»Nicole actúo mal y es decepcionante, pero yo contribuí. Yo alimenté esos celos y malos pensamientos ¿Sabe cómo lo sé? Porque pasaba más tiempo con contigo aun sin verte de lo que pasaba con Nicole a mi lado. No la justifico, pero me hago responsable de como mis acciones influyeron en su actuar.
—Bueno...— no sé qué decir por qué ha hecho una pausa. Toma un profundo respiro.
—Me temo que he sido poco cooperativo, terco y poco inteligente al estar dentro de un todo del que no me sentía parte. Me disculpo por los malos momentos, por los malos ratos. No creo que seas ninguna de las palabras negativas que ella uso. Me gusta tu libertad y la frescura con la que simplemente haces lo que amas y nadie tendría por qué juzgarte por ello. Es tu vida.
»Quisiera decir más, pero ¿Qué tan largo pretendo hacer este correo? Supongo que algunas cosas deben decirse de frente y espero tener la oportunidad de concertar, vernos cuando leas este correo y me digas lugar, hora y fecha. Sincero, honesto y genuino, Paul Coleman.
Observo sus pies y tomo profundas respiraciones ¿Cómo hago para que él no me guste tanto?
—Bueno, supongo que debí leer el correo— digo finalmente. Paso una mano por mi cabello—. Tú correo tiene el efecto de causar todo un torbellino de pensamientos, pero ¿Por qué? ¿Por qué haces esto? Ahí admites que no le das tiempo suficiente a Nicole, pero aun así estás aquí y no intentando arreglarlo con ella.
—Porque me interesa estar aquí.
— ¡No acabo por entenderte! Dices ese tipo de cosas, pero entonces luego hay fotos por todos lados y tú diciendo que es complicado, pero teniendo novia.
»Mira, no voy a mentirme ni mentirte. Me gustas, y sí, me estresa de sobremanera que me gustes de este modo porque se supone no debería ser así. Pero no soy masoquista y tampoco me involucro en medio de relaciones. No me gustan los infieles ni la idea de ellos. Así que creo que me torturas diciendo estas cosas, en serio. Me haces pensar muchas cosas que definitivamente no debes hacer con un tipo con novia.
—Terminé con Nicole.
— ¿Por cuántos días? ¿2? ¿O tal vez una semana? Quizás dentro de una hora...
—No por 2 días, no por una semana o una hora. No estoy con ella.
Da pasos hacia mí y como no soy una cobarde, alzo mi barbilla y lo enfrento cuando está a solo centímetros de distancia. Ya sabes, mi corazón late como loco.
—No soy un infiel. Me gusta hacer las cosas bien. No puedo estar con una persona que no quiero y mucho menos si mis pensamientos están llenos de otra persona— toma un respiro— ¿Necesito ser más claro que eso?
¡Perfecto!
»No puedo estar con otra mujer cuando me gustas tú. No cuando puedo verte claramente en cada escena ¿quieres saber algo realmente loco?
Quiero regalarte cada escena que escribo para que tengas esos recuerdos porque me dijiste que el corazón de Elizabeth nadie lo ha tocado, y yo quiero que ella viva ese tipo de historia.
—Para.
—No, no voy a parar. Seguiré hablando y la única manera en la que voy a callarme es cuando te decidas a besarme.
—Debes parar.
—Creo que he dicho de qué manera voy a callarme.
—No voy a besarte.
—Entonces supongo que seguiré hablando. Me gusta Elizabeth y me gusta Elisabeth, me gusta tú. Y no sabes cuánto admiré el modo en el que no te dejaste ofender por sus ataques, tus elocuentes respuestas. Como me deslumbré viéndote calmar a tu papá. Entiendo por qué te llama su ángel.
Siento sus manos extenderse hasta estar planas sobre el centro de mi espalda antes de que baje su rostro y deje un beso en la comisura derecha de mis labios. Siento una pequeña humedad antes de sentirla en mi labio inferior, luego él lo atrapa entre los suyos y comienza a besar.
Y así una de mis fantasías recientes con Paul Coleman comienza a hacerse realidad.
Bueno ¿No hay muchas opciones, verdad? Es decir, obligatoriamente yo tengo que devolver este beso profundo y apasionado ¿No sería yo una maleducada si solo me quedó de pie sin hacer nada? Así que como la persona educada que soy, paso mi brazo alrededor de su cuello para que se incline mucho más y luego abro mi boca para que esto se vuelva más húmedo. Y ahí está, ahora nuestro beso es profundo y húmedo mientras nuestras lenguas se saludan.
Mientras mi brazo rodea su cuello, mi mano se posa en su mandíbula, siento sus dedos clavarse en mis espalda mientras mueve con lentitud sus labios sobre los míos y su lengua se toma todo el tiempo que quiere para jugar con la mía. Me hace caminar a un lado y mi espalda da contra la pared de mi casa. Todo su cuerpo se presiona al mío y es maravilloso.
Su rastro de barba raspa la palma de mi mano mientras acaricio su mandíbula. Estoy en otro mundo. Un beso no puede ser así de bueno, por lo que esto no puede ser real. Pero cuando una de sus manos baja y peligrosamente está muy cerca de mi trasero, causándome todo tipo de cosquilleo, confirmo que esto es de hecho muy real.
Me deleito con cada movimiento de sus labios sobre los míos, con cada caricia de una lengua que no esperé fuera tan buena contra la mía y de una cercanía que me hace desear más. Mucho más.
Tristemente como cada ser humano con necesidad de respirar, alejo mi boca de la suya tomando profundas respiraciones ¿Puede tenerse un ataque cardiaco luego de tener el mejor beso de toda la vida? Y mira que he besado a muchos chicos y ninguno tuvo las habilidades de Paul para volverme loca.
Hecho mi cabeza hacia atrás y observo el cielo oscuro. ¿Cómo de correos de guerra pasé a besuquearme con este sujeto? Mis bragas tiemblan por él, parece que me imploraran que las dejara abandonar mi cuerpo para darle acceso libre.
Me estremezco cuando su nariz acaricia mi cuello y susurra palabras que no puedo entender, como si se estuviese repitiendo algo una y otra vez.
— ¿Qué?
—Alex. Alex dijo que no podía venir a saltar sobre ti. Arrancarte la ropa o llevarlo muy lejos.
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