El precio de tu Amor romance Capítulo 37

A la mañana siguiente Nat estuvo despierta desde antes de que sonara su reloj de alarma. Por la noche había hablado un rato con Lana, y ella le informó que sus padres estaban al tanto de su estadía por un tiempo en su casa.

Luego que se despidió de ella arregló un poco su ropa, y trató de acomodar sus cosas donde pudo.

Había demorado más de una hora en el baño, y había llorado tratando de soltar los nudos de su garganta, y justo cuando se recostó en la cama, sus ojos se cerraron ante el eminente cansancio de un día que quería borrar de su memoria.

Ahora que buscaba la ropa del hospital, su mente cavilaba en todo este tiempo que había pasado con Andrew. Sonreía a la vez por el hecho de que a pesar de su jodida vida se hubiese podido encontrar con alguien como él, y que además de eso, la quisiera de la forma en como se lo demostraba.

Lo había pensado con mente fría.

Se vengara del viejo o no, eso no resolvería su problema, se rindiera o no, eso no cambiaría el curso de las cosas. Andrew no la perdonaría, y ahora, estaba segura de que la odiaría para toda la vida.

Lo sabía muy bien.

Hoy por la noche, daría punto final a su relación, había decidido alejarse de él antes de romperle el corazón en pedazos confesándole lo que ni siquiera ahora podía salir de su boca.

No se tenía que preocupar por verlo, porque le pediría a ese viejo que la cambiara de hospital, y trataría de no entrar en su círculo, aunque le costara un mundo hacerlo. Y conociendo a Andrew, su orgullo no dejaría que corriera detrás de ella, porque ya estaba bastante humillado con lo que había pasado con Anaelise…

Llegando al hospital temprano, decidió cambiarse de ropa e ir directamente a los horarios porque definitivamente había perdido la noción de su ritmo de trabajo. Parecía que hubiesen pasado años desde que no vino aquí, así que se apresuró en ponerse en acción en cuanto vio a Peter en el pasillo.

A mitad de mañana recibió un mensaje de Andrew que leyó justo cuando fue un momento al baño a descargar su vejiga.

Mi amor… Si te has dado cuenta, no estoy en el hospital, tengo libre el turno por el día de ayer, pero estoy haciendo muchas diligencias… ¿Está todo bien allá?

9:30 am

Andy… Buenos días, todo bien aquí, te mereces el descanso, trabajaste todo el día…

9:30 am

Sé que tienes un fetiche con la casa de Lana, pero, ¿puedes venir unas horas antes de ir a la fiesta a nuestra casa?, nos iremos desde aquí.

9:31 am

Nat sonrió triste. Por supuesto que iría, esta sería su despedida.

Claro que iré… Te amo, debo volver.

9:31

Ella bloqueó la pantalla y dio un suspiro mientras su pecho cada vez se hundía más. Iba a extrañar todo esto, y sobre todo, esa sensación de sentirse amada por primera vez en su vida.

*

Nat se despidió de Peter con un abrazo en cuando llegaron, él le había dado un aventón hasta la casa de Lana, y por supuesto ella le contó que había arreglado las cosas con su antigua amiga. Y aunque ambos estaban muertos de cansancio, no pudieron evitar hablar de todo en el camino para ponerse al día con sus vidas.

Ella tenía una llave que Lana le dio, y abriendo la puerta de la enorme casa, solo se encontró con un enorme silencio, comprobando así que no había nadie en ella. Se fue rápido a su habitación asignada, sacó la ropa que podía colocarse esta noche, y se dio una ducha larga que su cuerpo agradeció.

Metió parte de su maquillaje en el bolso, e hizo una llamada rápida para la mujer de Shan. Solo esperaba que ella pudiera entender, aunque era el colmo que faltara en su primer día.

—Hola…

—Señora, Shan, es Natali, guardé su número…

—¡Oh, Nat!, estaba pensando en ti. ¿Hoy es tu primer turno no es así?

—Ammm… sí, yo… Señora, Shan, la llamaba porque quería pedirle de comenzar mañana al terminar mi turbo en el hospital, cubriría la tarde y parte de la noche, ¿qué le parece? Es que… En mi angustia, olvidé un compromiso de hoy por la noche… y ya no pudo postergarlo.

Un silencio se impregnó en la llama mientras Nat reprimió los ojos con fuerza orando fervientemente.

