—¿Para dónde vamos?
No me molesté en mirarla. Estaba enojado, muy enojado.
Después de que Philip me envió las fotos donde se veía claramente a Alyssa entrando y saliendo de su casa, comimos en total silencio y nos fuimos.
Con todas las cámaras que habían, no quise hablar del tema porque sabía que notarían que estábamos teniendo un problema. Y claramente no era la idea que nos vieran pelear el primer día de haber hecho lo nuestro público.
—Te puedo explicar todo —murmuró con voz temblorosa—. Por favor no pienses cosas que no son.
—No quiero escucharte ahora, Alyssa. Hablaremos de esto con Philip presente —encendí la radio y subí el volumen casi al máximo.
—¿Qué? Claro que no —la ignoré haciendo como que no la escuchaba. Golpeó la radio apagándola—. Me dijiste que nada ni nadie nos iba a separar. ¿Por qué te niegas a escuchar mi versión? ¿Quieres que tengamos un problema por culpa de ese gilipollas?
—Si no querías que tuviéramos problemas debiste haberme contado antes que te habías juntado con él —apreté fuerte el volante. Realmente estaba intentando tranquilizarme—. ¿Cuántas veces se han visto?
—No era tan fácil. Me puso contra la espada y la pared, Mikkel —sonaba molesta, pero el único que tenía derecho de estar molesto soy yo.
—¿Cuántas putas veces te has visto con él en secreto? ¿Te estás acostando con Philip? —solté brusco.
Y bueno, así fue como la "tranquilidad" que estaba intentando tener desapareció.
—¿Me estás jodiendo? —rió, pero se calló al ver la mirada fulminante que le di—. Dime por favor que es una broma eso de pensar que tuve algo con Philip...
—Sería lo mismo que tú pensarías si me vieras saliendo de la casa de tu enemiga, ¿o me equivoco?
—Mikkel...
—¿Acaso tengo que recordarte la mala fama que tiene Philip? —la miré por unos segundos y después volví a mirar a la carretera—. Yo subiendo fotos contigo como idiota y tú juntándote con ese hijo de puta.
—¡Eso fue sólo una vez y hace un mes! —gritó tapándose el rostro con frustración—. Una noche que me tocó estar en la sala privada del night...
—Ya llegamos.
Estacioné el auto y salí de él dando un portazo. Me acerqué a la reja y la moví de forma ruidosa para que Philip la abriera.
—Ya decía yo que te estabas demorando mucho en llegar, hermanito.
La voz de Philip sonó por el timbre antes de que las rejas comenzaran a abrirse. Entré sintiendo los pasos de Alyssa a mis espaldas.
—¿Puedes por favor prometerme que no creerás cualquier cosa que te diga?
Aunque no parezca, me dolía mucho estar enojado con Alyssa. Sin embargo, en estos momentos la furia que sentía se había apoderado completamente de mí.
Sabía que no podía creer en cualquier mierda que dijera Philip. Porque sí, no hay que ser muy inteligente para darse cuenta de que es una persona repugnante.
—Por favor, mi amor. Jamás tendría algo con otra persona —murmuró con voz quebrada.
Antes de llegar hacia la puerta, me giré hacia ella y respiré profundo.
Prometí que no voy a dejar que nada ni nadie nos separe...
—Quiero que hablemos de esto con él presente porque sé exactamente cuándo está mintiendo —asintió con carita de asustada—. Lamento haber imaginado cosas antes de saber tu versión. Intentaré controlarme hasta saber cada detalle -entrelacé nuestras manos y sin decir más caminé hacia la puerta, la que fue abierta antes de poder darle unos buenos golpes.
—No esperaba verte por acá, Alyssa —Philip se quedó en medio de la puerta impidiéndonos el paso.
—Muévete, pedazo de mierda —saqué a Philip de un empujón y entré a su casa con Alyssa a mi lado. La acerqué a mí poniendo mi mano en su cintura y lo miré impaciente.
—Esa mirada me dice que tienes algunas preguntas, así que pregúntame lo que quieras —puso cara de aburrido y movió su mano para que hablara.
—No te preguntaré nada, Philip —me encogí de hombros y sonreí con burla—. Quiero que mi chica me cuente que fue lo que pasó exactamente para que se viera en la obligación de venir a verte.
—¿Para qué más vendría? Tú sabes de esto, Mikkel. Sabes perfectamente que lo que las chicas buscan al visitarme es lo mismo que buscaban tus antiguas secretarías al entrar a tu oficina.
Estuve a punto de acercarme a él para molerlo a golpes, pero las caricias de Alyssa en mi espalda me tranquilizaron.
—¡Listo, ya puedes soltarlo! ¡Vámonos Mikkel, me estoy empezando a sentir mal!
Miré a Alyssa preocupado al escuchar lo último que dije; estaba totalmente pálida.
—¿De verdad creen que soy tan estúpido como para tener sólo una copia del video y de las fotos? —sin darme cuenta, Philip logró ponerse en la posición que yo estaba hace unos segundos, quedando sobre mí—. Son unos idiotas.
—¡Por favor! ¡Me siento muy mal! —vi cómo Alyssa se sentó en el sofá con cara de dolor.
—¡Suéltame Philip! ¡Necesito ir a verla! —forcejeé con él recibiendo un fuerte golpe en la mandíbula—. ¡No seas un hijo de puta! ¡Alyssa se siente mal!
—¡¿Y a mí qué?! —gritó golpeándome nuevamente.
—¡Mikkel! ¡Estoy sangrando!
Philip abrió los ojos como platos y, para mi sorpresa, me dejó en libertad para que pudiera ir a ver a Alyssa.
—¡Mierda, Aly! —miré su entrepierna y vi sangre en su pantalón. La tomé con cuidado sintiendo preocupación al verla a punto de cerrar sus ojos—. Tranquila, vamos a ir a un hospital.
—Yo los llevo —Philip tomó las llaves de su auto, y caminó hacia la salida con nosotros detrás de él. Nos abrió la puerta del asiento trasero de su auto para luego partir rápido.
—Intenta mantener los ojos abiertos, mi amor —intenté ocultar el miedo que sentía al verla así para no preocuparla.
—Me duele el abdomen —murmuró con los ojos cristalizados.
—Tranquila, ya vamos a llegar —llevé mi mano hacia su estómago y se lo acaricié sintiendo mi respiración acelerada—. Voy a avisarle a tu padre.
Acerqué mi mano temblorosa a mi bolsillo y saqué mi celular para marcar el número de Jeffrey.
—Hola Mikkel, ¿qué pasa?
—Necesito que vayan a Presbyterian Hospital. Alyssa está mal —la miré nuevamente y dejé de respirar al verla con los ojos cerrados—. ¿Alyssa...? —susurré acercando mi rostro al suyo y cerré los ojos pidiéndole a Dios que no le pase nada, porque está totalmente inconsciente
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