El CEO y la Bailarina Nocturna (COMPLETA) romance Capítulo 37

—Mierda, estoy hasta más nerviosa que tú. ¿Estás segura de que quieres hacerlo?

—Chyler, no me mires con esa cara porque de verdad estás haciendo que me arrepienta —mordí mi labio inferior y apoyé mi espalda en el respaldo del sofá—. Mikkel está feliz. Ha estado enviándome mensajes todo el día para asegurarse de que sigue en pie lo de hoy.

—No lo sé, por lo que me has contado tus primas son un tanto... —hizo una mueca de disgusto—. ¿Segura de que quieres que ellas estén presentes?

—No se me hace un problema que ellas estén en la cena. Sólo espero que puedan mantener el secreto hasta que Mikkel y yo decidamos hacerlo completamente público.

—¿Y cuando tengas tu propio departamento vas a vivir con él?

—No lo creo, creo que sería demasiado rápido. Además, con todo lo que me ha pasado últimamente no he tenido tiempo de ir a ver departamentos —le di un sorbo al vaso con agua que tenía sobre mi regazo—. Lo de Philip me dejó literalmente con ganas de nada.

—Ya que mencionas a ese chico, debo de admitir que me da miedo. El hecho de que la ex mejor amiga de Mikkel haya tenido que esconderse en su casa para que Philip dejara de molestarla es... —Chyler notó que sus palabras no me estaban tranquilizando para nada, así que se calló de un golpe para luego volver a hablar—. Pero bueno, con suerte tienes a Hummel. Nunca dejaría que algo malo te pasara.

—Lo sé, realmente me siento afortunada de tenerlo —me arrepentí al segundo de haber dicho eso. Demasiado cursi—. Pero bueno, ya hemos hablado demasiado de mí. ¿Hay algo que tengas que contarme?

—¿Supiste que ayer Joshua fue a entregar su book de fotos a las marcas de ropa?

—Mierda, no le pregunté cómo le fue.

—Por lo que me contó, bien. Parece que quedaron encantados —se encogió de hombros—. Ese chico es guapísimo, tiene todo para ser exitoso en el modelaje.

—Lo sé, creo que Joshua ocuparía el segundo lugar de la lista de los chicos más guapos. Obviamente Mikkel sería el primero.

—¡Dios, Alyssa! Me dará diabetes si te sigo escuchando —hizo un mohín de asco.

—¡Está bien! No mencionaré más a Hummel —dejé mi vaso en el suelo y la miré con las cejas alzadas—. Ahora, ¿hay algo sobre ti que me tengas que contar? ¿Cómo va todo con Andreus?

—Bien, supongo. Ayer respondió una de mis historias de Instagram con un emoji con corazones. ¿Qué significa eso? —puso una cara de confusión totalmente falsa.

—Bah, no te hagas la tonta.

—Ay —suspiró—. Eres tan cariñosa, amiga mía.

En la noche…

—¿Qué vestido te parece más adecuado para la ocasión? —le mostré mis dos opciones a Camilla.

—A ver, ¿qué vestido es adecuado para decirle a tu padre que eres novia de su socio? —ladeó su cabeza y rió cuando yo tiré un mechón de su cabello—. Mmm... creo que me voy por el azul.

—Era justo el que me iba a poner.

—¿Y para qué me preguntas entonces? —me encogí de hombros, me saqué mi bata de seda para luego ponerme el vestido y los tacones negros que tanto me gustan—. ¿Estás nerviosa?

—La verdad es que estoy más ansiosa que nerviosa —me miré por última vez en el espejo del tocador y suspiré al ver la hora en mi celular—. Es el momento, ¿bajamos?

—Suerte —me dio un abrazo corto antes de salir de su habitación. Bajamos las escaleras y nos acercamos al comedor. Sólo nos estaban esperando a nosotras para comenzar a cenar.

—Ya era hora —papá bufó con gracia—. ¿Por qué están tan lindas?

—Nosotras siempre estamos lindas, papá. Me extraña que nos preguntes eso —Camilla puso la mano en su pecho haciéndose la ofendida.

—Eso es verdad —nos tiró un beso y frunció el ceño al escuchar el timbre de la casa—. ¿Estamos esperando a alguien?

No contesté absolutamente nada. En este momento lo único que quería era correr hacia mí habitación y desaparecer.

