No más palabras romance Capítulo 21

—Muñequita — río envolviendo mis brazos alrededor de Cristian.

—Grítalo más fuerte que seguramente los paparazzi no te escucharon muy bien.

— ¿Quieres que lo haga? Aunque apuesto a que ahora están ocupados fotografiando y contando cuántos segundos estamos permaneciendo abrazados.

Me alejo riendo, no dudo de sus palabras ¿Por cuánto tiempo nos han estado involucrando en una relación? Algunos incluso se quejan sobre cuándo vamos a hacerlo oficial. Enlazo mi brazo con el suyo mientras caminamos hacia la entrada del restaurante.

—Tu cabello se ve más oscuro.

—Lo hicieron un tono más oscuro— responde antes de dar su nombre y que nos guíen a una mesa.

—En breve estaré de vuelta para tomar su orden.

Agradecemos y la vemos retirarse. Juego con el dije de mi collar lo que lleva la atención de Cristian a mi pequeño escote, ruedo mis ojos.

— ¿Cómo van esas grabaciones?

—Estupendo, lo que más me está gustando es el sol. Mérida debería tener una cuota más grande de sol.

—Me gusta el clima Merideño.

—Porque es frío como tu corazón—señala e intento golpearlo con mi pie debajo de la mesa—.Entonces ¿Qué tienes de nuevo para contarme?

—Nada nuevo realmente.

—Entonces tu vida está pendiendo de lo patético.

—Eso es tan dulce Cristian.

—Solo estoy frustrado de que hoy no voy a quitarte la ropa ¿Verdad?

—Eso es totalmente un hecho.

Cuando la camarera regresa hacemos nuestros pedidos. No tardo mucho en ingresar a una interesante y espontanea conversación con Cristian. Ya lo he dicho, resulta un amigo perfecto para mí, pero como algo más las cosas simplemente no funcionaron en su momento.

En mi lista de altos estándares y los mejores hombres con los que pude llegar a salir, sin duda alguna Cristian lo encabeza. Buen amante, buena persona y buena apariencia. Es un sueño.

Solo que no es mi sueño.

— ¿Y cómo está tu papá?

A pesar de que no lo conoce, está al tanto de unas pocas crisis familiares.

En pocas palabras, tiene conocimientos de los excelentes hermanos que tengo.

—Gruñón como siempre, pero está rompiendo su propio record. Tiene una cuidadora que ha durado está vez.

—No me lo creo.

—Lo sé, difícil de creer, pero es verdad.

Llevo algo de papa y zanahoria a mi boca. Odio la zanahoria pero casi todas las comidas sanas que siempre ordeno la tienen y entonces me siento realmente mal botando la comida por lo que me obligo a engullirlas como si fuesen el vegetal más delicioso de la vida.

—Y estoy suponiendo que las sanguijuelas que llamas hermanos siguen siendo unas grandes plastas de...

— ¡Cristian! — río.

—No tienes que darme la risa falsa cariño. Sé que esos hermanos tuyos no hacen más que lastimar ese corazón de oro que tienes. En serio Elisabeth, tal vez deberías intentar sacarlos de tu vida. Son más un peso muerto que ayuda. Tu papá y tú no los necesitan.

Si este mensaje ha resultado un desastre incomprensible, la invito a fingir que nunca lo envié y que usted nunca lo recibió.

Culpemos al vino de mi confusión y a todo este desastre.

Con... ¿Más que simpatía? Paul Coleman."

Tomo un profundo respiro y cruzo mis piernas. ¡¿Qué carajos?! ¿Por qué un correo extraño y confuso me deja... alterada?

Lo correcto tiene que ser ignorarlo. Continuar mi cena y fingir que ese email nunca llegó, tal como me lo ha sugerido Paul. Pero a medida que pasan los minutos y Cristian continúa hablando, se siente como si mi celular, que se encuentra ahora sobre la mesa y a lado de mi mano, gritara mi nombre.

Veo de Cristian al teléfono y muerdo mi labio. ¡Jesús! Mis dedos pican por responder y mi cuerpo se siente inquieto.

— ¿Qué te pasa? Te ves inquieta.

—Uhm... debo responder un correo rápidamente.

—Pues hazlo y deja de actuar tan extraño.

Con la bendición de Cristian tomo mi celular para escribir lo primero que me viene a la mente.

Asunto: RE: Confundido.

"¿Te encuentras bien? Tu correo es todo un lío.

Quizás es momento de dejar las copas de vino.

Elisabeth Cortés."

Su respuesta no tarda ni siquiera tres minutos en llegar.

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