Un Vaquero Enamorado (COMPLETO) romance Capítulo 13

− Bueno muchachas mañana las llevare a dar otra vuelta.

− Muchas gracias Rodrigo. Le dijeron las féminas al unisonó.

Entraron en la casa y enseguida las recibió Grisell con una bandeja con limonada y galletas.

− Hola abuela, estamos sedientas.

− Volvieron muy pronto ¿Es que Jack le ha puesto trabajo al pobre de Rodrigo?

− No. Bueno más bien el llego hasta donde estábamos buscándolo porque había una vaca que tenía complicaciones para parir o algo así.

− Entiendo, mañana será otro día. Aquí les prepare una limonada, mientras esta el almuerzo.

− Muchas gracias señora Grisell.

− ¿Pero el paseo fue bueno o no?

− Claro que lo fue, Rodrigo es un excelente guía. Exclamo fascinada Melisa.

− Muchacha parece que te gusta mucho.

− Más de lo que debería, apenas tenemos dos días aquí y ya está tirando la baba por él.

− Eres muy anticuada Megan. Te recuerdo que en el aeropuerto me dijiste que si un vaquero quería tener una aventura conmigo que la aprovechara.

− Si pero que no te enamoraras.

− Nadie ha dicho que este enamorada. ¡Se podría llamar un romance y ya!

− Una aventura donde seguramente saldrás bien enamorada.

− Bueno niñas dejen de discutir, no hay nada de malo que Melisa se enamore Megan. ¿Qué problemas tienes con el amor?

− Ninguno, abuela.

− ¿Ninguno? Es mejor que le cuentes a tu abuela todo Megan.

Como se iba a librar de tener que recordar algo tan triste para ella.

− Es una historia muy larga abuela y muy triste. No creo que sea el momento de hablar de eso.

− Cuéntame que paso.

− Bueno... Suspiro y comenzó a contarle. –Hace algunos años había conocido a un hombre, él era muy sencillo para el gusto de mis padres.

− Ósea que no era rico. Le dijo Grisell.

− ¡Si exacto! Él era el que reparaba el coche de papa, el me causaba curiosidad porque era un hombre trabajaba para ganarse la vida y ayudar a su familia, era distinto a los chicos con lo que mi madre solía emparejarme. Era muy fácil hablar con él, me hacía reír y éramos nosotros mismos sin tener que aparentar nada. Comenzamos a salir a escondidas y bueno nos enamoramos, mama y papa nos descubrieron y eso no fue lo peor de todo, descubrieron que me había acostado con él. Estaban tan furiosos, al pobre de Michell lo despidieron de inmediato y papá hizo que no consiguiera empleo en ningún otro lado.

Dijo la joven al borde de las lágrimas…

− ¿Por Dios tu padre hizo algo así?

− Lo hizo abuela. Yo no volví a verlo más, no sabía dónde poder llamarlo. Luego me entere por una conversación que él tuvo con mama que papa se había encargado de que se marchara de la ciudad. Ellos eran tan insensibles que les importo que él tuviera que abandonar a su familia por el simple hecho de haberse enamorado de mí y porque mis padres eran unos snob. Sufrí mucho abuela yo me había enamorado de él y él había tenido que dejar a su familia por mi culpa.

− Lo siento tanto Megan, tus padres creían que hacían lo mejor para ti pero que equivocados estaban.

− Papá decía que era muy joven para saber que era amor, estaban furiosos cuando me llevaron al médico para asegurarse de que no hubiera hecho una locura. Dijo con lágrimas en los ojos.

− Yo estuve allí para apoyarla señora Grisell. Le dijo su amiga pasándola un brazo por los hombros.

− Pero eso no es motivo para pensar que el amor es doloroso mi niña.

− No lo sé abuela. No quiero lastimar a nadie, ni que nadie me lastime a mí.

− Entiendo pero a veces esas cosas pasan y es algo natural. No temas por enamorarte de nuevo.

− ¡Quizás abuela! Se limpió las lágrimas y bebió un sorbo de limonada.

− Seguramente ese joven hizo su vida y le va muy bien, no te sientas culpable por lo que paso.

− ¡Eso espero abuela!

Ahora que le había contado su historia a su abuela se sentía mucho mejor, no le gustaba la idea de haber tenido que ocultarle algo así.

− Bueno las confidencias se terminaron, suban y refrésquense y bajen para que almuercen.

− ¡Si buscas refrescarte aquí no lo conseguirás! Megan dio un respingo al escuchar la voz de Jack, estaba tan metida en sus pensamientos que no lo vio venir.

− Bueno creo que eso es asunto mío.

− Si es cierto, allá usted que prefiere sancocharse aquí. La casa está mucho más fresca.

− Como si le importara mi bienestar.

− Me interesa el bienestar de todo aquel que se encuentre en mi rancho.

Bueno que sea un cretino con ella no quiere decir que de verdad no se preocupe por las personas que estén en el rancho.

− Algo bueno tiene, por lo menos. No había volteado a verlo desde que lo escucho hablar, hasta que sintió el peso en el sofá y lo vio sentarse a su lado.

− ¿Por qué me mira así?

− Tal vez porque se sentó a mi lado y yo quiero estar sola.

− Estoy cansado Megan deseo sentarme un rato.

− Entonces yo me voy. Hizo ademan de levantarse.

− Espera, no tiene por qué ser así.

− ¿Qué quieres decir?

− Esto de discutir todo el tiempo.

− Si no me falla la memoria tu eres el que siempre me está molestando.

− Bueno me parece divertido, te enojas con mucha facilidad.

− A mí no me causa ninguna gracia.

− Ya lo sé. Eres muy gruñona Megan para ser tan joven, tu amiga se divierte más que tú.

Pero bueno primero la llamaba insípida y ahora aburrida que se necesitaba para satisfacer a ese hombre. ¿Y por qué demonios estaba pensando en eso? A ella que le podía importar satisfacer las exigencias de él.

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