1 mes después
—¡Mikkel! ¿No te puedo dejar ni un segundo solo en la cocina? —apagué la sartén en la que estaba haciendo los pancakes y moví mi mano para "alejar" el humo de mi cara—. ¿A caso querías quemar mi departamento para lograr llevarme al tuyo? —bromeé con la ceja alzada.
Después de haber despertado de muy buena forma, Mikkel se ofreció a llevarme el desayuno a la cama. Lo que claramente no había salido muy bien.
—Carajo, me atrapaste —hizo un puchero triste y miró mi cuerpo con una sonrisita—. Te ves muy bien con mi camisa.
—Y te pregunto, ¿hay algo con lo que no me vea bien? —dije con aires de superioridad. Estaba claramente bromeando, aunque últimamente se me andaba pegando lo de ser egocéntrica como mi novio.
Bueno, en realidad siempre lo he sido
—Sí —contestó. Abrí mi boca indignada por su respuesta—. Con la camisa de otro hombre te verías horrible.
—Eres un tonto —golpeé su pecho y me alejé de él para tomar mi celular. Cada vez que veo mi fondo de pantalla sonrió como estúpida.
En este mes, ha sido una costumbre sacarnos fotos que lamentablemente no hemos podido publicar en nuestras redes sociales. Porque sí, aún las personas no se enteran de lo nuestro.
"Andreus es un Dios en la cama"
Hice una cara de asco al imaginarme a mis amigos teniendo sexo y contesté.
"Que bueno que lo hayas pasado bien. Después me cuentas más detalles"
"Y sí que tengo que contarte muuuuchos detalles"
Dejé el mensaje de Chyler en visto y bloqueé mi celular. Miré nuevamente a Mikkel y me tapé el rostro al ver que me estaba sacando una foto.
—¡No! No estoy en condiciones para ser fotografiada.
—¿Se te olvida que ayer me sacaste una foto mientras estaba cagando? —reí a carcajadas con su pregunta. No, claramente no se me había olvidado.
Había sido épico
—Tenía que hacerlo, lo siento —le tiré un beso y cambié de tema—. ¿Recuerdas de lo que hablamos ayer o estabas demasiado borracho como para recordarlo? —le pregunté mirando cómo sus músculos se contraían al moverse por la cocina.
—¿Lo de cómo vamos a hacer público lo nuestro?
—Exacto —asentí y después me di cuenta de lo estúpida que había sido ya que Mikkel estaba de espaldas y no me estaba mirando—. Ya es hora, quiero poder salir a la calle contigo.
—Lo sé, ya es el momento. ¿Qué te parece si hoy vamos a almorzar a un restaurante? —se giró con una sartén con huevos revueltos entre sus manos. La dejó sobre la mesa y me miró con las cejas alzadas esperando mi respuesta.
—¿Estás preparado para todas las personas y paparazzis que estarán ahí?
—Estoy preparadísimo. Lo mejor es que soy bastante fotogénico, así que dudo que salga mal en las fotos que nos tomarán —se encogió de hombros y rió al ver mi cara de "que egocéntrico es este chico"
Horas después
—¿Recuerdas lo que me hiciste hacer cuando llegamos a París? —miré a Mikkel, quién estaba mirando a la carretera, y mordí mi labio inferior ocultando mi risita.
—¿Lo de cantar conmigo la canción de Grease Brillantina? —asintió mirándome de reojo—. ¿Cómo me olvidaría de eso? Ha sido una de las cosas más lindas que han hecho por mí.
—Lo que uno hace por amor puede llegar a ser muy ridículo...
—Fue muy lindo, Mikkel. Nunca pensé que tú, teniendo esa fachada de mujeriego, ibas a hacer el ridículo por mí.
Confundida, saqué mi celular del pequeño bolso que descansaba sobre mi regazo y abrí mi Instagram viendo muchas publicaciones donde me habían etiquetado. Todas eran imágenes que nos habían sacado ahora, pero había una publicación diferente.
Le doy gracias a Dios por haberte puesto en mi camino.
Abrí mi boca impresionada por la publicación que Mikkel había hecho. Vi una por una las fotos que él y yo nos habíamos sacado durante este mes y tapé mi rostro emocionada.
—Estoy intentando no llorar —admití avergonzada.
—Dios, últimamente andas muy sentimental —pasó su brazo por mis hombros y me acercó a él para besar mi frente.
—Es tu culpa. Tú eres muy lindo conmigo y eso me pone así.
—No lo sé, ¿recuerdas cuando te pusiste a llorar al ver Buscando a Nemo? —me separé de él y lo miré con los ojos entrecerrados.
—¿Qué estás pensando?
—Bueno, no sería raro que...
El sonido de su celular lo interrumpió.
—¿Quién es? —aceptó la llamada y habló con brusquedad—. ¿Qué quieres? ¿Me llamas para eso? Pensé que te tenía bloqueado de WhatsApp... Está bien, espero que sea última vez que me llames —colgó y bufó.
—¿Quién era? —pregunté al ver que su humor cambió al recibir esa llamada.
Antes de que pudiera contestarme, unas imágenes llegaron a su WhatsApp desde un número desconocido. En ellas, me veía claramente entrando y saliendo de una gran mansión.
—¿A qué mierda fuiste a la casa de Philip, Alyssa?
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