Ayer, después de haber llegado a mi casa, subí a mi habitación y me puse a imaginar lo fantástico que sería vivir sola. Podría salir sin tener que decirles a mis padres dónde iré y a qué hora llegaré, quedarme con Mikkel de vez en cuando y bueno, muchas cosas más.
Ahora estamos cenando y estoy a punto de hablar sobre el tema, pero me preocupa un poco cómo vaya a reaccionar mi padre.
—¿Cómo te fue en la sesión de fotos? —papá me preguntó. Tragué el pedazo de carne que tenía en la boca y hablé.
—Bien, ha sido la sesión que más me ha gustado hasta ahora.
—¿Hace cuánto trabajas como modelo? —miré a Andreus y ladeé mi cabeza sacando cálculos.
—Comencé un poco antes de terminar el colegio, así que hace unos tres años —asintió y siguió comiendo en completo silencio. Me acomodé en mi silla y carraspeé—. He estado pensando en algo y me gustaría saber qué piensan al respecto.
De inmediato todas las miradas cayeron sobre mí. Camilla tenía el ceño fruncido al igual que mis padres.
Ahora que recuerdo, aún no le cuento a mi hermana que Mikkel y yo somos novios
—¿Qué pasa? —miré a mamá y suspiré.
—Me gustaría irme a vivir sola.
Esperé a que alguien dijera algo, pero ninguno hablaba.
—Quiero tener mi propio departamento —añadí. Alcé las cejas esperando alguna reacción.
—¿Me vas a dejar sola? Maldita —reí al escuchar a Camilla.
—Cuando quieras puedes ir a visitarme, haremos pijamadas —me encogí de hombros y ella copió mi acción mientras asentía.
—No entiendo, ¿nos estás preguntando si te damos permiso o ya tienes la decisión tomada?
—Ya tengo la decisión tomada, pero de todas formas quiero saber qué piensan al respecto —le contesté a mi padre. Miró a mamá y ella hizo una mueca antes de llevar su mirada hacia mí.
—No estoy preparada para soltar a una de mis pollitos...
—Ay mamá, en algún momento iba a pasar —reí—. Además, seguiría viniendo constantemente.
—Lo sé, pero no creí que ocurriría tan pronto.
—¿Te sientes preparada para vivir sola? —Jeffrey preguntó con seriedad.
Bueno, dudo que esté demasiado tiempo sola...
—Claro, me siento preparadísima.
—¿Estás dispuesta a que busque el mejor lugar para ti? Porque no dejaré que mi hija se vaya a cualquier departamento, tiene que ser uno que esté en un lugar seguro.
—Estoy dispuesta, pero no quiero nada muy extravagante.
—¿Me prometes que seguirás viniendo y que nosotros también podremos ir a visitarte?
—Claro, papá —bufé con gracia. Tampoco es que quisiera irme para no volver a verlos.
—Pues... Está bien, comenzaremos con los trámites.
—Podrás tener todo el sexo que quieras, Alyssa —me miró con una sonrisa coqueta—. Ya quisiera yo poder irme de casa, podría llevar a muchos chicos.
—Sí, en especial a Andreus —le di un codazo. Puso los ojos en blanco y me dio un manotazo.
—Espera, ¿estás intentando hacer que Andreus y yo tengamos algo? Dios, no hagas eso.
—¡No estoy haciendo nada!
—¡Sí! Eres un intento fallido de Cupido, Alyssa.
—No intento ser Cupido —sonreí nerviosa—. Pero pienso que serían una pareja muy linda, además le gustas y sé que te dejo loquita.
—No es primer hombre que me deja loquita.
—Ya, pero ningún hombre va a ser mejor que Andreus. Es buena persona igual que su madre, además de ser un sexy profesor de historia. ¿Qué más quieres?
—No lo sé, Alyssa. Es guapo, pero no me veo con alguien como él —se puso de pie y suspiró—. ¿Una bailarina de un nightclub con un profesor de historia? No, gracias.
—¿Qué importa?
—Cuando sepa a qué me dedico dejaré de gustarle —bufó antes de cambiar completamente de tema—. ¿Hoy no vendrá Mikkel?
—No, tiene demasiado trabajo.
—Es una lástima que yo ya lo sepa.
El hombre se dio media vuelta dejándome ver por fin su rostro.
Me aferré al tubo como si estuviera a punto de desmayarme al ver como sonreía de forma malévola. Se acercó lentamente a mí mirándome de arriba a bajo, lamió su labio inferior y acarició mi clavícula con su dedo índice.
—¿Qué haces acá, Philip?
Intenté alejar su mano de mi cuerpo, pero me la tomó con brusquedad. Acercó su rostro a mi cuello y suspiró.
—Quedé totalmente impresionado cuando supe que la chica de Mikkel era bailarina de un nightclub, pero nunca pensé que eras hija del mismísimo Jeffrey Carlson.
—Voy a gritar, aléjate de mí —me removí intentando que soltara mi mano, pero no lo hice.
—¿Ya sabes cómo logré separar a Mikkel de su primer y más importante amor?
Dejé de moverme al escuchar su pregunta. Lo miré fijamente a los ojos sintiendo cómo mi corazón latía con fuerza contra mis costillas.
—¿De qué hablas? —murmuré. Sabía a qué se refería, pero quería creer que estaba equivocada.
—Mikkel estaba perdidamente enamorado de su mejor amiga, Alyssa —llevó su mano a mi mejilla y la acarició—. Yo la enamoré e hice que se alejara de él, dejándolo solo y despechado. Que pena, ¿no?
—Estás mintiendo, para Mikkel ella sólo fue su mejor amiga. Nada más que eso.
—Al parecer olvidó contarte lo más importante, Lilith.
Desvié mi mirada hacia el suelo mientras atrapaba mi labio inferior con mis dientes.
Me sentí totalmente idiota al recordar que ayer los había dejado solos para que pudieran arreglar sus problemas.
No estoy diciendo que pasó algo entre ellos, pero no puedo evitar sentirme traicionada.
Mikkel me ocultó un gran detalle que claramente me hubiese gustado saber.
—¿Me deja salir, por favor? —refunfuñé. Puso sus dedos en mi barbilla e hizo que lo mirara.
—Ten por seguro que no será ningún problema para mí alejar a Mikkel de su "nuevo amor" —dijo a centímetros de mis labios. Tiró unos billetes al suelo y se fue.
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