—Hola, Nicole.
—Pally
Parece verdaderamente sorprendida de que esté frente a la puerta de su casa, bueno, la de sus padres, pero es donde vive. Casi sonrío cuando veo que parece horrorizada de que la veo en su momento de descuido, pero necesito tener mi cabeza despejada.
—Espero y no te moleste que viniera.
—No, no. Pasa, solo me gustaría que me hubieses avisado y me hubiera preparado.
—Quise darte una sorpresa, Nicole.
—Y lo has logrado ¿Quieres algo de beber?
—Una gaseosa estaría bien—la sigo a la cocina— ¿Y tus papás?
—Viajaron a visitar a la abuela.
—Así que tienes la casa para ti sola.
—Sí—mete el cabello detrás de su oreja y me ofrece la gaseosa. Me observa beber de ella— ¿Cómo has estado?
—Bien, creo que comienzo a superar todo lo que pasó, incluso a Elisabeth.
—Eso es tan maravilloso.
—Lo es, no era una relación sana, tarde me di cuenta. Además, mi mano tiene buenas posibilidades de mejorar mucho.
—Estoy muy feliz por ti.
—No puedo solo estar con quien me traicionó—sacudo mi cabeza—. Elisabeth para mí simplemente no puede significar más que traición.
»Así que sé que te debo una disculpa. Todo este tiempo intentaste abrirme los ojos y no te dejé. Siempre has querido lo mejor para mí.
—Porque te amo, Pally—dejo la gaseosa sobre el mesón y tomo su mano.
—Lo sé, Nicole, y sé que te dije que no podía amarte, pero quizás, antes yo simplemente no lo intenté. Quiero intentarlo, porque sé que nadie nunca dará tanto por mí como tú. Y sé que puedo lograrlo.
—Te ayudaré a lograrlo.
—Pero no va a ser fácil, mi corazón se equivocó y debemos rectificarlo poco a poco. Debemos tomar todo paso por paso.
—No importa, nada más importa que el que lo intentemos.
Se acerca y se para de puntillas, cierra sus ojos y presiona su boca sobre la mía. Cierro mis ojos y aprieto su mano mientras me besa lentamente durante unos largos segundos, luego se separa. Me sonríe y le devuelvo la sonrisa. Puedo hacer esto, puedo intentarlo.
—Entonces ¿Podemos comenzar con una cita? ¿Quieres salir y cenar?
—Sí...Yo, solo debo...Arreglarme. Prometo no tardar.
—No pienso ir a ningún lado. Aquí estaré.
Le sonrío mientras se retira a paso apresurado. Tomo mi gaseosa de nuevo y doy un largo trago que seguramente me hará eructar en cualquier momento, pero eso no importa. Camino lentamente por la cocina viendo todo, luego vuelvo a la sala viendo a mí alrededor de esta casa decorada de manera tan moderna. Veo hacia el pasillo y escucho la ducha.
Comienzo a tararear una canción mientras pasan un par de minutos, luego camino por el pasillo que me lleva hasta la habitación de Nicole. Entro tarareando.
— ¿Paul?
—Sí, solo quería refrescar mi memoria de cómo es tu habitación y no sentirme solo afuera, espero no te importe.
—Por supuesto que no—grita riendo mientras continúa bañándose.
Canto un poco más alto mientras camino hasta su cómoda de cajones. Veo hacia el baño y mientras mi mano izquierda sigue inmovilizada, puedo usar mi mano en perfecta condiciones. Paso la mano por la superficie observando las fotos y las pequeñas cosas que tiene, vuelvo de nuevo la vista al baño cuando el agua se detiene, pero luego suena de nuevo.
— ¿Un baño eterno?
—No seas impaciente—se ríe.
Deslizo otro poco más mi mano está vez silbando y sonrío cuando tanteo.
—Te tengo—susurro tomando su celular.
Veo hacia el baño y luego vuelvo mi vista al celular, lo enciendo, por supuesto que la maldita cosa está bloqueada y solo tiene cuatro intentos. Lo dejo en donde estaba y saco mi celular para escribir rápidamente a mis amigos.
Paul: ¿Si fuesen Nicole cuál sería su clave de teléfono?
Eddy: Si tuviera esa mente retorcida...Tu fecha de cumpleaños.
