—¡Ana!, tu teléfono está muerto, perdóname por molestar a tu pareja, pero mi hermano ha tenido un accidente, mis padres están destrozados, ¡creo que Andrew no podrá volver a caminar!, ayúdanos, por favor, ¡Ayúdanos!
Las lágrimas bajaron por el rostro de Andrea mientras se sentaba en un banco del hospital muy lejos de la gente que esperaba por más noticias de su hermano.
Ella sabía que nadie aprobaría esta llamada, incluso su padre la mataría si se llegara a enterar de que estaba pidiéndole a Ana que viniera. Pero saber que el médico informó a su familia que Andrew no quería hablar con nadie, ni siquiera con ella misma, hizo que su corazón se deshiciera ante su sufrimiento.
Su hermano debía estar devastado, y no había otra persona en el mundo que escucharía en este momento sino a Ana. Así que lo sentía por los demás…
—Andrea… —escuchó como Ana susurró conmocionada—. ¿Andrew está consiente ahora? ¿Cómo que tuvo un accidente?
Pudo notar que su voz salió extraña, pero ahora no tenía tiempo de explicar la atrocidad que su padre y… esa chica había cometido.
Jarol les había confesado la verdad, ahora el poderoso Jarol White era un simple humano tirado en el suelo esperando que lo que dijeron los médicos, no fuese cierto, y tratando de sobrellevar la culpa por lo que le hizo a su propio hijo.
Sofía se había desmayado, sufrió un ataque de estrés, pero se repuso cuando ingresaron a Andrew al mismo hospital donde trabaja. Y en cuanto Jarol soltó la bomba, tanto ella como Adán pudieron evidenciar la bofetada que recibió Natali de parte de su madre, aun y cuando había estado con ella todo el tiempo del incidente.
Sin embargo, a pesar de los gritos, las palabras fuertes de Sofía diciéndole a los cuatro vientos que era una prostituta, y que no merecía el amor de su hijo, Natali seguía allí en una esquina con sus rodillas en su pecho, alejada de todos y esperando como ellos, que volviera a salir el médico para que les diera noticias nuevas.
—Yo… no lo sé —Andrea volvió a decir por el auricular—. El médico solo dijo que Andrew no puede caminar… y él no quiere ver a ninguno de nosotros, Ana…
—Dios… esto no puede ser cierto. ¿Cómo pudo pasar este incidente?
—La situación es compleja… —Dijo Andrea, pero todas las personas de su familia colocándose de pie al fondo del pasillo hicieron que ella se girara—. Ana… creo que el médico salió para hablar con mis padres, ¿Tú…?
—Iré… solo dame unas horas, trataré de arreglar un vuelo y escríbeme la dirección del hospital.
Andrea asintió limpiando sus lágrimas y dio un “gracias”, antes de finalizar la llamada.
Ella caminó lo más rápido viendo como dos médicos, un hombre y una mujer, salían de la habitación para cerrar detrás de ellos.
—Familia… hemos sedado a nuestro compañero… ahora sí permítanme presentarme. Soy Henry Holson cirujano general, y ella es, Anggie Tucker, internista. Nuestros compañeros están en la obra revisando las tomografías, los huesos rotos y todo lo que implicó el accidente… tuvimos mucha suerte, Andrew pudo haber muerto en este incidente…
Hubo un sonido sordo con el estremecimiento de todos, inclusive los cuatro integrantes de la familia estaban en su frente mientras Nat se quedaba detrás escuchando las noticias.
—Un médico diferente de ustedes dos, nos informó anteriormente cuando ingresaron a Andrew que él no podía caminar… ¿Qué…? ¿Qué lesiones tiene? ¿Es definitivo que no podrá hacerlo? —preguntó Sofía sollozando.
Henry desvió la mirada hacia Anggie, y ella intervino para explicar.
—El traumatólogo está de venida, justo cuando Andrew entró al hospital su turno había acabado, y… no había nadie que lo cubriera. Sin embargo, él está regresando, pero yo puedo decirles que, una de sus piernas está mejor que la otra, pero necesitaremos de una operación para su pierna derecha, ya que hay fracturas graves y debe ser operado cuanto antes…
Sofía se alteró más.
—No deben preocuparse, Andrew es fuerte —intervino el doctor Henry esta vez—. Cuando nuestro colega dijo sobre no caminar, se refirió a que será momentáneo, pero es inevitable pensar que… él lo haga prontamente. Necesitará de una buena operación y terapias…
Andrea decidió adelantarse, aunque los sollozos de Sofía eran para dejarse llevar por el momento.
—¿Por qué lo han sedado?
Anggie volvió a mirar a Henry.
—Él tiene mucho dolor, tiene heridas en la cabeza, torso, y también estamos esperando las placas de sus brazos, tiene uno de ellos muy inflamado, eso, agregado a que las fracturas en sus piernas son muy dolorosas…
—¿Es por eso que no quiere vernos? —su hermana volvió a inquirir eufórica.
