prácticamente desnuda el paño era la única barrera que impedía que él pudiera ver su cuerpo. Ella se resistía hasta donde más le daban las fuerzas ya que se sujetaba con una mano la toalla muy fuerte y con la otra intentaba separarlo teniendo éxito al fin.

− Es suficiente… Piensas tomar esto de costumbre, eres un bruto, arrogante no tienes modales. ¡Andas por allí besando mujeres desnudas! Poniéndose una mano en el pecho y la otra en la boca.

Al cabo de unos minutos escucharon ruidos en la escalera, seguramente era Melisa o Grisell. Ella abrió los ojos claramente preocupada porque los encontraran a ambos allí y ella en ese aspecto, pero de pronto Jack la hizo entrar en su habitación a empujones. Estaban solos en el cuarto y el cuerpo de Megan comenzaba a reaccionar a las manos de Jack

.

− Pero bueno, porque se metió en mi habitación, salga ahora mismo. Eres un abusivo. Susurro.

− Si quieres que me salga lo hare, no me importa que me vean salir de aquí. Tomo el pomo de la puerta y ella se lo impidió rápidamente.

− Espera. Suspiro. – ¡Cuando no se oiga nada salga!

− ¡Muy bien!

− ¿Te divierte todo esto? Mi abuela se dio cuenta de lo que le paso a mi labio, estoy segura que mañana me dirá algo y todo es por tu culpa, mientras usted esta tan tranquilo.

− Que te digo. No era esa mi intensión, pero debes reconocer que fuiste muy grosera alguien tenía que enseñarte buenos modales.

− ¿Buenos modales? Pero mira quien fue hablar de modales.

− Yo... Tomaba una ducha abuela, disculpa. Dijo sosteniendo la puerta para no darle paso a la mujer.

− Bueno subí para ver si estabas bien y si se te ofrecía algo. También para informarte que Rodrigo les enseñara mañana a montar.

− Qué bueno, estaré lista bien temprano abuela. Ahora quisiera dormir un poco.

− Está bien que descanses.

− ¡Hasta mañana abuela!

Estaba tan nerviosa, como es posible que estuviera metida en aquel embrollo con Jack. Tenerlo en su cuarto y ella medio desnuda hacia que le subiera la temperatura. Era un idiota, pero le excitaba cuando la tomo por las nalgas sentía que perdía el control de su propio cuerpo, si no es por la llamada de su abuela no la hubiera contado.

− ¡Tú cachetada me ha dolido! Jack estaba recostado en el marco de puerta del baño.

− Te la mereces, esa y muchas más.

− No tendrás más oportunidades.

− Es mejor que mantengamos distancias. No creo que sea prudente que nos quedemos a solas.

− ¿Te da miedo mi presencia?

− No, pero quiero evitar tener que cachetearte otra vez.

Jack se rio a carcajadas mientras caminaba hacia la puerta.

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