El CEO y la Bailarina Nocturna (COMPLETA) romance Capítulo 10

—¿Te das cuenta de que dejé a mi acompañante solo en esa fiesta? —entré a la casa de Mikkel y me saqué de inmediato los tacones—. ¡Tú chica estará muy molesta!

—Elegiste al peor acompañante del mundo, se veía muy contento sin ti —se sacó el corbatín y llevó su mirada a mis piernas descaradamente.

—Eh ¿hola?

Subió su mirada sacudiendo la cabeza como si intentara borrar algún pensamiento.

Ojalá que sea uno sucio

Ay, cállate Alyssa

—Shay no es mi chica, sólo mi secretaria.

—¿Vas a decirme que ella no es la chica que dejó sus bragas en tu baño? —me crucé de brazos con una sonrisa burlesca. Abrió su boca, pero volvió a cerrarla. No sabía qué decir—. Bueno, lo suponía.

Caminé con mis tacones por el cuarto de estar y me senté en un sofá individual. Mikkel se acercó lentamente a mí y se puso de cuclillas quedando entremedio de mis piernas.

—¿Me dirás ya quién es él? —apoyó su mano en mi rodilla logrando que mi piel se erizara.

—El hijo de Marisa —respondí con un poco de dificultad por su tacto.

No suelo ponerme nerviosa cuando tengo a un hombre cerca, ya que estoy bastante acostumbrada gracias a mi trabajo, pero es impresionante como este chico me pone cuando me toca.

—¿Ha pasado algo entre ustedes?

—¡Ay, claro que no, Mikkel! —golpeé su hombro y me puse de pie, pero el copió mi acción evitándome el paso.

—Me debes un baile —susurró en mi cuello, puso sus manos en mi espalda baja y me atrajo a él.

—¿Ah sí? ¿Y por qué?

—Si bailaste con ese también puedes bailar conmigo, ¿no?

—Si tan sólo hubiera música...

—And I've never seen that dress you're wearing

Or that highlights in your hair

That catch your eyes

I have been blind

The lady in red is dancing with me

Cheek to cheek

There's nobody here

It's just you and me —comenzó a cantar en mi oído mientras se movía lento de un lado a otro. Mordí mi labio inferior al escucharlo, cantaba realmente bien y eso no me lo esperaba para nada. Puse mis manos sobre sus hombros y me moví junto a él mientras cerraba los ojos y disfrutaba de sus dedos tocando suave mi espalda.

Sonreí al sentir sus labios en mi cuello, me dejó un beso allí y suspiró.

—No sabía que cantabas tan bien —murmuré mientras seguíamos en la misma posición.

—Yo tampoco —rió nervioso.

Ladeó la cabeza con curiosidad al momento en el que me alejé de él.

—¿Te gustaría invitarme a tu piscina?

—No entiendo, ¿esto es una declaración de amor o algo así? Porque si lo es...

Me quedé callada sin saber qué decir.

Está claro que Mikkel es jodidamente sensual, no me molestaría tener algo con él en lo absoluto, siempre y cuando no sea nada formal, porque ya saben, no puedo estar con alguien a quien no le gusta que esté rodeada de hombres. No podría aguantar que más adelante me pidiera dejar el nightclub sólo porque no quiere que siga trabajando allí porque, aunque me parezca un hombre muy interesante, no voy a dejar de hacer lo que me gusta por él.

—No creo que sea buena idea —añadí.

—¿Por qué?

—No lo sé, dudo que quieras tener algo conmigo sabiendo que paso la mayoría de las noches en un nightclub, además... ¿Hola? ¿Qué pasa con tu secretaria?

—Agh, nada importante.

Torcí los labios. Realmente esta conversación se estaba volviendo incómoda, no fue buena idea haber venido.

—Deberíamos hacer como que nunca tuvimos esta conversación y seguir como antes, tú con tus chantajes y yo haciendo cualquier cosa para que no abras tu linda y realmente tentadora boca.

—Gracias por lo último, ¿pero de verdad quieres eso? —inquirió burlón mirándome con una sonrisa de "no te ves nada convencida"

¿Lo quiero? Supongo que sí

—Sí, Hummel.

—Está bien, pero después ni se te ocurra reclamar por mis chantajes y menos ponerte celosa si me ves con alguna chica jodidamente caliente —alzó sus cejas poniendo las manos en sus caderas como jarra.

—¡Celosa mi trasero! Yo nunca te he hecho, ni te haré, una escena de celos, Mikkel.

Maldito iluso, ¿celosa yo? Ni en sus sueños