DE MONJA A ESPOSA romance Capítulo 20

Ares se cruza de brazos, esperando, aunque no lo demuestra, con impaciencia, una respuesta convincente de parte de Vanesa.

—Mi amor… —Se acerca a él, e intenta sentarse a su lado, pero este se levanta indignado de que quiera manipularlo con palabras de cariño.

—¿De verdad crees que puedes tratarme de "amor", como si nada, después de haberme abandonado? ¡A veces no sé si eres o te haces, mujer!

Vanesa, abismalmente sorprendida, por la rudeza de las palabras de Ares, usa el arma, que jamás le fallaba con él. Sus lágrimas

—Sé que no tengo perdón. Jamás debí dejarte… —Llora desconsolada, pero Ares ni siquiera se inmuta. Le duele verla llorar, pero la verdad es que después de escuchar llorar a Aurora, y verla aguantar las lágrimas, cada vez que él estaba cerca, el llanto de Vanesa parecía tan falso, que una parte de él sentía ganas de consolarla y otra casi repugnancia de que quisiera usar semejante artimaña. Estaba muy confundido con sus sentimientos.

—Podrías dejar el drama de una buena vez, y darme una explicación. —La mujer se seca las lágrimas y carraspea un par de veces la garganta, aclarando su voz.

—No sabes el error que estás cometiendo al tratarme así. Pero estoy segura de que pronto estarás de rodillas pidiéndome perdón.

—¡Jajajaja! —Suelta una risa irónica. —Ares Walton no se arrodilla ante nadie...

—Eso no es lo que pareció el día que me propusiste matrimonio.

—Al grano... —Le pide y Vanesa saca su teléfono, activando algunas grabaciones de voz en tono alto. Dejando que Ares escuche la voz de alguien que conoce a la perfección: su madre. Grabación que está alterada, dejando solo las partes en que Jazmine amenaza a Vanesa y le pide que deje a Ares y le indica la manera de hacerlo. Pues ese mismo día en el hospital, Vanesa aprovechó tener el teléfono en sus manos, para grabar a Jazmine, y hacerle creer que llamaría a Ares. Ese día, Vanesa fue muy astuta, y agradecía al cielo por ello. De lo contrario, hoy no tendría un plan tan sólido.

—¿Mi mamá fue quien te obligó? —Pregunta el hombre como para confirmar que realmente es la voz de su madre y que no está equivocado.

—Sí... —Responde segura de que su plan está funcionando y Ares lleno de ira. Llama a Jazmine.

—¿Qué vas a hacer? —Le pregunta Vanesa, pero la ignora, mientras espera impaciente que su madre conteste.

—¿A quién debo el milagro, de que el gran Ares Walton llame a su madre? —Responde Jazmine desde el estudio de su casa, mientras se relaja tomando una copa, observando nuevamente todos los documentos que tiene en su poder sobre Vanesa. Confirmando que es una basura. Creyendo que lo mejor es deshacerse de esa información para que a su regreso su hijo no lo descubra, y se vea involucrado con Vanesa y su círculo de delincuentes nuevamente, por buscar venganza. Pues eso podría ser un escándalo que podría afectar seriamente la reputación de su familia, y acabar con el buen nombre que durante años le ha costado mantener. Es por eso que no quería correr ningún tipo de riesgo.

—¿Es cierto que tú le ordenaste a Vanesa que me dejara? —Le pregunta directo y sin tapujos a la mujer, que de inmediato deja la copa sobre la mesa, poniéndose de pie por la sorpresa.

—¿Quién te lo contó?

—¿Ni siquiera lo niegas?

—¡No tengo por qué!

—Entonces no importa cómo me enteré, lo que importa es que lo sé, y no pienso, perdonártelo mamá.

—Si, yo le ordené que te abandonara y también la soborné para que lo hiciera, y aceptó gustosa el dinero —Contrapuntea dispuesta a acabar con esta situación de una buena vez, de manera que Ares se sintiera herido y sin más ganas de buscar a Vanesa.

—¡Eso no es cierto!