Alex: destinados.
Eddy: Pally Bunny.
Alex: ¡La fecha de la que fuera su aniversario contigo!
Eddy: ¡Jesús! Si es algo de eso ella realmente es retorcida.
Intento todas las tres primeras claves y solo me queda una, pero soy una mierda porque no recuerdo en este momento la fecha del que era nuestro aniversario. Busco en mi memoria, yo le pedí que fuera mi novia en una cena familiar. Cierro mis ojos . Vamos, puedo recordar esto.
»No me importa que llores ¡No me importa lo que quieras decirme! Para mí tú hoy pasas a ser de las peores personas que he tenido la oportunidad de querer ¡Confiaba en ti, Nicole! ¿Qué tan enfermas estás para confundir esta mierda con amor?
—Te amo, yo solo quería que abrieras los ojos con respecto a ella—se acerca, quiere tocarme. Retrocedo.
—No me pongas tus traicioneras manos encima. Mentirosa—le grito y lucho contra un maldito sollozo— ¿Qué ojos iba a abrir? Ella no me falló, eras tú quien lo hacía. La tracción que llamas bastarda me la diste tú, no ella.
» ¡Te tengo una maldita noticia, Nicole! Le creí, siempre le creí. Siempre supe que no fue ella, así que no importa lo que hagas, la amo. La amo y no voy a cambiarlo. Con esto que hiciste perdiste cualquier tipo de sentimiento que pude sentir hacia ti. Mírame bien. Mírame muy bien porque tú y yo no volverá a pasar, porque me has hecho una herida profunda que no podrás quitar. Perdiste mi confianza, mi respeto. Todo.
—Por favor no, no me hagas esto.
—No te denuncio porque no quiero saber nada más de ti. Disfruta de tu pago por venderme. Regocíjate en esto. Te felicito, hiciste un trabajo estupendo transformando el cariño que sentía por ti.
»No me busques, no me hables, no me mires y no me toques. Nunca volveré a confiar en ti.
La esquivo mientras llora intentando tocarme y salgo de su habitación, ella grita mi nombre e implora. Llego hasta la puerta y su voz me hace detenerme.
—Si te vas me quitaré la vida. Te juro que lo haré.
Me volteo lentamente para encontrarla con una tijera que no sé de dónde salió. La tiene presionada contra su cuello. Mi estómago se revuelve y creo que palidezco mientras ella derrama lágrimas. Su mano tiembla.
— ¿Cómo...? ¿Cómo puedes hacerme esto? —siento desesperación de todo esto— ¿De verdad jugarás esa carta conmigo? ¿Cómo haces esto?
Eres una egoísta, juegas esta carta que me hace daño. Esto no es un maldito juego de retenerme—alzo la voz— ¡Reacciona! Hay personas en el mundo sufriendo mucho por el suicidio y esto es tema serio.
» ¿Me quedó y entonces qué? ¿Luego volverás a llamarme e intentarlo para retenerme?
—Yo te salvé, tú debes salvarme.
—Tú estás enferma.
Me giro con un miedo que oculto muy bien, porque realmente espero que no lo haga. Escucho algo caer al suelo y volteo viendo la tijera a sus pies
mientras llora. Ella no quiere acabar con su vida, ella solo quiere retenerme.
Pero eso no va a suceder.
Esta fue la última vez que le di a Nicole la oportunidad de formar parte de mi vida. No necesito esto. Ahora me duele su traición, pero saldré adelante.
Siento orgullo de siempre haber creído en Elisabeth y siento dolor de aun así estar separados. Necesitamos un abrazo.
¡Dios! Le he dado tiempo, lo hablé con mi psicólogo, contándole de las propias heridas que ella debe tener tras la muerte de Elise. Me dijo lo que ya sabía: que teníamos heridas recientes que necesitaban coserse. Pero es horrible, es terrible ser un maldito acosador a través de sus amigos para saber qué está bien. Hacer llamadas al día preguntándole a Harry quién está con ella cuidándola.
Incluso envío almuerzo para ella y Dante con Amber, mi prima finge que ella lo cocina, porque Elisabeth cocina horrible. Quiero ser quien esté ahí y ella no me deja. No me lo permite, sin embargo consigo mis maneras.
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