Ya me estaba comenzando a arrepentir, pero ya no hay vuelta atrás.

Marisa fue a abrir la puerta y segundos después llegó con un Mikkel claramente nervioso. Llevaba su típica ropa formal y traía entre sus manos una botella de vino lujosa.

—¡Mikkel! Lo siento mucho, no recordaba que habíamos quedado en cenar hoy —mi padre sonaba avergonzado. Se puso de pie y se acercó a Hummel para darle un apretón de manos.

—Y no lo hicieron —carraspeé ganándome la mirada de todos—. Yo lo invité —mi padre me miró claramente confundido—. Papá, ¿puedes sentarte, por favor?

Después de unos segundos, asintió lentamente y volvió a su asiento. Me puse de pie y me acerqué a Mikkel sintiendo cómo mis manos sudaban.

Lamentablemente tener la mirada de todos sobre mí no ayudaba para nada.

—Respira —mi novio murmuró. Tragué fuerte y sonreí nerviosa.

—Les tenemos que contar algo que hemos estado guardando desde hace un tiempo —mis primas tenían sus ojos abiertos como plato y mi hermana sonreía orgullosa. Lo que me tranquilizaba un poco—. Mikkel y yo somos novios.

Entrelacé mi mano con la suya y lo miré de reojo. Me daba lástima lo nervioso que estaba por ver cómo va a reaccionar mi padre.

—Sé que no es profesional de mi parte enamorarme de la hija de mi socio, pero les prometo que... —Mikkel comenzó a hablar cuando vio que no decían nada, pero fue interrumpido por el grito de mi padre.

—Es una lástima, realmente estaría mucho más tranquila si vivieras con él.

—Yo estaría encantado, Loretta. Pero sabes que tu hija es muy cabezota —Mikkel me miró de reojo y se encogió de hombros. Enterré mis uñas en el torso de su mano escuchando cómo se quejaba—. Está bien, tranquila.

—No soy una niña pequeña. Aunque sea déjenme vivir sola por un tiempo para saber lo que se siente —puse los ojos en blanco.

—Claro, yo no te voy a obligar a vivir conmigo si no quieres —Hummel murmuró para que nadie más que yo lo escuchara. Frunció el ceño cuando desvío su mirada.

(...)

—Desde ahora espero verte más seguido por acá. Ya no necesitas invitación, puedes venir cuando gustes.

—Muchas gracias, Jeffrey. ¿Te parece si la próxima cena la hacemos en mi casa?

—Por supuesto, nosotros encantados.

Esperé a que terminara de despedirse y luego lo acompañé a su auto en completo silencio. Lo notaba raro desde hace un rato.

—No sabía que para ti vivir juntos era una idea tan descabellada —se apoyó en el capó de su auto y se cruzó de brazos sin dirigirme la mirada.

—Y nunca dije que lo era —me puse frente a él, pero aún así no me miró.

—Parecía que sí.

—No lo es, Mikkel. Sólo quiero vivir sola por un tiempo para después ver cómo se van dando las cosas —suspiré con pesadez al ver su rostro tan serio—. ¿No crees que vivir juntos es demasiado? No quiero que te tomes mal lo que te diré, pero no llevamos mucho tiempo juntos como para dar ese gran paso.

—La verdad no lo creo, pero definitivamente para ti nuestra relación es muy diferente a lo que es para mí.

—No entiendo a qué quieres llegar.

—Para ti esta es una relación más, y lo entiendo—se encogió de hombros—. Pero para mí esto es mucho más importante. Nunca pensé que a mi vida iba a llegar una chica con la que quisiera tener y hacer todo; tener mi primer noviazgo, vivir con ella, casarme, hacer una familia...

—¿Y crees que yo no quiero eso también?

—No lo sé, tal vez el problema es que yo no necesito esperar meses o años para dar ese "gran paso". Sé que lo que siento por ti es completamente real, por eso no me gustaría alargar esto demasiado, no se me hace algo necesario. Sé que tú serás la mujer a la que voy a amar hasta que mi corazón deje de latir, pero si para ti esto es demasiado... tranquila, que voy a ir a tu velocidad. No quiero apurar las cosas si tú no te sientes preparada.

Me dio un beso que la verdad se me hizo bastante corto y se subió a su auto para luego marcharse.

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: El CEO y la Bailarina Nocturna (COMPLETA)