—Muy bien, es tu decisión si no quieres creerme. Pero aunque no hubiera sido por dinero, ¿crees de verdad que una persona que te ama se va simplemente por qué yo se lo ordeno, sin siquiera luchar por ti? ¿No te parece que después de enfrentarse un año a mí, al final me dejó ganar muy fácil?

Ares, analiza las palabras de su madre, y sabe que aún hay algo que no sabe, pero planea descubrirlo.

—Quiero que me envíes una copia del contrato prenupcial que firmé con Aurora. —Le pide más calmado

—¿Eh? ¿Por qué lo quieres ahora? —Pregunta Jazmine confundida, sin entender su cambio de actitud y su petición.

—Porque es mi derecho madre.

—Está bien… Está bien… Mañana mismo le diré a Josué que te envíe una copia.

—Mañana no… Lo quiero hoy…

—¿Qué hace aquí? —Pregunta la joven asustada, dándose la vuelta para no ser vista, dejando ver el gran morado que tenía en la parte baja de su espalda.

Ares reacciona y recuerda por qué está allí. Se acerca a ella y la gira hacia él.

—¿Por qué aceptaste esa estúpida cláusula donde debemos tener un hijo si alguno quiere divorciarse antes de los 5 años o pagar 100 millones de dólares? ¿Acaso ese era tu plan y el de mi madre? Mantenerme atado a ti, durante 5 años para asegurar un heredero.

—¿¿Eh?? ¿De qué habla? —Pregunta tímidamente la joven avergonzada por estar por primera vez frente a un hombre semidesnuda, sin entender nada de lo que le dice.

—No te hagas... Por eso mi madre te defiende tanto, por qué accediste a sus pretensiones. Ella desea asegurar un heredero que considere digno de los Walton. Claro... ahora todo tiene sentido. Por eso mataste a mi hijo, por qué querías asegurarte de que tú serías quién me diera un primogénito que fuera el único heredero. —Empieza a dar cortos pasos arrinconándola a la pared.

—S-señor...

—Es por eso, que soportas todo. Cada humillación sin defenderte. Todo fue una trampa desde el principio. Fue demasiada casualidad que justo cuando tú volviste, mi madre quisiera buscarme una esposa. Que tu hermana fuera considerada como primera opción y tú la acompañaras con tu extraño atuendo, fingiendo ser inocente y casta. Todo era para que me fijara en ti. (Ríe entre dientes)

—No sé de qué habla...

—Vamos... Ya no finjas... Todo fue una treta entre tú y mi madre para llamar mi atención y hacerme caer en su trampa. Fingiste ser una dulce monja, de buen corazón, pero mírate, tu plan era seducirme, con tu rostro angelical y tu sensual cuerpo que escondías bajo esa fea ropa para generar intriga. —Da otro paso y está tan cerca de ella, que aspira su aroma y de inmediato se siente deseoso.

—Se equivoca, no sé de qué habla...

—Hablo de ti... —Acaricia suavemente su brazo derecho con sus dedos desde su hombro hasta su muñeca. —Cualquier hombre caería rendido a tus pies sin dudarlo. —Mira el escote de su brasier fijándose en sus pechos que desearía descubrir, pero se controla como puede. —Cualquier hombre... menos yo. Yo jamás me fijaría en alguien como tú. Solo verte me hace despreciarte más y más. —Le susurra al oído, acercándose cada vez a su boca que siente ganas inevitables de besar a pesar de lo que acaba de decir, mientras la joven temblorosa de pies a cabeza, siente un cosquilleo por todo su cuerpo, al tenerlo tan cerca y un dolor en su alma al escuchar sus palabras. —Jamás tendría un hijo contigo. Ese sería un error que nunca cometería. —Sigue hiriéndola, pero sus labios están tan cerca, casi al punto de rozarse, cuando inesperadamente Vanesa irrumpe en la habitación, haciendo que Ares se aparte de inmediato.

—¿Qué carajos pasa aquí? —Exclama furiosa al ver durante pocos segundos la cercanía de Ares con Aurora, que está en ropa interior, una bastante fea y poco provocativa para su gusto.

—No pasa nada... —Dice el hombre que pone sus manos disimuladamente sobre su pelvis para cubrir una erección que no había notado que tenía, y sale de la habitación llevándose consigo a Vanesa.

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: DE MONJA A ESPOSA