Ni tan Señora (COMPLETO) romance Capítulo 17

El hecho era que, su hermano si estaba y el no… bueno, era lo que quería se dijo así misma. En su casa le dejo dicho lo que deseaba, y al parecer había entendido. Pero… ¡Mierda! No verlo sentado en la mesa le había puesto el corazón chiquito.

Odiaba esos sentimientos, porque no conocía a ese sujeto. Además, era un idiota que solo la trataba como una puta barata y desde luego ella no lo era. Zoé pillo a Adrien hacerle una seña con la mano, y ésta fue hacia él.

—¿Otro trago? Pregunta.

—Si.

—Bien.

—Podrías decirle a Maya que pase por aquí cuando tenga tiempo.

—¡Está bien! Le dedica una sonrisa tenue.

—Oye, Kira… está se voltea. —¿Qué pasó entre mi hermano y tú?

—¡Nada! Solo que es un patán.

La chica se va, dejando al rubio con una sonrisa chistosa en la cara.

La noche al fin término, y como el resto de los demás días. Las propinas estuvieron del asco para las amigas, no llenaban la cuota de la noche.

—No fue una buena noche hoy tampoco. Le dice Maya a su amiga.

—¡Lo sé!

—Quizás sería bueno que pensaras en que gastemos ese dinero que tienes, falta que nos hace que…

—Lo devolví.

—¿Qué? La morena se detiene antes de salir

—Se lo devolví.

—¡Zoé! La regaña.

—Me trato como puta barata, y le devolví su maldito dinero. Quería darme más plata para que me acostara con él. ¡Es un idiota! Prepotente.

—¡Ay dios! Eres un caso amiga.

Las chicas salen del bar, y quien las espera afuera es Adrien. Solo.

—Las estaba esperando chicas.

—Adrien. Dice la morena corriendo hacia él. Zoé sí que se sorprendió al ver la reacción de su amiga.—¿Qué haces aquí? Pensé que te habías ido a tu casa.

—Preferí esperarlas, vamos Zoé. La anima el rubio.

Ella asiente caminando hacia el coche y por dentro se preguntó ¿Que estaba haciendo Jean Pierre?

[...]

—¡Oh Jean! Qué lugar más elegante. Le decía la pelirroja a su lado. —La estoy pasando estupendo.

—Me alegra. Le dice sin ánimos.

—¿Quieres que vayamos a otra parte? Está le dice de manera provocativa.

—¡Claro! Jean le sonríe.

La pareja se pone en pie y se marchan del bar… Jean condujo en silencio mientras que la pelirroja se le subía encima calentando su cuerpo. Y lo estaba logrando, ya que sus pantalones le apretaban.

Llegaron al apartamento de Jean, y como animales entraron en éste… la pelirroja se le lanzó encima sacándole el saco y demás. Él tampoco se quedó atrás, deslizó los tirantes del vestido aún lado descubriendo que la mujer no llevaba nada de ropa interior.

—¡Interesante! Le dice admirando su cuerpo.

—Estaba preparada.

—Me agrada.

Jean se apoderó de su boca mientras invadía el sexo de la mujer con la mano. Desesperadamente la joven aflojó sus pantalones y en segundos estaba libre de ellos. La firme erección que mostraba no estaba para juegos.

Llevo a la pelirroja hacia la pared golpeando su cuerpo de forma brusca, la hizo darse la vuelta, separó un poco sus piernas y la penetró con fuerza.

—¡Ah, Jean! Grita.

El rubio la embestía con rudeza golpeando el cuerpo de la chica contra la pared dada las embestidas.

—¡Ah, ah, ah! Jean… Decía la chica.

Éste enrosco el cabello de la mujer en su mano, y con ella ejercía presión hacia abajo lo ayudaba a penetrarla aún más.

—¡Espera! Decía ella entrecortada.

—No. Respondió fuera de control.

