La mimada del Alfa romance Capítulo 27

Camila Albora

Cuatro años después...

—Camila ¿Estás segura de que quieres teñir tu cabello?—Cuestiona Valeria por quinta vez en el centro comercial, suspiro.

—Valeria, es solo la punta, no veo nada de malo en eso. —Anuncio buscando con la mirada ese salón que vi hace varios días cuando vine por estos lados.

—Xander se molestará, —me recuerda y localizó el salón para luego mirar a mi mejor amiga por varios segundos, suspiro.

—Valeria, ya tengo diecisiete años y puedo tomar mis propias decisiones. Además Xander está lejos, —le recuerdo lo obvio mientras caminamos al salón de belleza.

Tengo ya un año que no hablo con Xander y según me cuentan mi pobre lobito está trabajando duro para volver antes de seis o siete años a la manada, Xander tiene cinco años y medio fuera, lo extraño mucho y ahora sin poder comunicarnos me hace extrañarlo más.

—Bien, —suelta cuando entramos al salón en donde somos atendidas por una chica de piel morena, se nos acerca con una hermosa sonrisa y su cabello corto hasta el cuello.

—Buenos días y bienvenida al salón Fashion Girl, —su voz es bastante armoniosa. —¿Qué quieren hacerse?—Nos pregunta, le sonrió.

—Quiero teñir la punta de rosa. También para mí y mi amiga una depilación de todo, —le digo y veo como Valeria me mira con horror, me encojo de hombro.

La chica sonríe abiertamente y nos lleva hasta un sofá donde nos brindan café para aguardar por nuestro turno.

—Están en el lugar correcto.

(...)

—Te odio Camila, —reprocha cuando salimos del salón y no puedo evitar reírme.

—No fue para tanto y además fue increíble la depilación, mira que hermoso quedo mi cabello, —suelto tomando su mano para llevarla a una tienda de lencería. Sé que le gustan estas cosas y pues también ya me contagió de comprar algunas piezas.

A muchas chicas les da vergüenza comprar este tipo de ropa. También era una de ellas, pero Valeria me subió la autoestima diciendo que tengo un lindo cuerpo y que debo utilizar este tipo de telas para que cuando Xander la vea algún día, se le salga la baba por lo sexi que estaré.

—No puedo negar que el cabello te quedo hermoso, pero eso de la depilación fue un horror, —suelta y pongo los ojos en blanco. Entramos a la tienda de lencería, Valeria toma mi mano y me lleva al área que no me gusta mucho. La de tangas y a un no entiendo como las mujeres soportan ese pequeño hilo metido en esa parte de nuestro cuerpo, pero mi mejor amiga ama eso y en cambio yo las detesto, pero Valeria me obliga a llevar aunque sea una a la casa—Esta, —anuncia tomando unas negras de encaje—Son nuevas en el mercado, —añade tomando tres para ella y una para mí.

—Siempre son nuevas en el mercado, —le digo con sarcasmo, ya que para Valeria las tangas son algo exclusivo en su vida.

—Bien, —suelta con sus ojos en blanco y después de tomar las tangas que comprará y me lleva a la zona de bragas de encaje, me gusta esta área y me siento cómoda cuando me coloco algo de ese estilo.

(...)

Dejo las bolsas en el maletero del carro y luego procedo a subir en el asiento del copiloto, Valeria ya es mayor de edad y puede conducir aunque es obvio que también sé manejar, pero no me es permitido hacerlo hasta que tenga dieciocho.

—Carter nos está esperando en mi casa, —anuncia Valeria cuando me coloco el cinturón de seguridad, Carter es el hermano mayor de Valeria el cual resulto ser gay y bueno se volvió nuestro amigo incondicional. También es genial porque es un maquillador profesional, sus manos hacen arte en el rostro de cualquier mujer.

Hoy Valeria, Carter y yo iremos a una fiesta en la manada de Clara quien está de cumpleaños, resulto ser una chica muy agradable, solo que como todos los alfas su ego es enorme.

Según me informó Clara, Felipe estará en el cumpleaños, ya que se había ido a Rumanía hace unos meses después de nuestra graduación de la preparatoria y me alegra que vuelva, es un gran chico y aunque sonríe poco.

—Bien, primero iremos a mi casa a buscar algunas cosas y luego a almorzar con mis suegros, —le digo mirando mi teléfono y viendo el mensaje que me dejo mi suegra "Ven pronto alguien quiere verte" mi suegra es extraña, pero es una mujer bastante alegre y juvenil.

(...)

Cuarenta minutos nos tomó llegar a la mansión, bajo del auto y Valeria por igual. Sacamos las bolsas y dejamos las que contienen nuestros vestidos para esta noche, siento un cosquilleo en mi pecho el cual me hace fruncir el ceño, con mucho cuidado entramos a la casa, respiro profundo y logro oler un fuerte olor a miel que nunca olvidaré.

—Xander, —susurro sintiéndome bastante feliz.

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