Casi estoy tan molesta para no notar a Rayan hablando solo en su camerino. Parece horrorizado.
—Acabo de ver un vídeo horrible de unas adolescentes peleando a los golpes por algún chico que se sentía feliz sobre ello.
—De acuerdo, ¿Si sabes que muchos adolescentes hacen eso hoy en día? Porque así de idiota se ha vuelto la evolución humana.
—Sí, pero es que...— su rostro palidece y me asusto— Caigo en cuenta de que mi niñita algún día será eso. Será una— se estremece—adolescente.
Por largos segundos no soy capaz de decirle nada, entonces comienzo a reír ganándome un ceño fruncido.
»No es gracioso.
—Sí que lo es ¿Te quedan cuántos años antes de que Summer sea una adolescente? ¿8 años?
—El tiempo vuela.
—Bueno, cariño, no sé quién educó a las salvajes peleando en el vídeo ni toda la plaga adolescente rara y cavernícola, pero niñas como Summer que están siendo criadas por un buen padre, me hacen tener fe sobre la raza humana y su evolución. No todo está perdido.
—Pero la adolescencia es como un virus que ataca el sistema y los atonta.
—Apuesto a que Summer lo hará bien, después de todo es tu hija.
—Sí, y terminando mi adolescencia fue como di con ella ¡Oh, maldita sea! ¡Tendrá hormonas alocadas!
— ¡Rayan! — Río— ¡Respira! Tú hija aún tiene 7 años, concéntrate en eso.
—Tienes razón. Tiene 7 años y considera que los niños son raros. Que el sexo es correr con alguien y que los bebés se piden por internet y teléfono. Me he encargado de cubrir esos campos.
— ¿Qué carajos? ¿Por qué le hablas a tu hija de sexo?
— ¡Porque la primera vez que se quedó con Andrea ella me preguntó qué era el sexo! Escuchó a su mamá.
—Mierda ¿Y por qué le dices que los bebés se piden por internet y teléfono?
— ¿Y qué quieres que le diga? ¿Qué se mete el palito por un agujerito donde se deja lechita y nace el bebito?
— ¡Cristo! Detente. Me harás hacerme encima.
Pero Rayan solo se pone más pálido. Está teniendo alguna crisis sobre ser padre de una adolescente que aún no lo es. Sabrina va pasando y se detiene enarcando sus cejas.
Según lo que tengo entendido, comieron con Summer y mayormente se encargó de hablar con la niña ¿Pero Rayan? Todo sigue igual en el frente Ryry-Sabri, cada vez estoy viendo más cerca la intervención.
Sabrina se ve indecisa y preocupada; abre mucho sus ojos hacia mí, sé que es la señal de pregunta de qué sucede con Rayan, pero como no estoy de humor para prestarme a traductor, espero pacientemente a que pregunte de forma directa.
Sus hombros caen mientras entra al camerino de Rayan como si perdiera una batalla.
— ¿Qué le sucede?
—Pregúntale.
Ella ve de Rayan a mí y suspira antes de dar otros pocos pasos más, no sé si sentirme esperanzada de que la crisis paternal de Rayan sea lo que lo acerque de nuevo a Sabrina.
— ¿Qué te sucede?
Rayan se sobresalta y la observa con ojos muy abiertos ¿Qué tan pálido puede ponerse este hombre?
» ¿Rayan? ¿Qué sucede?
—Es Summer.
— ¿Qué le sucede a Summer?
Él no responde, parece demasiado sorprendido y eso supongo que desespera a Sabrina que pone sus manos en los hombros de Rayan antes de sacudirlo.
» ¿Qué le pasa a mi muñequita?
— ¿Tu muñequita?
— ¡¿Qué le pasa?! ¡Habla!
—Deja de sacudirme— sale de su agarre y frunce el ceño—. Sucede que ella va a convertirse en uno de esos pequeños monstruos.
— ¿Qué?
—Se refiere a que será una adolescente— aclaro.
—Summer tiene 7 años.
—No he dicho eso. Y no está pequeño.
—No... pero en mi lista de rango de penes no está dentro de las primeras 5 posiciones de los que he visto. Y creme, soy una jueza justa.
— ¿Y cuántos penes te has visto?
—Soy una dama.
Ambas reímos, ella vuelve una vista a celular antes de voltear a verme.
—Bueno, sí, admito que no es el más grande que he visto, pero me da mis orgasmos.
—Y eso es lo que cuenta.
—Pero no lo admitiré frente a él.
—Herir a un hombre en el ego es lo peor. Sabia decisión la tuya, Ágatha.
— ¿De qué hablan?
—Oh, eso sería demasiado para tus dulces y puros oídos, Val. Te salvó de la perdición—respondo a Valeria.
—Tan amable— me sonríe.
—Lo sé.
—Afuera Andrea preguntaba por ti.
— ¿Qué? ¿Está aquí?
—Sí, acaban de llegar hace poco. Ahora continúo mi camino, tengo muchas ganas de orinar— camina de forma graciosa alejándose hacia el baño.
— ¿Entonces le enviarás una foto tuya a tu semental?
—No, lo último que deseo es ser hackeada y ser una de esas artistas desnudas por internet. Mejor que me vea en vivo y en directo—me guiña un ojo y ambas caminamos hacia donde la magia ocurre.
Stephen, como siempre ya se encuentra gritando cuánto tiempo queda para salir al aire. Joseph está negando con la cabeza hacia lo que sea que Kevin le dice. Cuando Andrea me ve, deja de hablar con Marco y viene hacia mí con una gran sonrisa.
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