Un Vaquero Enamorado (COMPLETO) romance Capítulo 32

− Megan debiste decírmelo. Yo fui muy bruto, yo...

− Jack por dios, ese no es el problema aquí.

− Si, sé que no lo es, solo que yo, no se… Debiste decírmelo todo, hubiera tomado precaución.

− ¡Pues lo siento!

− ¿Entonces es mi bebe el que llevas en tu vientre? Le sonrió y se arrodillo para tocar su vientre.

Ella no se esperaba algo así, no iba tan mal aquello después de todo.

− Si es tu bebe Jack.

− ¿Pensabas tenerlo sin decirme una sola palabra? Le reclamo.

Había llegado el momento que ella temía, sabía que él le reclamaría por ocultar su embarazo por los cuatro meses.

− Bueno y que querías, no sabía cómo ibas a tomar una noticia como esta. En tu despacho me habías dicho cosas que yo pensé que decirte que estaba embarazada no iba a cambiar nada.

− ¿Cuándo te fuiste de aquí estabas embarazada? Se levantó y la miro con el ceño fruncido.

− Sí, creo que me quede embarazada la primera vez que hicimos el amor.

− No te culpo por ocultármelo, pero si por pensar en tenerlo y no decirme nada. ¿Es que pensabas tener tu sola sin que él sepa de la existencia de su padre?

− No lo sé Jack, pero ahora debemos pensar en cómo vamos a manejar esta situación.

− Espera un momento. Se puso a pensar y luego la miro fijamente a la cara. –Dijiste que amabas al padre de tu hijo, pero que él no te amaba a ti, eso quiere decir que tu…

− ¿Acaso eso importa ahora Jack? Le interrumpió.

− Sí, sí que importa.

− ¿Ah sí, porque? Si tú no sientes nada por mí. Lo mejor es que nos enfoquemos en el asunto del bebe.

Ella tenía razón, era ya bastante complicado saber que ella vivía en Atlanta y él en Texas. Tenía que pensar en una solución, y la más lógica era proponerle que se mudara al rancho y que él bebe naciera en Texas, pero también tenía que oír su opinión sobre eso ella era muy terca. Y lo otro cuestión era que iba a pasar entre ellos dos, ella lo amaba y seguramente esperaba más que simplemente mudarse a su casa. La decisión estaba más que clara.

− Bueno ya sé lo que vamos hacer. Ella lo miro expectante a que continuara. –Vamos a casarnos Megan. Esa respuesta era todo menos romántico, carecía de sentimientos.

− Tú no deseas eso Jack.

− Pero lo hago por ti, por él bebe. Quiero que crezca dentro de una familia.

− Nosotros ni siquiera nos llevamos bien, ¿por qué quieres casarte con una mujer con la que discutes la mayor parte del tiempo?

− Bueno no siempre estamos discutiendo, las cosas pueden mejorar.

− No creo que seamos buen ejemplo para él bebe.

− Claro que lo seremos Megan. Debemos cambiar un poco ambos, y tratar de llevarnos mejor. Te prometo poner de mi parte.

− ¿Me dices que esto será un matrimonio por conveniencia?

− No será así, haremos que esto funcione Megan.

Debía de estar completamente loca por tan solo pensar en aceptar su propuesta, pero tampoco deseaba que su hijo tuviera una vida de viajes o lejos de uno de sus padres, no soportaría verlo sufrir por estar dividido por estar con sus padres.

− ¿Qué pasa si quiero tener más hijos Jack?

− Los tendremos, serás mi esposa. No esperes que nos casemos y no intimemos. Tendremos los hijos que desees.

− ¿Así que ustedes dos están enamorados?

− Bueno abuela, no creo que Jack sienta lo mismo por mí.

− ¡Pero si se van a casar!

− Eso no significa que él tenga sentimientos por mí.

− Pero está claro que tu si lo estas de él, y ahora esperas a su bebé.

− Si abuela, pero este matrimonio es más para que él bebe nazca en el seno familiar. Pero a pesar de ello, me encargare de que el cambie sus sentimientos por mí.

− Así se habla amiga, a por él. Le animo su amiga.

− Espero que esta unión salga muy bien. Megan dio un largo suspiro.

− Saldrá bien nosotras te apoyaremos en todo lo posible.

Debían ponerse manos a la obra con lo de la boda en vez de estar hablando de cómo ella lograría que Jack se enamorara de ella, desde luego sería una boda sencilla, nada extravagante y tendría que ser rápida antes de que su embarazo se notase más.

− Me gustaría ir a San Antonio para comprar un bonito vestido.

− Si, hablare con Rodrigo para que nos lleve más tarde.

− ¡Fantástico!. Abuela tú podrías preparar la comida que se va a servir, no vamos a invitar a muchas personas.

− Claro niña yo me encargo de eso, por ahora podemos ponernos en marcha para mudar tus pertenencias a la habitación de tu futuro esposo.

− Claro abuela. Esperaba que la decisión que había tomado fuera la acertada.

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Un Vaquero Enamorado (COMPLETO)