—Es complicado tener visitas con este grado de dolor, además, debemos respetar la decisión del paciente, y él nos pidió que lo sedáramos hasta que llegara el traumatólogo para que pudiera tomar una decisión con respecto a su operación. El doctor White no quiere ver a nadie en este momento, es lo primero que nos pidió… —Cuando el doctor Henry dijo esto, Jarol fue a dar un puño contra la pared, mientras Adam lo siguió tomándole los hombros.
—Ahora si nos disculpan, vamos a seguir el procedimiento. Por favor, no hagan nada que pueda empeorar la situación de Andrew —pidió Anggie, para luego caminar con Henry dejando a la familia sola.
Sin embargo, en la caminata por los pasillos de las habitaciones, Anggie pudo ver como Natali estaba recostada a la pared con un hermoso vestido de noche, y su cara manchada de maquillaje. Su presentación era parecida a la de los padres de Andrew, así que ella pensó debía venir del mismo lugar que ellos, y del mismo Andrew.
La mujer se detuvo frente a ella haciendo un ademán a Henry para que continuara con su camino, y en cuanto Nat alzó los ojos para verla, pudo notar que estos estaban a punto de reventarse en sangre por lo rojos que lo tenía.
—¿Qué fue lo que ocurrió?
Nat la miró en silencio mientras secaba sus lágrimas, no iba a darle una sola palabra a Anggie, pero incluso antes de que pudiera negar hacia ella, Sofía llegó de forma abrupta con un rostro lleno de ira lanzando su veneno en contra de la chica.
—¡No tiene nada que informarle a esa mujer, doctora…! Mi hijo no quiere verla, y mucho menos nosotros… si es posible, pido que la echen del hospital.
Los labios de Natali vibraron cuando supo que esta era la oportunidad perfecta para que Anggie se desquitara con ella, sin embargo, lo que vino a continuación, la dejó fría.
—No puedo hacer eso, ella es pasante de este hospital, señora White…
Los parpados de Sofía temblaron con furia, pero luego asintió.
—Entonces exijo que no se acerque a la habitación de mi hijo, ni mucho menos entre…
Anggie afirmó.
—Nadie tiene el permiso de hacerlo. Puedes estar segura de que eso no pasará… —la mujer pasó la mirada de Sofía hacia Natali y sin decir una palabra, comenzó a caminar hasta desaparecer del pasillo.
—¿Qué dicen de su estado?
—Estable… su brazo si tuvo lesiones de fisura, y hematomas grandes. Tiene un cabestrillo, un collarín… su pierna izquierda tiene un yeso, y su pierna derecha tornillos por la operación… Ammm, no se ve bien a la vista, pero está vivo…
Natali resopló colocando su mano en la frente.
—Es seguro que necesitará de terapia, sus dos piernas están comprometidas, pero eso no quiere decir que no caminará en unos meses… debe tener paciencia —volvió a decir Lana mirando la hora de su reloj—. Ahora está en otra habitación privada siendo monitoreado, y por lo que escuché, las visitas están restringidas, incluso para sus padres…
—No quiere ver a nadie… —pronunció Nat débilmente mientras Lana asintió.
—Sí… es una orden dada por él mismo…
—¡Dios…! Esto no puede ser cierto… —Peter abrazó un poco más a Natali mientras observó a Lana.
—Si quieres, puedes irte, yo me quedaré un rato más… te ves cansada.
Lana asintió a su petición.
—Sí, chicos, mañana sin falta debemos hacer el turno, y eso me refiero a todos nosotros, ninguno tiene excusa…
Las lágrimas de Natali volvieron a derramarse negando.
—Lo peor, es que después del mediodía, debo ir a trabajar hasta las diez de la noche… estaré desesperada por saber de él…
Peter dejó su abrazo y la hizo mirarlo a los ojos.
—Yo puedo informarte de todo, digo, no estaré aquí todo el tiempo, pero al menos te haré saber…
Ella asintió forjando una sonrisa.
—De verdad, muchas gracias, ni siquiera sé cómo agradecer todo esto… y Lana, por favor, coméntale a tu madre lo que pasó, no quiero que piense que irrespeto su casa, lo que menos quiero ahora son problemas…
—No te preocupes, ella lo sabe, ahora chicos, los dejo… por favor, come algo en el desayuno Nat, tu día será bastante complicado y debes estar fuerte.
En cuanto su amiga Lana se fue, ellos regresaron al otro pasillo donde Andrew fue cambiado. Nat pudo ver que ni Sofía, ni los dos hermanos estaban, pero allí seguía Jarol caminando de un lado a otro.
Sus hombros se encogieron cuando el hombre se giró a mirarla, pero a diferencia de Sofía, él solo desvió la mirada e hizo como si ella no estuviera y siguió deambulando como un muerto en penuria…
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