DE MONJA A ESPOSA romance Capítulo 48

Varios empleados que irrumpen alarmados en el estudio, observan a Vanesa en el suelo, intentando recomponerse del susto, y a Jazmine que deja caer el arma, por un fuerte dolor que aqueja su cabeza.

—¿Qué creen que hacen allí parados imbéciles? ¡Ayúdenme! —Les ordena, agarrando fuertemente su cabeza.

De inmediato, se acercan intentando coger a la mujer que no lo permite. —No sean ineptos... Tráiganme algo para el dolor de cabeza. ¡No lo soporto! —Grita la mujer que observa a Vanesa, y por unos segundos le pareció que era Helena, la madre de Aurora.

Parpadea sorprendía varias veces, recuperando la lógica. Toma la pastilla y el vaso con agua que le ofrece una de las sirvientas. Vanesa que se levanta, la mira aterrada, buscando la dirección de la bala, que pudo haber sido para ella.

Sin pensarlo, intenta irse, pero Jazmine no la deja.

—¡Detengan a esa mujer! —Se levanta Jazmine del escritorio observando como sus hombres le cierran el paso a Vanesa.

—¿Qué crees que haces vieja bruja?

—Tú viniste por algo, y planeo dártelo, solo necesito que hagas una cosa. —Hace un gesto con la mano, ordenándoles a sus empleados que se marchen. Soportando el fuerte dolor que aún tenía, dolor que le recordaba que pronto desaparecería de este mundo, pero no se iría sin antes asegurarse de que la última voluntad de Jazmine Walton se cumpliera.

Vanesa, que no entiende la actitud de Jazmine, sabe que no puede confiar en ella, pero... ¿Qué otra opción le queda?

—¿Qué cosa? —Le pregunta con los ojos entrecerrados dudando de sus intenciones.

—Quiero que hagas que Aurora firme un papel en blanco.

—¿Y por qué no se lo pides tú? ¿No son íntimas?

—¿Lo harás o no?

—¿Y qué ganaría yo?

—Dinero... mucho dinero.

—Y se supone que vaya y le diga a mi peor enemiga: "Hola, querida, serías tan amable de firmarme un papel en blanco"

Jazmine se levanta de su escritorio, y se acerca sigilosamente a Vanesa, que toma un florero entre sus manos para defenderse, pues después de lo que pasó, no confía en esa mujer.

—¿Acaso eres estúpida vanesa? No me interesa el método que debas usar para conseguir esa firma, solo asegúrate de no matarla.

Jazmine le extiende la mano, buscando sellar un trato con la mujer que espera y por fin sirva para algo.

—¿Es en serio?

—¿Cuándo Jazmine Walton no ha hablado en serio?

Vanesa, deja el florero en donde lo cogió y le toma la mano a Jazmine, que de inmediato la suelta, mostrando una cara de asco.

—¿Y cuánto dinero me pagarás?

—Medio millón de dólares. —Afirma, mientras se regresa a su escritorio para buscar una toallita húmeda en su bolso para limpiarse la mano.

Vanesa sonríe con malicia.

—Entonces no tengo tiempo que perder. Salvó que no me puedo ir vestida así, y sin nada con que comunicarme.

Jazmine que sabe sus intenciones, saca algo de dinero y se lo entrega.

—Tienes 24 horas para hacer el trabajo, o de lo contrario olvídate del dinero. Y solo por si acaso, mis hombres te estarán vigilando.

Vanesa que asiente, sale directo a una tienda a comprar un teléfono celular, ropa, una peluca y lentes oscuros. Segura de que pronto tendría medio millón en sus manos, llama a su hermano, a quien le cuenta lo que planeaban hacerle Joseph y Ares, y le pide su ayuda para esconderse por un tiempo y luego ayudarla a vengarse. Sin dudarlo, el hombre, a quien no le caía muy bien Joseph, y quién ya despreciaba a Ares sin conocerlo, le ofrece su ayuda a su única hermana, a quien no veía hace años por siempre estar huyendo, cambiando su identidad, ya que era una Jovita, experto en estafas.

...

Jazmine que se dirige a su habitación, en busca de un merecido descanso después de todo lo sucedido, se alarma al escuchar gritos descontrolados... De pronto, observa como el par de hombres que custodiaban a Eva, intentan controlarla en el pasillo.

