—Andrew… —Natali se despegó de golpe cuando aquella voz fastidiosa, volvió a impregnar sus oídos.
Sin embargo, al girar su rostro y su cuerpo, se quedó helada cuando vio a Andrew de pie dándole una mirada asesina, mientras esa mujer Angie, llegaba a tomar su brazo por detrás.
Por supuesto, cuando ella vio a Nat y Peter se hizo la sorprendida.
—¿Ustedes aún están aquí? —preguntó con repelencia, sin dejar de tocar el brazo de Andrew con posesividad.
Natali apretó su mandíbula recriminando un poco el toque, el hecho es que él había quedado en algo con ella, y no toleraría que hiciera el papel de mujeriego mientras ella estuviera en su vida. O al menos en este poco tiempo que estarían juntos.
Ni siquiera sabía por qué la estaba mirando como el demonio si era ella la que tendría que reclamar.
—Usted nos dejó aquí… si más no recuerdo —ella no pudo evitar responderle a la mujer mientras la vio levantar las cejas.
—Hacen todo muy lento…
—Pues es toda la instrumentación de la habitación… —refutó.
Andrew frunció el ceño girando hacia Angie y ella parpadeó tratando de zafarse del asunto.
—Llegaron tarde… deben tomarse las cosas del hospital en serio… —intentó explicar, pero nuevamente Andrew se giró totalmente enojado con Nat.
—¿Angie? ¿Quieres tomar un café conmigo? —la mujer pareció sorprendida, porque cuando el médico hizo la pregunta nunca la observó a ella sino a Natali.
No obstante, sin perder el tiempo respondió rápidamente.
—Claro…
Andrew asintió, y en cuanto se dio la vuelta, Nat dio dos pasos hacia él.
—Andrew… —tanto Peter, Angie y el mismo Andrew se giraron con diferentes miradas hacia ella.
Peter sorprendido por la forma en que se manejaba con ese doctor, Angie al punto de la irritación por la imprudencia de la chica y Andrew, bueno, él aún tenía la mirada asesina sobre ella.
—Doctor White… ¿Puede darme un momento? —cambió la pregunta apretando los dientes, y tratando de que él entendiera el mensaje.
—No… no puedo. Iré a tomar un café con mi colega… si me permite…
El cuerpo de Natali sufrió un dolor extraño en cuanto dio un paso hacia atrás. Pero era imposible que su misma persona dejara que esto siguiera sucediendo. No podía controlarse, y viendo como Peter pedía disculpas para retirarse pensando que ella lo seguiría, tomó la decisión, ante cualquier consecuencia.
—¡Me escuchará de todas formas! —esta vez ella haló su brazo con fuerza haciendo que la mano de la doctora se despegara del tacto de Andrew, y él la mirara con incredulidad.
La adrenalina, la rabia, y sobre todo la frustración que estaba dominando el cuerpo de Andrew explotó en el siguiente segundo, y toda su vista se nubló, teniendo un solo punto en su existencia.
Natali.
No le importó Angie, ni nadie que estuviera a su alrededor, dio un pasó hacia Nat y la tomó del brazo para arrastrarla en la dirección contraria de la cafetería.
No supo si escuchó una queja de ella o de la misma Angie, ahora mismo tenía un solo propósito.
En cuanto vio su oficina privada al final del pasillo, se apresuró por llegar mientras las quejas de Nat resonaban en sus oídos.
Abrió y cerró, y luego tomó el rostro de Nat en una sola mano.
—¡¿Qué reclamas?! ¡¿no tienes derecho de reclamar?!
—¡Si lo tengo…! Me pediste que me quedara… que me quedara a tu lado, sé que no hay condiciones aquí —ella manoteó su mano para que dejara de apretar su cara—. Pero dijiste…
—Sé lo que dije… —Andrew se acercó como un león haciendo que sus cuerpos se estrellaran con la pared a su espalda—… No he olvidado un solo punto de lo que dije, pero parece que tú si lo has hecho…
En este momento Nat arrugó su ceño mientras intentaba controlar su respiración.
