La mimada del Alfa romance Capítulo 24

Camila Albora

Como lo pensé el arrogante lanza el primer golpe, el cual esquivó con agilidad, sonrió y eso lo enoja. Mi estrategia es estudiar cada uno de sus movimientos, ya que todos en esta vida tienen una forma diferente para atacar y yo los estudio hasta encontrar su lado debilidad para poder atacar, no por nada llevo sangre de cazadora en mi cuerpo.

Por un segundo de distracción de mi parte su puño impacta con mi mejilla casi me hace perder el equilibrio, escucho el gruñido de Xander y lo miro para que se calme.

—Bien ya me harte, —murmuro y mis ojos arden lo que me confirman que ya están de un color más claro. De un solo movimiento impacto mi pie en su abdomen mandado lo varios centímetros hacía atrás, él lleva su mano a ese lugar y trata buscar el oxígeno que le quite al patearlo. Despacio me acerco a él e impacto mi rodilla en su perfecta nariz—Idiota, —susurro mirándolo desde arriba y como se sujeta allí.

Observo a Xander por uno segundos hasta que escucho como unos huesos comienzan a tronar, miro a Tomy quien ya es un lobo de color marrón mirándome furioso, me gruñe y se prepara para atacarme.

Cuando salta para atrapar mi cuello entre su fauces lo esquivó de manera automática pero también le doy una patada en la costilla, maldito chucho. Lo miro furiosa, tendré que manchar mi ropa por su estúpida culpa.

Como él está furioso lanza un golpe con su patas delantera el cual llega a rozar mi brazo donde deja un rasguño, le doy un puñetazo en el hocico el cual lo distrae por unos segundos. Los cuales aprovechó para subirme sobre él, enredo mis brazos y piernas en su cuello y costilla. Con todo mi fuerza hago presión hasta tenerlo dominado, él se tira al suelo de espalda tratando de derribarme pero no lo suelto, escucho sus quejidos.

—Basta, —escucho que dice Xander y suelto al chucho este, me alejo de Tomy—Bien hecho chicos, Tomy ve a transformarte, —ordena Xander colocándose a mi lado, este asiente no sin ante mirarme con odio y largarse. Observo al hombre quien me mira orgulloso. —Bien chicos es todo por hoy, —les dice y esto hacen una reverencia y se marchan, miro a Valeria quien me sonríe y se va con sus hermanos. Cuando todos se marchan el alfa me carga y gira conmigo en sus brazos—Muy bien princesa, —me dice feliz.

—Te dije que podía patear tu trasero, —le digo frotando mi nariz con la suya, el arquea una de sus cejas y me da una sonrisa arrogante.

—No es para tanto ¿Que te he dicho de ese vocabulario? —Cuestiona frunciendo el ceño, sonrió inocente.

—Perdón, —murmuro mirándolo directo a los ojos y el relaja el rostro.

—No vuelvas a decir esas groserías, —pide más tranquilo y sonrió para dejar un beso en sus labios tomándolo de prevenido. Sonrió inocente y este solo niega para caminar conmigo en sus brazos. Nunca me regañaría por besarlo, sé que le agrada la idea de que lo haga.

—¿A dónde vamos? —Pregunto cuando observo que toma otro camino que no es a la casa

—Me dijiste que querías jugar con Bruno un rato, —me recuerda y sonrió feliz pero luego recuerdo que no trajo ropa.

—No trajiste ropa, —le recuerdo.

—Pues te tocara verme en pelotas, —me dice subiendo y bajando las cejas.

—Viejo pervertido, —suelto roja de la vergüenza.

Me avergüenza ver a Xander desnudo. Aunque me crie entre lobos debería estar acostumbrada porque es común ver alguien en pelotas en la manada, pero con el alfa es totalmente diferente.

—No es pervertido, porque no vas ver nada que no hayas visto ante, —comenta y lo fulmino con la mirada, idiota.

Después de unos minutos se detiene, miro el lugar donde estamos y es mi espacio favorito de la manada. Un sitio donde hay tantas flores de diferentes colores que me encantan, una hermosa cascada que deposita sus aguas en una pequeña piscina natural.

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