—Hola Dante— escucho la voz de Sabrina, me mantengo leyendo en mi Tablet.
Asunto: Estimulación.
"He hecho muchos karaokes antes. Perdí la cuenta del número de veces en el que me he tomado el tiempo de cantar la inolvidable canción del señor Timberlake.
Pero admito que es la primera vez que ese fue el resultado.
No sabía que ese tipo de espectáculo era una... Estimulación para ti.
Lo tomo en cuenta.
Recordando, Paul Coleman."
Estimulación... ¿Estimulación? ¡Carajo! Ninguna estimulación. Calentura, señores, pasión, deseo, ganas y cualquier palabra que pueda definir la necesidad de Paul que sentí. Si hago la lista, está aprobado físicamente y me temo que he de admitir que su personalidad dividida entre la formalidad, jovialidad y peculiaridad atrapa. Me atrapa.
Soy consciente de que Sabrina parece quedarse en la entrada de la casa haciéndole preguntas a papá y que luego ella llega hasta mí sentándose a mi lado y respondiendo a lo que sea que papá le diga.
Asunto: el mejor intérprete de Sexy Back.
"Mi justificación se resumirá en las siguientes palabras:
Naciste para cantar esa maldita canción en cada karaoke.
¿Estimulación? Intente con otras palabras, no sea tímido. Es tan fácil como admitir que nos dimos orgasmos ;)"
— ¿Qué le dices a Paul Caliente? Hola, caramelito atrevido.
— ¿Qué te hace pensar que es Paul a quien le escribo?
—Fácil. Estás con esa sonrisita atrevida tuya, tienes Tablet en mano y escribías con mucha rapidez. Y siendo honesta, creo que últimamente tu bandeja de mensajes enviado solo tiene su dirección de correo.
—Bueno, no quieras ser una sabelotodo— hago mi Tablet a un lado para darle toda mi atención— ¿Cuántos besos?
— ¿Qué?
— ¿Cuántos besos compartiste con el sexy y especial primo de nuestra Andrea?
— ¿Qué pasa con preguntar cómo estuvo la cita?
—Cariño, no eres una devoradora de hombres, pero tampoco me vendas la imagen de santa y de una mujer de no sangre caliente. Si bien no te acuestas con muchos, como te encanta besar.
»Pero si debo ser formal, bien ¿Cómo te fue en la cita?
—Bastante bien—sonríe—. Él es algo infantil y eso es divertido porque me hizo reír, estaba un poco nervioso al principio, creo que me visualizaba como alguien con muchos estándares para los chicos. La cena estuvo divertida y conversamos—se encoge de hombros—. Realmente es muy dulce.
— ¿Y hubo beso?
—No creo que cuente como beso— finge estar pensativa—. Digo, fue apenas una presión rápida y porque iba a besarme la mejilla y volteé a decirle algo.
—Un movimiento casualmente típico.
—No lo hice adrede.
— ¿Saldrás de nuevo con él?
—Quedamos en que deberíamos volver a vernos. Estoy abierta a la idea y posibilidad.
Asiento lentamente con mi cabeza observándola, se ve entusiasmada con la idea a decir verdad, pero no sabría decir hacia donde se dirige porque Sabrina en cuanto a relaciones no es muy predecible o concisa.
—Entonces creo que me robé el protagonismo de tu noche—informo.
—Tu mensaje sonaba muy señorita en las nubes.
—Justo a donde me llevó Paul.
— ¿Y solo eso te llevó a un orgasmo? Si tú eres la mujer exigente en lo que sexo se refiere.
—Lo sé. Me hizo perder mi cabeza solo con eso.
—Ese tiene que ser el hombre de tu vida, si sin sacarlo del pantalón o tocar piel con piel te dio un orgasmo que te dejó por las nubes.
— ¿De mi vida? Eso es un poco exagerado.
—Tienes más de un año enviándote correos con él ¿Te ha aburrido?
—No.
—Lo conociste en persona en julio y desde entonces lo has visto varias veces, ¿te aburriste, Elisabeth?
—No.
—Te has besado ya al menos más de dos veces con él ¿Te aburriste ya de eso?
—Absolutamente no.
— ¿Lo ves? Diferente. Distinto. Único y especial. Para mí este podría resultar el hombre de tu vida. No luches contra ello.
—No estoy luchando.
—Ya, eso espero. Porque recuerdas que no eres anti-relaciones. Simplemente, estabas esperando a sentirte genial dentro de una relación y este es tu momento de brillar.
—Sabía.
—Definitivamente, te robaste la noche de mi cita. Parece que la que tuvo una cita fuiste tú. Nos has opacado a Brody y a mí.
Río mientras conversamos otro poco más sobre cosas sin sentido. Es un sábado tranquilo después de haber tenido un viernes tan candente.
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