—Ok… Excusas en el primer día… yo veré, Nat.

—No se preocupe señora Shan, nos vemos mañana en el almuerzo…

—Bien, cuídate.

La llamada finalizó, ella se levantó y esta vez decidió tomar un taxi para ir a la casa de Andrew. Y justo cuando estuvo en el frente, despidió el taxi y se quedó viendo todo por unos segundos.

Tocó la puerta con cierto temblor y en breves minutos la señora que trabajaba para Andrew abrió la puerta.

—Señorita Simmons, adelante, el señor White está en su habitación tomando un baño…

Nat asintió y luego miro la escalera que llevaba a esa habitación.

—Yo… Subiré.

Elsa asintió cerrando la puerta y luego la acompañó hasta las escaleras.

—Cualquier cosa que necesiten, estaré en la cocina.

Nat agradeció y con premura fue directo a las escaleras para subir a la habitación, y en cuanto llegó, pudo escuchar como en otra parte de la habitación amplia, se escuchaba el agua correr.

Dejó sus cosas en una mesilla, y luego se quitó los zapatos yendo hacia la ducha en donde se podía ver de forma borrosa mediante un vidrio, el cuerpo entero de su amor.

Deslizó su blusa por encima de sus brazos, y luego sacó los pantalones ajustados de sus piernas. También quitó su ropa interior y de puntillas, caminó directo al cuadro de vidrio que mantenía el resto del baño intacto del agua.

—¿compraste un vestido?

Andrew le sonrió.

—Compré muchos… pero este en especial me gustó. Te verás increíble.

Natali pasó un trago. No imaginaba que pensaría Andrew cuando se diera cuenta de que había sido una pérdida total gastar dinero y el tiempo en ella.

Unas horas más tarde, ambos estaban entrando a un salón inmenso en la planta más alta de un edificio costoso de Durango, donde se celebraría dicha reunión de negocios.

A Natali no le pareció que iban a dar una charla ni nada parecido, esto más bien era un coctel, donde todos presumían lo ricos que eran y realizaban nuevas alianzas empresariales.

Perfecto para su estado de ánimo.

Lo que más le sorprendió fue la manera descarada en como varias mujeres le lanzaron miradas seductoras cuando Andrew estuvo a la vista. Ella estaba a punto de irritarse, pero un flash en su rostro hizo que retrocediera, al entender que estaban tomándole fotos sin su consentimiento, pero eso no pareció molestarla a Andrew que llevaba sus manos unidas.

De un momento a otro fueron invadidos por muchas personas que saludaron a Andrew a la vez, mientras él se encargaba de presentarla como su novia.

Había un suplicio muy grande en el corazón de Nat, lo que menos quería era avergonzarlo más, y ahora solo pensó mejor, venir a este lugar había sido su error más grande.

Su ansia por retar a Jarol había llegado demasiado lejos.

La venganza, sin duda, era rápida como una bala y, a veces, cuando quieres detenerla, ya era demasiado tarde.

Ellos fueron llevados a una mesa donde por supuesto se encontraron con Sofía y Jarol quienes se levantaron de sus asientos cuando los vieron llegar.

Sofía saludó con normalidad, felicitándola por su apariencia, en cambio Jarol solo aprovechó de presentar a una chica que estaba sentada con sus padres en la misma mesa, y que Andrew saludó sin ningún problema.

De un momento a otro sirvieron la comida, mientras Natali veía el plato con evidente tensión.

Había trozos crudos de pescado y algunas cosas que ella ni sabía existía. Al levantar la cabeza, pudo ver como en la mesa se había establecido una conversación que tenía envuelto a todos a su alrededor, incluso a Andrew quien sonreía, mientras la chica de su lado le correspondía la alegría.

Ella trató de pasar un trago. Por supuesto, este era el lugar de Andrew, y ella…

—No perteneces a este lugar… mi hijo merece lo mejor, te lo dije —un susurró fue gestado por Jarol muy cerca de ella mientras su cabeza se giró para ver sus ojos evidentemente alegres.

El hombre se retiró un poco de su distancia y siguió bebiendo de una copa que fue llenada de inmediato cuando se la terminó.

Su garganta estaba al límite, y su corazón latía tan rápido que, si no se levantaba de aquí ahora mismo, iba a romperse delante de todos…

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