Adoptando a la hija del CEO romance Capítulo 14

Cada minuto que pasaba me sentía más y más avergonzada por mi comportamiento.

—Descuida, fue mi nieto quien te ha provocado. Lo entiendo perfectamente, no tienes que disculparte.

—Aun así, también tengo culpa por lo sucedido.

—Es muy noble de tu parte el reconocerlo.

—Mi abuela fue quien me ha enseñado todo, señor.

Sonrío al recordar a mi abuela y todas sus enseñanzas.

—¿Te importaría ayudarme en regresar a mi habitación?

—Por supuesto, aún no han dicho nada sobre Mía, así que puedo ayudarlo y regresar a tiempo.

Me coloco detrás de él y empujó la silla.

—¿A qué habitación desea que lo lleve?

—Está en el piso de arriba, debemos ir por el ascensor.

—De acuerdo.

Me dirijo hasta el ascensor y apenas entramos, oprimo el botón que nos llevará un piso más arriba. Tardamos unos segundos en llegar y salimos de allí, conduzco hasta la habitación en la que se estaba hospedando. Luego le ayudo a subirse a la camilla y dejo la silla cerca por si deseaba sentarse en ella y así no tener que hacer mucho esfuerzo.

—Disculpe que sea tan entrometida, pero... ¿Por qué está aquí?

—Ya estoy viejo y mis rodillas fallan.

—Comprendo, espero que se recupere pronto.

—Gracias por la ayuda.

—Ha sido un placer.

Doy dos pasos, pero cuando escucho que habla, me detengo para verlo.

—¿Qué ha dicho?

—He preguntado, ¿quién es Mía?

—¡Oh! Es mi hija.

—Eres muy joven para ser madre.

—Lo sé, pero...

Aunque me estaba sintiendo un poco nerviosa, él me generaba una sensación de paz y de confianza.

—Pero, ¿qué?

—Le confesaré mi mayor secreto, ¿promete nunca revelarlo?

Él me mira extrañado, pero después me mira con dulzura y asiente.

—De seguro quedará marca.

Cierro mis ojos y respiro profundo varias veces para calmarme por completo. Cuando de la nada escucho que alguien entra en la habitación. Mi corazón comienza a latir con mucha fuerza, mi mente me estaba traicionando y por un momento pensaba en que él me había seguido, pero cuando escuché la voz del doctor, me tranquilicé.

—Lamento haberla asustado, hemos terminado los estudios. Parece ser que los fuertes dolores de estómago y su fiebre se debe a su apéndice. Debemos llevarla al quirófano ahora.

—Pero... Pero...

—La ha traído a tiempo, normalmente la fiebre suele ser baja y presentar más síntomas, pero en Mía su fiebre ha sido demasiado alta, lo cual nos preocupa. Debemos llevarla a cirugía para evitar que su estado se complique.

—¿Cuáles son los síntomas que se presentan normalmente?

—Fuerte dolor en su vientre, lo cual suele ser constante. Además de fiebre, puede provocar náuseas, vomito, falta de apetito, diarrea y vientre hinchado y distendido.

—Está bien, por favor... No dejé que nada malo le pase a mi hija.

—Haré todo lo posible.

—Gracias.

Apenas el doctor se retira, siento como mis piernas me fallas y caigo en el suelo. Me cubro el rostro y me permito llorar. La culpa me carcome. Mía había presentado varios de esos síntomas, pero no pensé que fuera tan grave para su cuerpo tan pequeño. Había creído que algo que consumió le había hecho daño, pero no esto.

—Soy una mala madre, lo siento, Mía.

Me quedo en la habitación sentada por unos minutos, luego me levanto y camino hasta la sala de espera, afuera de dónde estaban operando a mi hija. No pude evitar llorar por creer en que ella estaba tras esas puertas, anestesiada y siendo abierta por esas personas.

Rezo al cielo para que la cuiden y le den sabiduría al grupo de los doctores para que todo salga bien, sin ningún tipo de complicaciones.

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Adoptando a la hija del CEO