—¿Pero qué pasa? ¿Qué es este escándalo?

—Tía, por favor... Tía tienes que ayudarme. ¿Por qué tienes a estos hombres custodiándome? Dile que me dejen ir por favor...

—¡Eva por Dios! ¡Contrólate! —Le dice al ver cómo la mujer se deja caer al suelo, aun en pijama, demacrada, gritando desconsolada y con el rostro lleno de lágrimas.

—¿Y cómo quieres que me controle, si estos gorilas no me dejan ir?

—¿Ir a dónde?

—Al hospital... ¡¡¡Mi hermano!!! ¡¡¡Mi hermano murió!!!

Jazmine que se sorprende un poco, sin entender por qué se enteró Eva tan rápido de la muerte de su hermano, simula asombro.

—¿Pero qué dices niña? Si él me llamo está madrugada para que lo ayudara en el problema en que se metió por la estupidez de ir a la casa de Aurora y sonaba perfectamente bien.

—Pues no lo está, ¡por qué está muerto! ¡¡Muerto!! —Destrozada lo repite una y otra vez.

—Llévenla adentro, ¿sí? —Ordena, restándole importancia a la mujer para poder por fin descansar...

—Noooo... Tiaaaaa... Debo ir a ver a mi hermano...

—Yo me haré cargo de eso. Tú descansa, no estás en condiciones de hacerte cargo de la situación...

—Noooo... No quiero! —Sigue luchando la mujer.

—¡Denle un calmante y cállenla ya! —Exige la mujer que envía un mensaje a Josué para que se apersone de la situación y no la moleste hasta que todo esté resuelto.

***

—¡Muy bien! No te preocupes entonces. Tranquila... ¡Yo te ayudaré! —Le dice el hombre que cuelga y de inmediato intenta irse.

—¿A dónde vas?

—Tengo algo que solucionar. Nos vemos luego.

—Algo con… ¿Eva? —Le pregunta Aurora que siente una especie de nudo en la garganta.

—Sí, puedo luego te cuento... —Afirma el hombre y sale a toda prisa.

...

Al llegar a la casa de su madre, efectivamente encuentra a dos hombres custodiando la habitación de Eva que simuló tomarse el calmante para aprovechar y llamar a Ares desde un teléfono que su hermano le había dado y que tenía muy bien escondido para qué lo usará en caso de emergencia, por qué, Jazmine le había quitado el suyo.

—Déjenme pasar. —Ordena Ares a los dos hombres que se miran entre sí.

—Lo siento, señor, pero su mamá... —Intenta explicarle uno, pero él, lo interrumpe.

—me importa un bledo lo que les dijo mi mamá. Si no me abren esa puerta por las buenas, lo harán por las malas, y ya me conocen... No creo que quieran enfrentarse a mí.

—Señor, pero si no cumplimos nuestras órdenes, nos pueden despedir.

—Pues es mejor perder un empleo, que ir a la cárcel, por qué lo que ustedes están haciendo aquí, se llama secuestro.

—¡¡Señora!! —Empieza a llamar uno de los hombres a Jazmine, y entonces Ares, sin esperar más, les da un par de puños, que los dejan sangrando, a pesar de que quisieron atacar a Ares en conjunto, terminando ellos los golpeados.

Abre la puerta, y observa a una Eva asustada y temblorosa.

—Vamos. Te irás conmigo. —La agarra de la muñeca.

—¿Y mi ropa? —Luego te compraré más. —Escucha a los guardaespaldas llamar a su madre.

—Espera... Hay algo sin lo que no me puedo ir. —¿Y qué es?

—Pruebas... —La joven, se suelta de Ares y toma rápidamente una USB que tenía escondida en una porcelana.

Ares, que la apura, es tomado por sorpresa cuando su madre aparece frente a él.

—¿Pero qué carajos crees que estás haciendo, Ares?

—¿No es obvio? Pienso llevar a Eva a un lugar donde pueda respirar aire fresco.

—¡Sí... claro! ¿Y por eso le diste una paliza a mis hombres? Además, ¿desde cuándo te preocupas por Eva?

—Me preocupo desde que decidiste encerrarla en esa habitación madre. No entiendo los motivos, pero ya que estás aquí, tal vez deberías explicármelos.

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