El CEO y la Bailarina Nocturna (COMPLETA) romance Capítulo 33

—Eres la mujer chantajes —miré a Chyler con los ojos entrecerrados y rió—. Primero Mikkel te chantajea con contarle a tu padre que trabajas acá y ahora Philip Hummel está a punto de filtrar tu video si no vas a su casa. Por dios, tu vida es como una telenovela.

—Chyler, esto no es gracioso —Bellamy la regañó fulminándola con la mirada—. Todos se pasan por el culo el contrato que les hago firmar antes de entrar a mi nightclub.

—Tienen demasiado dinero, dudo que les interese tener problemas contigo —mi amiga se encogió de hombros.

—Philip grabó sabiendo que no se puede usar el celular dentro —Bellamy gruñó. Estaba muy molesta—. ¿A qué hora debes estar en su casa?

—A las siete —respondí limpiando mis manos con mi pantalón ya que estaban sudadas—. ¿Crees que puedes hacer algo?

—Claro que puedo y por supuesto que lo haré, pero me preocupa que de todas formas termine filtrando tu video.

—No sé qué hacer —murmuré.

Chyler puso su mano en mi hombro y se sentó en la silla que estaba a mi lado.

—Tal vez hubiese sido mejor que le contaras a Mikkel lo que estaba pasando.

—No se me ocurrió nada mejor que irme de allí para llegar a mi casa, darme un baño y venir a hablar con Bellamy —sentí como mi celular vibró por séptima vez. Hummel había quedado muy confundido cuando me fui con tanta prisa de su casa—. Me dio miedo la reacción que podía tener Mikkel al decirle que su medio hermano me estaba molestando. Sé que lo primero que hubiese hecho sería ir donde él sin intenciones de arreglar las cosas hablando de forma civilizada.

—No tienen que hablar de forma "civilizada" —mi amiga bufó—. Estaría de acuerdo con que Mikkel lo golpeara. ¡Es un gilipollas!

—Yo no quiero que mi novio golpee a su medio hermano por mi culpa, Chyler.

—A ver, espera. Me perdí —Bellamy alzó su mano para que no la interrumpiera—. ¿Mikkel y tú son novios?

—Bueno, puede que se me haya olvidado contarte ese pequeño detalle —sonreí nerviosa al ver sus ojos como plato—. ¡Pero eso no es lo que importa ahora, Bellamy! Ese hombre está a punto de arruinar mi vida y la de mi familia.

—Lo sé —se recogió el cabello y usó un lápiz para afirmarlo. Me miró fijamente—. ¿Entonces si irás a su casa? —asentí desganada—. Perfecto. Dame su dirección.

Horas después…

—¿Qué me ibas a decir antes de que salieras corriendo de mi casa?

—No era nada importante, Mikkel. ¿Todo bien en tu empresa?

—¿Qué pasa? Estás muy rara, Aly.

—¿Sabes que te quiero mucho?

—Lo sé. Yo también te quiero mucho pero no me gusta que me ocultes cosas. Y lamentablemente en estos momentos siento que eso es lo que estás haciendo.

—Tranquilo. Me tengo que ir ahora, te hablo después.

Colgué la llamada y suspiré al estar frente al portón de la casa de Philip. Sin duda era grande, pero menos que la de Mikkel.

Toqué el timbre y miré mi atuendo. Me puse un pantalón, una camiseta negra y zapatillas deportivas. No quería verme bien para él.

Escuché como el portón se abrió. Miré por unos segundos a mi alrededor esperando que no hubiera nadie cerca. Esto se podía malinterpretar fácilmente.

Entré y caminé por el largo camino que me llevaba hasta la puerta de la mansión. Antes de llegar a ella, fue abierta por Philip. Llevaba una camisa blanca con los primeros botones desabotonados que dejaban ver parte de su pecho y un pantalón formal, al igual que los zapatos.

—Te ves preciosa —sonrió.

¿Es en serio? Esa no era la idea

—Hagamos esto rápido. ¿Qué quieres?

—No vamos a hablar acá, Alyssa. Pasa y ponte cómoda.

Tragué duro al notar que sus ojos me estaban mirando fijamente mientras lamía su labio inferior.

—Imaginar a otro chico tocándome es bastante desagradable. No necesito ni quiero que alguien que no sea mi novio me lleve a su cuarto, así que no te molestes en hacer esa mierda porque de todas formas no caería en tu juego —sentí como mi celular vibró en mi bolsillo trasero del pantalón, lo que me hizo sonreír—. En estos momentos está Bellamy y su abogado esperando por ti. ¿Estás seguro de que quieres filtrar ese video? Porque mi jefa odia cuando la desobedecen y tú te atreviste a grabar dentro del nightclub sabiendo que no se puede hacer uso de los celulares.

—No te tengo miedo, Alyssa.

—¿Y crees que yo si a ti? —me defendí, pero la verdad ya me sentía completamente derrotada. Él tenía el poder en estos momentos.

—A la única que se le puede arruinar la vida es a ti. A mí no me interesa tener problemas con Bellamy.

—Firmaste un puto acuerdo de confidencialidad. ¿Por qué a todos se les olvida eso? —pregunté al recordar cuando Mikkel también me amenazaba con contar mi secreto.

Quién iba a pensar que ese chico sería ahora mi pareja...

—Las personas que tienen dinero no se preocupan por ese tipo de cosas. Creo que tú sabes perfectamente como arreglan los multimillonarios sus problemas —bufó cuando escuchó que tocaban el timbre—. Siento que estás haciendo demasiado problema por esto. Sólo quiero pasarlo bien contigo, no te voy a matar ni secuestrar.

—Oh, muchas gracias entonces. Eres muy considerado —hablé con sarcasmo—. Tener que estar contigo sería el mayor castigo para mí. Realmente me pregunto si entiendes lo que te estoy diciendo.

—Lo entiendo perfectamente, mas no le tomaré importancia a tus palabras —dijo con calma.

—¡Dios! Eres imposible. Me voy y espero de verdad que recapacites, porque ten por seguro que te quedarás solo si sigues siendo tan hijo de puta —caminé hacia la puerta, pero sólo alcancé a abrirla un poco. Philip estaba detrás de mí con su mano sobre ella después de haberla cerrado con fiereza. Cerré los ojos nerviosa al sentir su respiración en mi oreja.

—Me hierve la sangre cuando los demás creen que soy yo el malo de la película —me empujó suavemente para que quedara con la mejilla tocando la puerta y se apretó más a mí—. Pero en estos momentos me pone demasiado que pienses eso de mí —soltó dejándome de piedra. Se alejó de mí y abrió la puerta. Me fui sin mirarlo y suspiré con alivio al ver a Bellamy, Joshua y el que creo que es su abogado.

El portón se abrió y salté a los brazos de Joshua, quien al parecer ya sabía todo lo que estaba pasando.

—¿Te hizo algo? —preguntó preocupado.

—No, pero creo que pronto lo hará.

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