Al cabo de unos segundos la pelirroja se corría, y Jean se vacío fuera de ella unos segundos después.

—Eso fue muy rudo. Le dijo.

—Así me gusta.

—¡Ya veo! Le dice dándose la vuelta. —¿Seguimos en la cama?

—No. Te llamaré un taxi.

La pelirroja parpadeo un par de veces al escuchar que le pediría un taxi. La estaba echando.

En cuando la chica se fue de su casa, Jean se tumbó en la cama… había sido bueno el sexo con la pelirroja, pero no era a ella a quien quería. Deseaba a Zoé.

—¡Maldita sea! Golpeó el colchón. —¿Qué estará haciendo?

[...]

Zoé bajó del coche de Adrien y el frío la azotó en segundos… respiraba humo por la boca y su ropa de invierno no ayudaba mucho a calentarla.

—Gracias Adrien.

—¡De nada!

—Te veo arriba Maya.

La castaña subió mientras la pareja la observaba.

—¿Cómo está ella?

— Tú hermano se ha pasado de grosero.

—¿Qué le dijo?

—¿Él no te contó nada?

—No siempre nos decimos todo.

—¡Qué alivio! Dice ella suspirando.

—Lo que pase entre nosotros no tengo por qué decírselo a él.

—¡Mierda!

Camina hacia el sentándose a su lado… ambos tenían caras de muy pocos amigos.

—¿Qué pasó? ¿Porque estás de malas?

—Me he peleado con Maya.

—¿Porque?

—Por tu maldita culpa.

—¡¿Mía?!

—Si, tú y tus malditas ganas de ir a ese bar de strippes.

Se pone en pie para servirse un trago… tomaba las cosas de mala gana. Estaba furioso.

—Te dije que no siguieras saliendo con ella… son stripper, que pensabas esperar de una mujer así.

—¡No lo sé! Ya no me digas nada.

—Bueno, ¿y qué fue lo que pasó?

—Maya se enojó porque le dije que era… bueno ya sabes.

—Parece que se molestan cuando se los insinuados. ¡Es extraño! Por lo general ese tipo de mujeres están claras con lo que hacen.

—¡Ellas parecen que no! Quizás sea nuevas… quizás no lo hacían antes, tal vez están probando.

—¡Quizás! Responde Jean. —¿No buscaras más Maya?

—¡La buscaré! Pero le daré unos días, para que se le pase la calentura.

Jean se ríe de su hermano… al parecer si tenía que preocuparse después de todo.

A la mañana siguiente, las chicas contaban el dinero que tenían reunido para el alquiler del apartamento.

—Nos falta solo un poco. Le dice Maya.

—Pero ya no tenemos tiempo, debemos pagar mañana.

—Imploremos porque las propinas de hoy sean buenas.

—Pero no nos quedará para comer.

—O comemos y vivimos en la calle, o pagamos la casa y no comemos.

—¡Mierda! Maya, he pensado seriamente en regresar a Texas. Allá está tu casa, seguro que tú mama te recibirá.

—¡No! No regresare. Hace unos días yo… llame a mamá y me dijo que Charlie ha hecho desastres por el barrio.

—¿Y mamá? Pregunto asustada.

—¡Se fue! Le dejó la casa y desapareció, una mañana se despidió de mamá. Le dijo que abandonaba a Charlie.

Los ojos de Zoé se aguaron, le dolió mucho haber dejado a su madre a manos de ese tipo pero ella no lo quería dejar ni echar de la casa. Solo permitía sus abusos. Pero al fin había abierto los ojos, solo esperaba que estuviera bien.

—¡Estará bien amiga! Tú mamá es muy fuerte. Anímate, mamá me dijo que parecía feliz al dejar a Charlie. Le sonríe la amiga.

—Si. Responde bajando la mirada. —No debí dejarla.

—Si te hubieras quedado las cosas se hubieran puesto muy feas.

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Ni tan Señora (COMPLETO)