—¿Qué hice acaso para que pienses eso? ¿Ofendí a tu querida amiga? ¡Ni siquiera sabes lo que ella ha hecho durante toda la mañana!
—¿Estás celosa de Angie? —preguntó Andrew acercando su boca a la de ella.
Podían incluso respirar sus aires calientes, pero apretando sus ojos, Andrew despejó su cabeza para continuar:
—No intentes desviar el tema, Natali… estabas abrazando a ese chico… incluso…
—¿Estás celoso de Peter? —ella sonrió entendiendo la furia en los ojos de Andrew.
Estaba celoso sí, él…
—Sí… —Andrew volvió a empujarla, y esta vez atajó su boca en sus dedos—. Muy celoso… ¡Mucho…! Se supone que estás ahora conmigo, Nat, y nadie puede tocarte… ¡No pueden…!
La respiración de Natali se volvió espesa en cuanto observó la carga de rabia en las expresiones de Andrew. Todo se veía totalmente real y verdadero, y su corazón no dejaba de palpitar sabiendo que él de cierta forma, sentía algo por ella. Era imposible que esta reacción no fuese verdadera.
—¡No!, mírame —Andrew tomó su rostro con sus dos manos para llamar completamente su atención—. No… no quiero que haya alguien más Nat… no sé si sea capaz… —el corazón de la chica se detuvo. «No, no, no, ¡no, por favor!», sus ojos solo se nublaron con el pensamiento, pero eso no evitó que él continuara—: Yo quiero intentarlo…
Un sin sabor tomó toda su boca y secó su garganta, solo para tragar sintiendo como si comiera arena. Le estaba doliendo mucho la garganta y sin poderlo evitar, una lágrima salió de sus ojos.
Andrew pareció consternado, incluso lo vio retroceder dos pasos hacia atrás.
—No me digas lo que no quiero escuchar, Natali… mejor, no lo digas.
Ella negó. No sabía lo que él estaba pensando, y antes de que tomara la manilla para salir, y sin importar que estaba semi desnuda, corrió para abrazarlo por detrás deteniéndolo en su paso.
—Mi vida es una completa mierda, Andrew… —sintió como su cuerpo se tensó, y aunque él no se movió, sabía que quería escucharla—. Cuando te des cuenta de lo que me rodea, me odiarás… créeme, no estás interesado en mí.
De a poco, el cuerpo de Andrew dio un giro lento, mientras sus dedos levantaron su barbilla.
—Estoy interesado en ti, lo sabes. No me importa tu vida de mierda, porque… también me quedaré contigo…
Más lágrimas salieron por los ojos de Natali al recordar que esas fueron las mismas palabras que ella le ofreció a él en aquel club por la noche.
«Pero, ¿qué haría ahora? Quería estar con él realmente, pero… ¿Qué pasaría cuando su padre se enterara de esto? ¿Qué pasaría si Andrew se diera cuenta de cómo realmente había nacido este juego?, y ¿cómo después de esto él iba a creerle que ella realmente estaba teniendo sentimientos por él?»
No había un final feliz, eso no pasaría, ella había visto el final antes de que todo esto comenzara, incluso así se abriera el pecho y le mostrara la realidad de lo que ella estaba sintiendo ahora, él no le creería después de saber su verdad.
«¿Qué iba a hacer?», no lo sabía, pero no quería soltar su petición, quería disfrutar estos momentos con Andrew, aunque perdería mucho en el camino porque ahora sabía que su mejor aliado, se convertiría en su peor enemigo.
Jarol White nunca iba a aceptarla ni en esta vida ni en la otra.
Y pasando el trago más difícil de su vida, tomó la mano de Andrew y la puso en su pecho mientras todo el calor se expandía por todo su cuerpo.
Así que levantó su mirada y le sonrió con todo lo que pudo…
—Aceptaré que te quedes, solo sí…
—¿Solo sí? —preguntó Andrew con mucho interés.
—Solo si pasamos a ser algo más que un intento…
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