El precio de tu Amor romance Capítulo 28

La celebración iba en su pleno apogeo, Nat podía ver desde su mesa como todas las personas disfrutaban de la recepción, a excepción de ese hombre que no le quitaba la mirada de encima y que le arrojaba miles de dagas con sus ojos.

Tomando una aspiración, giró hacia el lugar de Andrew que no dejó de tomar su mano en toda la celebración mientras comía algunas cosas que pusieron en la mesa.

Ella solo podía pensar en una sola cosa, y esa era de que en todo este tiempo estaba metida en una burbuja, viviendo un sueño que simplemente no era suyo, y eso la lastimaba cada segundo que pasaba.

—Me das miedo cuando me miras así —Natali sonrió por el comentario de Andrew, mientras que se pegó a su brazo para darle un beso en su hombro y se apretó contra él.

—Bueno, no te asustes, solo creo que ya estoy más cómoda que antes, las demás personas están enfocadas en la comida que está siendo servida, gracias a Dios, y no en mí…

Andrew sonrió pasando su pulgar por su mejilla, y mirándola fijante iba a decirle lo hermosa y espontánea que se veía, pero su nombre, pronunciado por su padre hizo que ambos se giraran en su dirección.

—Andrew, hijo —Jarol sostenía una bebida en la mano, y Nat que lo estaba detallando desde hace rato en disimulo, se dio cuenta de que el hombre estaba tomando apresuradamente de su bebida y que esta debía ser al menos la décima—. ¿Por qué no nos acompañas a la foto familiar?

Natali vio como Andrew se tornó serio y luego desvió la mirada a la mano de su padre y se levantó de inmediato.

—Papá… ven, quiero hablar contigo… —Andrew tomó el brazo de su padre, pero este se quitó de inmediato de su agarre.

—¡Tu madre quiere una foto familiar!, y sus deseos… son órdenes para mí —en ese instante Natali también se levantó, estaba rezando por dentro de que este hombre no fuese a cometer una locura, y lo más importante para ella que no mencionara nada de ellos delante de Andrew.

Estaba segura de una cosa de ahora en adelante, hablaría con Jarol, y si era necesario, le devolvería todo lo que ella había recibido de su parte.

—Andrew… iré al baño… —intervino sin pensarlo—. Creo que lo necesito, si quieres, adelántate con tu padre, ¿de acuerdo? —la sonrisa de Jarol se ensanchó asintiendo hacia ella.

—Ella es muy comprensiva Andrew, ¿Dónde la conseguiste? —su risa era burlesca mientras Nat veía con terror el rostro de su novio que deseaba aniquilar a su propio padre.

No iba a esperar una respuesta, y ya todos estaban centrando su mirada en ellos de nuevo. Intentó adelantarse pesé a que no obtuvo una respuesta de Andrew, pero su brazo fue atajado de nuevo, y no exactamente por él.

Sus ojos viajaron a esa mano que apretaba duramente su brazo, y luego posicionó la mirada en los ojos rojos de Jarol.

—No permitiría que la novia de mi hijo estuviera excluida de la foto…

Su pecho se hundió de inmediato tratando de pasar la saliva, pero al instante esa mano dejó de tocarla cuando Andrew intervino en el asunto.

—¡Suéltala! ¡Me iré de esta mierda ahora mismo!, siempre arruinas todo, ¡siempre! —la chaqueta de Jarol fue atajada por su hijo—. No la vuelvas a tocar… ¿Me entiendes?

—Andrew —Nat se metió en medio disimulando un poco, ya que las miradas hacia ellos cada vez eran más notorias—. No hagas esto… —ella enredó los dedos en su mano y puso la otra palma en su pecho separándolo un poco de la distancia de su padre—. Él está tomado, tu madre está aquí, y se sentirá muy mal si arruinan su fiesta… por favor…

Sus ojos estaban llenos de súplica, y Andrew se detuvo por un momento mientras miraba los ojos asustados ella. El respiro profundo se estrelló por toda su cara y luego corrió la vista a su brazo, observando unas huellas notables.

Se le veía a simple vista la rojez de su piel y no pudo evitar que su sangre hirviera de saber que alguien la había lastimado. Llevó sus dedos hacia su brazo y luego pasó un trago duro.

—Ven… —tomó su mano y luego comenzó a caminar en dirección de Sofía con ella.

—No hagas nada que pueda enfadarla… —susurró Nat con evidente preocupación—. Ella no tiene la culpa, solo quería que vinieras a su celebración… ¿Andrew?

