Ni tan Señora (COMPLETO) romance Capítulo 25

-Bueno, ya que todos están aquí les informo que he organizado a un pequeño grupo pero los mejores organizadores de bodas. Todo estará listo para que ustedes dos se casen en una semana.

-¡¿Una semana?! Pregunta Zoé.

-Sí, ¿acaso mi hijo no te dijo nada? ¿Acaso no se cuentan todo como la pareja que son?

-¡Padre, basta! Zoé y yo conversamos y decidimos que en un ms estaría bien.

-No. Se hará como digo, una semana. Sentencia el viejo. -¿Algún problema señorita Bonnes?

-Ninguno señor Dubois. Sonríe a duras penas.

-Esta dicho, en una semana y no se diga más.

Después de la conversación poco amistosa que la pareja tuvo con Antonie todos se despidieron para dirigirse a sus habitaciones.

Zoé entra en la recamara seguida de Jean… ella no sabía cómo abordar ese tema pero no quería dormir en la misma habitación que él.

-Jean…

-Tú has accedido a sus caprichos, ahora nos casaremos en una semana. Le dice quitándose el saco y dejándolo en el sofá.

-No es de eso lo que quería hablar. Le dice mirando sus movimientos.

-¿Entonces? Este comienza aflojar su corbata.

-Sobre dormir juntos.

-¿Qué pasa con eso?

-No quiero dormir contigo, eso no está en el contrato.

-¿Y dónde quieres que duerma? Quieres que mi padre me vea salir a media noche del cuarto de mi novia, ¡wow! Creo que ayudaría mucho a nuestra situación Zoé.

-No hace falta que seas tan sarcástico, ya se lo que pasaría si te corro de la habitación.

-Entonces porque estás diciendo sandeces… y ni pienses que voy a dormir en el suelo. Le suelta de una antes de que ella le sugiriera hacerlo.

-¿Entonces que vamos hacer?

-Compartir la cama preciosa. Este le sonríe pícaramente.

Zoé mira a ese atractivo francés quitarse la camisa, mostrando la desnudes de pecho y abdomen. ¡Por dios! Como carajos pensaba dormir todas las noches con ese hombre a su lado.

-Espero que te quedes de tu lado. Es todo lo que le dijo para darse la vuelta e irse.

El francés solo sonrió y negó… ella era tan extraña, de cuando acá una stripper cuidaba de su virtud. Termino por despojarse de su ropa, necesitaba una ducha urgente.

Unos segundos después, Zoé sale del baño encontrándose con Jean desnudo en medio de la habitación.

-¡Joder! ¿Qué coño crees que estás haciendo?

-Me quito la ropa para darme un baño. Responde tranquilo.

-Eso ya lo sé, quiero saber porque… ¡joder! Ponte una maldita toalla quieres.

-Ya lo has visto Zoé, no tengo porque ocultarlo. Le dice pasando a un lado de ella.

Y como la castaña se había dado la vuelta, en esa oportunidad le toco ver el trasero del francés cuando entraba en el baño. Este cerró la puerta y ella fue que pudo respirar con calma.

Se mordió los labios recordando lo que acababa de ver. Ese pito sí que era enorme pensó la castaña. No estaba al tanto que algunos hombres podrían llegar a ser tan dotados allí abajo. Sonrió internamente, tenía que contárselo a maya.

Zoé acomodo su cuerpo en una esquina de la cama, ya que Jean Pierre se había agarrado casi toda la cama para el solo. Como si no existiera nadie más en esa habitación.

Agradecida que la cama era enorme y que entraban los dos sin muchos problemas. Aun así no deseo estar muy cerca de él. Además, el muy maldito estaba durmiendo en bóxer. Bueno, aunque ella no se quedaba muy atrás, en la desgraciada tienda no había camisones decorosos.

Esa noche uso el más conservador que llevo, y distaba mucho de cubrir su cuerpo. La chica tomo la cobija envolviendo su cuerpo en ella. Así se sentía más segura. Pero de pronto un fuerte brazo envolvió su cintura.

-¿Ya te vas a dormir tan temprano? El rubio susurra contra su oído.

-Aléjate de mí, tú tienes tu espacio Jean.

-Me gusta más este lado.

-Entonces me pasare al otro lado y…

-No, es que me gusta más cuando tu estas en él.

-Pues lo siento. O eliges un lado, o te vas al piso. Pero no dormirás así conmigo.

-Muy tarde, preciosa. Ya me estoy durmiendo. Le dijo con voz apagada.

-Si. Yo no te he dado permiso de nada, simplemente te has metido bajo las sabanas provocándome.

-No note resistencia de tu parte.

Esta abre la puerta de golpe al escuchar su tono de voz…

-Me estabas seduciendo, ¿piensas que soy de palo?

-Lo que pienso es que no te soy indiferente, lindura. Este sonríe.

-Eres un patán, engreído y ególatra.

-Para ser una stripper, te haces la dura. Pero lo dos sabemos que pronto caerás en mis brazos y bajo mi cuerpo nena. Le suelta con arrogancia.

-Jamás me acostare contigo, nunca.

-Nunca digas nunca, -¡Tú vas hacer mía Zoé Bonnes!

Luego de esa mañana calurosa en la habitación, Jean se largó junto con su hermano. Que misteriosamente también se había quedado en la casa… Zoé fue en busca de su amiga, quien la encontró más que dormida en su habitación. Eso era extraño, ella siempre se levantaba temprano…

-¡Maya! ¡Despierta! La zarandeo.

La morena se despertó un poco adormilada, lentamente abrió los ojos para enfocar a su amiga parada ante ella.

-¿Qué pasa?

-Pues que te levantes, seguro el padre de Jean nos está esperando.

-No quiero ir.

-¡Ah no! Ni te creas que me vas a dejar sola con el viejo.

Al final, la morena termino por levantarse para darle apoyo moral a Zoé quien no podía llevar toda aquella farsa ella sola.

Como sospecho la castaña el viejo Dubois las estaba esperando para desayunar en la terraza… Zoé no comprendía, si le molestaba la visita para que carajos las esperaba. Las chicas se sentaron a su lado y estando a punto de servirle el desayuno cuando una visita los interrumpió.

-¡Adelaine! Querida mía…

Las amigas giraron los rostros hacia la entrada, fijándose en una exuberante rubia que caminaba hacia ellos. Llevando un hermoso vestido, parecía como si fuera asistir a una boda o algo así. Zoé se preguntó ¿Quién era esa mujer? ¿Y porque el viejo la llamo tan cariñosamente?

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