Él se frenó de golpe tomando su rostro.

Era evidente para todos los presentes que Andrew estaba pasando sus límites, jamás se había comportado así con nadie y menos en público, pero tenía una extrema necesidad de proteger a Natali, no quería que la hicieran sentir mal en este entorno de mierda, y mucho menos que su padre interfiriera en su vida, ni opinara de ella en lo absoluto.

—No haré nada… no te preocupes —Andrew le sonrió un poco—. Solo voy a despedirme de mi madre, y tus iras conmigo, ¿no crees que podemos hacer mejores cosas que estar aquí? ¡Odio esta gente Nat, entiéndeme!

Ella asintió tomando sus manos.

—De acuerdo… ¿Quieres que te espere?

—Por supuesto que no… iras conmigo.

De nuevo el hombre se puso en marcha mientras el corazón de Natali comenzó a palpitar precipitadamente. Sofía estaba en medio de un montón de gente mientras sonreía contándole alguna anécdota. Y en cuando ambos aparecieron en su visión, la mujer se detuvo mirándolos un poco sorprendida por la forma en como Andrew tenía tomada a Natali.

—Hijo…

—Debemos irnos madre, tu fiesta… estuvo única —Sofía apretó la mandíbula y luego se giró.

—Tu hermana llegó hace unos minutos, no te vayas sin saludarla, casi no se ven…

El resto de la gente se dispersó dejándolos en la comodidad de su charla e intimidad.

—Todo estuvo muy bonito… —Natali se adelantó para agregar mientras la mujer le sonrió.

—Gracias, Natali, eres bienvenida a mi casa… cuando quieras… ¡Oh, Andrea! —Nat pudo detallar como una chica más o menos de su edad estaba caminando con un hermoso vestido hacia ellos, pero en cuanto sus ojos se centraron en Andrew su alegría fue notable en su rostro.

—¡Hermano! —la chica corrió un poco, y soltando su mano, Andrew se adelantó para recibir el abrazo de su hermana—. ¡Eres un cretino!, ¿Por qué no me dejas verte?

Negando con la cabeza, Andrea la miró fijo.

—Te creo, y espero que ustedes dos puedan llevarse muy bien. Estoy segura de que eres muy importante para Andrew…

Y antes de que Natali pudiese responder alguna cosa, Andrew llegó a su sitió rodeándola por la cintura.

—Nos vamos, no te dejes envolver por esta chica que parece inocente, pero es la maldad en pasta —advirtió Andrew mientras su hermana le sacó la lengua.

—Fue un gusto conocerte Andrea…

—Igual —y sacando su móvil la chica se lo pasó rápidamente a Nat sin perder el tiempo—. Anota tu número, podemos vernos algún día…

Andrew achicó sus ojos mientras Natali anotaba los números un poco nervioso, y luego le pasaba el móvil a la chica.

Despidiéndose por fin se fueron al auto, y mientras Andrew abrochó su cinturón vio como la mirada de Nat estaba un poco extraña perdida en la nada.

—¿Qué ocurre? —preguntó encendiendo el auto y subiendo los vidrios para acondicionar el frío dentro.

Ella negó.

—¿Cuál fue tu regalo para tu madre? —esta vez Nat lo miró muy sería mientras sus hombros se abajaron.

—Le regalé una camioneta —Andrew señaló con el dedo en su dirección y ella pudo ver el auto con un enorme lazo que la adornaba mientras sonrió tristemente negando con la cabeza.

—Por supuesto… mi regalo le causó risa a tu madre…

—Nat… —él tomó su mano, pero de inmediato Natali la soltó.

—¿Por qué no quieres a tu familia? —el impacto llegó al pecho de Andrew como un rayo mientras su piel se puso más blanca de lo que era.

—Natali… —intentó en un susurro, pero ella volvió a interrumpirlo.

—¿Por qué Andrew?, ¿Cómo no puedes? ¿Cómo cuando hay una mujer allí que te adora y te ahoga en amor? ¿Sabes cuanto he deseado tener una hermana como la tuya?, ¿o como desearía que mi padre me viera como el tuyo?, eres su favorito —los labios de Nat temblaron sin poder evitar que sus lágrimas se escurrieran—. Él mataría por ti Andrew… todos lo harían, y tú… simplemente huyes de ellos, ¿Por qué? ¡Por qué! ¿Qué fue exactamente lo que te hizo esa mujer? ¡Dímelo, por favor!

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